Los principales medios de comunicación de Durango consignaron el pasado el jueves en portadas y titulares una nota muy importante, se trata de la aprobación por parte del Congreso Local de la Ley Nicole, aquella que prohíbe a clínicas estéticas y cirujanos plásticos, realizar procedimientos en menores de edad, buena, pero rancia.
Recuerde que Carlos Arellano denunció públicamente que su hija Paloma Nicole perdió la vida el pasado 20 de septiembre tras haber sido sometida a una cirugía estética sin su consentimiento, realizada presuntamente en complicidad con su madre y el médico responsable, identificado como Víctor "N" y también su pareja sentimental.
Debió ser mucha la presión que ejerció Paloma Jazmín "N" sobre su novio y médico para que le realizara un procedimiento tan invasivo a la jovencita de 14 años, tanto que terminó por olvidar criterios que -sin ser doctores- todos podemos deducir: una chica en pleno crecimiento y desarrollo implantándose senos, sometiéndose a una liposucción y posteriormente aplicándose grasa en los glúteos, pero, en qué cabeza cabe; posiblemente en la de la menor -por la edad, por la moda, por eso es menor de edad y está impedida a tomar decisiones- pero ¿En la de su propia madre? y por mucho amor que exista ¿En la de un médico?
Hoy en Durango están de "manteles largos", los diputados votaron a favor de la consolidación de este precepto, sin embargo llegaron tarde, porque hoy día, una joven de 14 años ya no está más entre nosotros, todo por necedad, hedonismo y una cultura de la belleza total y críticamente distorsionada.
Tromboembolia pulmonar grasa, es decir, la obstrucción de las venas por un coágulo, fue el resultado del examen histopatológico realizado por parte de la Fiscalía de Durango.
Siento pena por la jovencita y por su familia, desde aquí un saludo respetuoso.
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