Política

Hacia una escuela inteligente

  • Apuntes pedagógicos
  • Hacia una escuela inteligente
  • Alfonso Torres Hernández

La pandemia del covid-19 dejó grandes rezagos en la educación, particularmente en el aprendizaje de niñas, niños, adolescentes y jóvenes. Estos rezagos se han manifestado en el trabajo del día a día, en el tratamiento y enseñanza de los contenidos, lo que no permite que los estudiantes accedan a conocimientos superiores con las bases y marcos de referencia necesarios. Es pertinente entonces que las escuelas, vistas como espacios de relaciones sociales que se construyen con intencionalidad pedagógica, se miren en su realidad, reconozcan sus puntos problemáticos y generen estrategias para transitar hacia espacios donde la inteligencia sea su esencia para la toma de decisiones.

Hoy en día, el cambio curricular ha colocado la apropiación de una nueva narrativa pedagógica (democracia, derecho a la educación, justicia social, inclusión, diversidad, equidad e interculturalidad) como algo primordial por parte de las maestras y maestros, sin embargo, los espacios para esa apropiación se han visto reducidos al espacio del Consejo Técnico (con las múltiples debilidades en la interacción docente para el análisis teórico-conceptual y metodológico de las situaciones educativas) y a otros espacios aislados de actualización. La atención a lo curricular ha dejado en un lugar periférico la organización, funcionamiento y gestión de las escuelas y de la estructura de autoridad de la que depende directamente (supervisiones, jefaturas, direcciones generales).

Pensar en una escuela inteligente, requiere que no solo se atienda lo curricular sino también lo referente a su organización y gestión. Aguerrondo (1996) nos dice que ambos aspectos son complementarios. El campo de la organización hace referencia fundamental a los aspectos de estructuración de la forma institucional. El campo de la gestión es el campo de la “gerencia”, es decir aquel que se ocupa de poner en práctica los mecanismos necesarios para lograr los objetivos de la institución y de resguardar su cumplimiento.

La cultura escolar que por años hemos construido esta agotada. Necesitamos pensar y repensar la escuela en otros sentidos más pertinentes a nuestra sociedad actual. Una escuela que considere las bondades pedagógicas que ofrecen las tecnologías de información y comunicación, pero sin descuidar la esencia de lo educativo que es la formación humana y social con sentido ético. La escuela debe distanciarse de la lógica de mercado y racionalidad instrumental que le ha impregnado la cultura de globalización económica y visualizar caminos hacia una transformación de la cultura escolar desde la propia escuela.

En este tenor, Peter Senge (1990) plantea algunos rasgos de una organización inteligente que está abierta al aprendizaje y que se caracterizan por estas disciplinas como corpus teórico y técnico articulado a la práctica:

1. Pensamiento sistémico. Es un marco conceptual, un cuerpo de conocimientos y herramientas. Es la que integra a las demás disciplinas, fusionándolas en un cuerpo coherente de teoría y práctica.

2. Dominio personal. Es la disciplina que permite aclarar y ahondar continuamente la visión personal y ver la realidad objetivamente.

3. Modelos mentales. Son supuestos hondamente arraigados, generalizaciones e imágenes que influyen sobre nuestro modo de comprender el mundo y actuar, que nos impiden actuar libremente con la gente.

4. Construcción de una visión compartida. Se refiere a la necesidad de que las metas, los valores y las misiones sean profundamente compartidos dentro de la organización.

5. Aprendizaje en equipo. Prioriza la necesidad del “diálogo”, la capacidad de los miembros del equipo para “suspender los supuestos” e ingresar a un auténtico “pensamiento conjunto”. (Senge, 1990). Una escuela inteligente, con organización flexible y con sentido y capacidades para la transformación, generaría un espacio con las jerarquías y el sentido administrativo disminuyen, se crean mayores espacios de interacción, se recupera la centralidad de lo pedagógico y se desarrolla la innovación. Lo anterior crea condiciones mejores para los ambientes de aprendizaje y la atención al rezago, y lo principal, se toman decisiones pedagógicas inteligentes y pertinentes.


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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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