Alejandro Moreno, el líder nacional del PRI pasó, de la quema de inciensos a Jorge Álvarez Máynez, a la diatriba.
En Veracruz, 'Alito' cambió el tono de su mensaje y de voz, transitó del cortejo, al duelo de machos alfa: "Si te faltan huevos, yo te presto", dijo, pues refirió que el 'emecista' no tendría posibilidades de ganar "la grande", por lo que sentenció que se viven momentos de decisión y puntualizó que habría que defender a México.
Xóchitl, por su parte desmarcó su candidatura y dijo que se trataba de un reto personal entre Alejandro y Máynez, agradeció el gesto de Alito de "sacrificar" sus aspiraciones, pero retomó la dignidad que Moreno Cárdenas dejó en el piso y aseguró que ella nunca va a pedirle a Máynez que se 'baje', en contra parte, Gálvez llamó a los votantes de Movimiento Ciudadano a que se dieran cuenta que la elección es entre dos, son dos mujeres las que van a disputar la presidencial y que en consecuencia, votaran por ella.
Es curioso que el incitador de lo que se convirtió en un lodazal de dimes y diretes, salió indemne, ufano, sí 'raspado' con los suyos, pero ecuánime y poseedor de porte en política de altura: Luis Donaldo Colosio Riojas.
El ex alcalde de Monterrey ha sido hábil, pero discreto, envió mensajes a quien los tuvo que enviar pero no se sintieron agresivos. Emplazó al alfil de su partido a dimitir en medio de la contienda y quién pagó los platos rotos: Los demás, él no. Lo de Colosio fue un acto de supervivencia, se desmarcó del pasado atroz de los partidos tradicionalistas, pero también de la estridente opción obradorista de la transformación, pasó incluso sobre los intereses de su partido llamado a convertirse en la tercera vía y pensó más allá, pensó en el 2030.
Hay que reconocer que el arte de la política debe correr en la sangre por las venas, ahí Colosio coronó su linaje, le hizo justicia a su apellido, pero de una forma tersa, tanto que todos quedaron intrincados, excepto él.