Tome nota de lo que le voy a decir: algún día Karla Souza va a ganar el Oscar. Cuando eso pase, muchos vamos a recordar que esta inmensa actriz mexicana hizo una película fundamental llamada “La caída”.
Ahora fíjese en lo que le voy a comentar: Lucía Puenzo es ya una directora importantísima, un orgullo iberoamericano. Con el paso del tiempo, su película “La caída” se convertirá en un filme de culto.
¿Por qué le estoy escribiendo todo esto? Porque sería un error no entrar inmediatamente a Prime Video y gozar de “La caída”, una inmensa obra de arte.
“La caída” es una de las mejores películas que se han hecho en español en los últimos años. Es sobre el acoso sexual, pero nada qué ver con nada que se haya hecho antes.
El guión es espectacularmente inteligente en su economía de palabras. La puesta en pantalla está llena de símbolos insólitos.
El reparto es una gloria de puras primera figuras. Karla está en la mejor actuación de su vida. Pero la nota es lo que se dice, lo que se siente.
Júreme que va a ver “La caída”. Así de buena es. Júremelo.
LA PLAZA MÉXICO
Earth, Wind & Fire (Tierra, Viento y Fuego) vino a Ciudad de México a dar un concierto en La Plaza México. No sabe usted lo bueno que estuvo aquello.
¿Por qué? Porque estamos hablando de una de las poderosas leyendas de la música de los años 70 y 80, de un público que estaba ansiosos de gozar con ellos y por el espacio.
La Plaza México, la plaza de toros más grandes del mundo, enmarcó con una perfección asombrosa este espectáculo por su combinación única de historia, presente y futuro.
Ver Earth, Wind & Fire, la noche del sábado pasado, fue una experiencia “retro” total y lo que más llamó la atención fue la capacidad de estos músicos para construir la fiesta.
Todo comenzó tranquilo, sabroso, relajado. Pero conforme comenzó a fluir el repertorio aquello se fue poniendo mejor hasta explotar en una euforia enloquecedora.
Jamás imaginé que a estas alturas del siglo XXI se pudiera volver a tener una fiesta de música disco como las de 1976.
Earth, Wind & Fire consiguió eso pero potenciado con las pantallas monumentales, los drones y los celulares. ¡Felicidades!
CENADOR
Estoy acostumbrado a ver cualquier cantidad de “shows” con hombres que se visten de mujer para imitar a las cantantes icónicas de la comunidad LGBT.
Pero el viernes pasado recibí la muy grata sorpresa de descubrir “Cabaret Nights” en Cenador de Polanco.
Estamos hablando de Drag Queens que no imitan, que interpretan. ¿Qué? Un repartorio suculento de canciones para mujeres y para hombres de todas las generaciones.
Y no, aquello no es un foro. Es un restaurante. Las “dragas” divierten a la concurrencia paseándose entre mesa y mesa.
¿Qué es lo importante aquí? Que “Cabaret Nights” no es un espectáculo de nicho que sólo pueda ser disfrutado por las audiencias típicas de los antros gay. Es un “show” de todo para todos.
Fue muy revelador ver esa noche el restaurant abarrotado por parejas, familias y grupos de amigos que no suelen disfrutar de este tipo de entretenimiento, pero que se la estaban pasando de lujo con estas cinco divertidísimas artistas.
“Cabaret Nights” sólo se presenta los viernes. Por favor tómelo en cuenta. Le va a gustar. De veras que sí.
alvaro.cueva@milenio.com