
En la aclamada película de Alfonso Cuarón, Children of men, situada en el año 2027, nos mostraban un futuro distópico donde la humanidad se encontraba en el inicio de su fin. En esta película el mundo enfrentaba un colapso producto de dos décadas de infertilidad, donde ningún niño había nacido. Entre líneas, dan a entender que son las mujeres quienes no se pueden embarazar y por ello la humanidad está por terminar, por las mujeres.
Esta misma narrativa sigue The Handsmaid’s Tale una serie futurista donde la trama se centra en cómo las mujeres dejan de ser fértiles, en parte, debido a la contaminación y radiación en la que viven. Una serie cruda, donde además las pocas mujeres que preservan su fertilidad son forzadas a reproducirse con el fin de que la humanidad continúe. De nuevo, el colapso se da porque son las mujeres quienes no pueden lograr su función, embarazarse.
Esta película y esa serie, aunque muy bien escritas, actuadas y acreedoras a muchos premios, distan mucho de la realidad. De hecho, están basadas en novelas de 1992 y 1985, respectivamente, y en aquel entonces no teníamos la información con la que hoy contamos. Por ello te puedo asegurar que si la humanidad comienza su fin a causa de la infertilidad, no será por las mujeres, sino por los hombres.
Partiendo del hecho de que un embarazo solo se puede dar por la unión de dos células, un óvulo y un espermatozoide, deberíamos considerar que, si la mitad del trabajo es de los hombres, la infertilidad podría venir por parte de ellos también. De hecho, por estadística, es más probable que cuando una pareja no logre un embarazo sea a causa de un espermatozoide con defectos que de un óvulo inadecuado.
Los espermatozoides, a diferencia de los óvulos, son creados cada día de la vida de un hombre a partir de su pubertad. Estas células, que constan de una cabeza, un cuello y una cola, carecen de protección externa, por lo que el ADN que contienen está expuesto a cualquier oxidante ambiental que puede ocasionar mutaciones que impidan un embarazo. El estilo de vida de un hombre, más que el de una mujer, afecta de manera directa a su fertilidad y la salud de los hijos que sí pueda concebir.
Existen correlaciones entre, por ejemplo, que los hombres fumen mariguana o tabaco, y las mujeres sufran pérdidas del embarazo durante su primer trimestre. Ambas sustancias ocasionan malformaciones en los espermatozoides hasta 60 días después de haberlas consumido. Si estas células tenían algún defecto, el crecimiento del embrión se verá limitado y podrá perderse en algún momento de la gestación.
También se sabe que los hombres con una dieta insuficiente en frutas, verduras, fibra y antioxidantes producen daños en los espermatozoides que se reflejan en enfermedades durante los primeros años de vida de sus hijos. Por otro lado, además de una alimentación deficiente, la ingesta excesiva de alcohol, el sedentarismo y la falta de sueño, ocasionan una menor producción de testosterona y, como resultado, una calidad espermática menor.
En los últimos 20 años las tasas de infertilidad han ido en aumento y los dedos han apuntado a las mujeres argumentando que estos problemas vienen de que se embarazan cada vez más grandes. Sin embargo, las investigaciones sobre estilo de vida indican que su cuidado respecto a la fertilidad es cada vez mejor pues existe mucha información para ellas y son más conscientes de su papel en la gestación de un bebé. Son los hombres quienes se están quedando en la sombra, sin información ni herramientas sobre todo lo que pueden hacer para mejorar sus probabilidades de lograr un embarazo exitoso y asegurar la salud de sus hijos. Son ellos quienes ignoran que todo lo que hayan vivido tres meses previos al embarazo, pone un sello sobre el espermatozoide que logró fecundar y éste se verá reflejado en sus hijos, positiva o negativamente.
Lo que nos han contado en películas, libros y obras sobre que el fin de la humanidad será consecuencia de que las mujeres sean incapaces de lograr un embarazo es cierto, pero no por culpa de ellas, la ciencia parece indicar que los culpables serán los hombres. La única célula que ellos deben cuidar intencionalmente para asegurar la salud de sus hijos y la supervivencia de la humanidad, la ignoran y la maltratan con su estilo de vida. Si tú que me lees hoy quieres tener hijos te recomiendo que primero te hagas un espermograma y evalúes la calidad de tus espermatozoides, busques asesoría de estilo de vida, interrumpas la ingesta de cualquier sustancia adictiva y, al menos, te suplementes con ácido fólico. Una vez que vean una prueba positiva, si así lo deseas, regresa a un estilo de vida dañino, pero que solo te dañe a ti. Lo que más busca la gente es que sus hijos tengan salud y cuidar la tuya previa a la concepción les ayudará a vivir más y mejor, tal como lo verás explicado en mi próximo libro sobre salud preconcepcional donde paso a paso te guiaré en este proceso.