La DEA no hará ninguna aclaración sobre su participación en la operación con la que la Marina logró la captura de Rafael Caro Quintero, pues para la Agencia Antidrogas es “un asunto en desarrollo” hasta tenerlo en una corte estadunidense donde será juzgado, entre otros crímenes, por el que lo ha perseguido durante más de 30 años: la tortura y asesinato del agente especial de la corporación, Enrique Kiki Camarena.
“Debido a que este es un asunto en desarrollo, no comentaremos en este momento”, dijo la portavoz de la DEA, Katherine Pfaff, a la solicitud que le hicimos en MILENIO al respecto.
Con ello la única postura de la agencia es el texto que se difundió el sábado, en el que su directora, Anne Milgram, le dice a su personal que “nuestro increíble equipo de la DEA en México trabajó en colaboración con las autoridades mexicanas para capturar y arrestar a Rafael Caro Quintero”. Y aunque el embajador Ken Salazar emitió un comunicado aclarando que “ningún personal de Estados Unidos participó en la operación” y que “la detención fue realizada exclusivamente por el gobierno mexicano”, la DEA no se ha retractado sobre que algo tuvo que ver en la hazaña.
En el texto en el que Milgram celebró la detención también consideró que era “resultado de años de sangre, sudor y lágrimas” de sus agentes, por lo que un pleito con el gobierno de México echaría abajo esos esfuerzos.
El silencio de la DEA obedece a que le falta lo más importante, que Rafael Caro Quintero sea entregado a la justicia estadunidense y para eso requiere del gobierno mexicano, para que fundamente correctamente los motivos por los cuales el juez debe conceder la extradición y le entregue al llamado “narco de narcos”.
La DEA se quedará con su comunicado, cuyo contenido era solo para sus empleados, y ya no dirá más, esperará a que se concrete el objetivo central: tener en sus manos al criminal que torturó y mató a su agente especial Kiki Camarena. Y entonces sí, podrá alardear de su participación en la operación que logró la detención del narco más buscado y por el que ofrecía la recompensa más alta de su historia.
Alejandro Domínguez
@AlexDominguezB