Política

Faltan héroes no desertores

El futuro de la seguridad pública en la capital poblana se enfrenta a un desafío silencioso, pero estridente, que debería mantener atentos a nuestros líderes: hay una dramática falta de compromiso en los jóvenes para asumir el papel de protectores de los ciudadanos.

El dato más reciente es un campanazo que revela hoy en nuestras páginas mi compañera Angélica Tenahua, en medio de la crisis de inseguridad que vive la ciudad: de 300 cadetes que ingresan a la Academia de Formación y Profesionalización Policial en Puebla capital, apenas 45 logran egresar.

Esta cifra, donde más del 85 por ciento de los aspirantes abandona la carrera policial antes de obtener su placa, es un indicador brutal de la crisis vocacional y de confianza que enfrentamos.

El dato lo dio a conocer el propio director de la Academia, Guillermo Almazán Smith, quien dijo que esta deserción es una realidad que impacta directamente en el objetivo de robustecer nuestra fuerza policial.

En el contexto de un país que, según datos oficiales, arrastra un déficit histórico de policías -con una tasa nacional promedio de elementos estatales que se acerca apenas a uno por cada mil habitantes-, la urgencia de formar nuevos agentes del orden es una prioridad nacional. Sin embargo, en Puebla, el goteo de cadetes que se rinden debilita la endeble andamiaje de la seguridad.

Tras conocer el dato, le invito a pensar, ¿conoce usted, o ha conocido a alguien que quiera ser policía en los últimos 5 años? Porque quien esto escribe, en conversaciones cotidianas, sí ha conocido a jóvenes que, entre broma y broma, manifiestan que vale más la pena pasarse al bando de los malos.

Y es en esta amarga ironía, en esta normalización del cinismo, donde reside el verdadero diagnóstico de la sociedad poblana. La juventud, en un acto de pragmatismo desalentador, está percibiendo que hay más futuro, más poder o por lo menos, un menor riesgo existencial, en el camino de la ilegalidad que portando el uniforme. La percepción de que el crimen paga mejor y que la impunidad reina se ha convertido en una narrativa más potente que cualquier llamado al servicio público.

Según lo veo imperativo que sociedad civil, empresarial y gobierno se enfoquen en reorientar la inmensa fuerza de los jóvenes hacia la defensa del bien común. Necesitamos héroes de carne, hueso y talavera.


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Andrés Lobato
  • Andrés Lobato
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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