No puedo creer todo lo que está pasando en los medios públicos mexicanos y que nadie diga nada.
Tal parece que la prensa mexicana sólo se acuerda de ellos para hablar pestes de Aprende en casa o de los pocos programas de izquierda que se han estrenado en frecuencias como Canal Once.
¡No se vale! Los números de estos medios tienden a ser más altos que los de muchas producciones de los cables y de las antenas directas al hogar que tanto promocionan y los pagamos todos con nuestros impuestos.
¿De qué se trata? ¿De ignorancia, de sostener un obsoleto cerco informativo o, de plano, de mediocridad?
Le voy a dar tres ejemplos de notas fundamentales para que se vaya de espaladas.
Caso número uno: el cine en Canal 22. Lo que el canal cultural de México está haciendo por el cine hoy es histórico y más considerando la pandemia.
Nadie está transmitiendo de manera gratuita más películas de alta calidad que Canal 22. Nadie.
Y estamos hablando lo mismo de los grandes clásicos que están calentando el ambiente rumbo al Ariel de este año que lo que acaba de suceder con Shorts México 2020.
¡Tuvimos el festival en nuestras casas! ¡Y vamos a poder vivir la fiesta del Ariel como jamás se ha vivido!
Bueno, ya, el colmo, Canal 22 va a ser sede del Festival Internacional de Cine de Morelia. ¿Sí entiende la relevancia de esto?
¿Y dónde están las notas en los portales, en los periódicos y en las revistas?
Caso número dos: Mujeres imprescindibles. Más allá del covid-19, ¿cuál es el gran tema nacional e internacional? La mujer.
¿Qué queremos? Que las mujeres hablen, que cuenten sus historias, sus problemas, lo que están haciendo para salir adelante.
El Canal del Congreso acaba de sacar la temporada dos de “Mujeres imprescindibles” con Érika Grothe y yo no quepo en mí del silencio de la prensa y de las redes sociales.
Érika se aventó la entrevista más maravillosa que jamás se le haya hecho a una personalidad como la diputada Laura Rojas.
No sabe usted qué retrato tan más humano, tan más admirable, tan más complejo y ni siquiera porque se trató de un personaje tan importante se dijo nada. ¡No puede ser!
Caso número tres: El aquelarre en Capital 21. Pocos ejercicios pueden ser más creativos que esta propuesta televisiva conducida por Renata Turrent.
¿Dónde está la creatividad? No, no está en la escenografía, en el vestuario o en los efectos especiales. Está en la forma en que está presentado el contenido.
Renata, para hablar de algo tan “bobo” como el “trabajo” de las mamás, en lugar de hacer lo que todos hacen, monta una suerte de bolsa de trabajo alucinante y al final, uno se sorprende, se involucra y llega a conclusiones inesperadas.
¿Por qué nadie se pelea por entrevistar a Renata, por hacerle fiestas o por tomarle fotos? Su programa va más allá de las tradicionales mesas de análisis.
Pero nadie la apoya como nadie apoya a Canal 14, a TV UNAM o a los muchísimos canales públicos locales que hay en todo México.
¿Cómo queremos aspirar a una verdadera competencia mediática si las cosas están así?
Ojo: no estoy hablando de presupuestos, de cuestiones técnicas vinculadas a las frecuencias o de otra clase de situaciones.
Estoy hablando de periodistas que hagan su trabajo, que se acuerden de esta otra parte de la televisión para algo más que las lecturas políticas, para algo más que las lecturas políticas negativas.
Aquí hay mucho qué ver. Aquí hay mucho qué hacer. ¿O usted qué opina?
alvaro.cueva@milenio.com