El ciclo de Andrés Manuel López Obrador como presidente de México está llegando a su fin. Lo hace con altos niveles de popularidad, pero al mismo tiempo, con un halo de incertidumbre sobre lo que sucederá a partir del 1 de octubre y si realmente se mantendrá ajeno a las decisiones políticas del país, especialmente a las relacionadas con su grupo político y las alianzas que construyó a lo largo del sexenio.
¿Cuál es el legado que deja en Puebla?
Algunos dirán que Puebla estuvo dentro de sus prioridades, mientras que otros sostienen que miró al estado con cierto rencor. La relación de López Obrador con Puebla comenzó con el pie izquierdo, pues en la primera elección en la que compitió por la presidencia en 2006, la entidad poblana sumó votos al entonces candidato del PAN, Felipe Calderón. Según el hoy mandatario, fue el gobernador priista Mario Marín quien entregó el estado a Calderón a cambio de impunidad, incluso cuando esto afectó al candidato tricolor, Roberto Madrazo. Es un tema que el mandatario aún reprocha.
Para 2012, la situación mejoró, ya que Puebla le otorgó 853 mil votos a López Obrador, 850 mil a Peña Nieto y 638 mil a Vázquez Mota, gracias a la operación política bien estructurada de Rafael Moreno Valle, quien buscó quedar bien tanto con el priista como con la panista. El resultado es conocido: AMLO resultó derrotado y tuvo que esperar seis años más para competir nuevamente. En 2018, Puebla finalmente le dio los resultados deseados, con una tendencia de tres a uno contra Ricardo Anaya, quien solo recibió 580 mil votos, mientras que López Obrador superó la meta de 1 millón 700 mil votos.
A pesar de esto, Puebla quedó excluido del apoyo presidencial cuando Martha Erika Alonso ganó en los tribunales en noviembre de 2018. Sin embargo, todo cambió un mes después con su trágica muerte y la llegada de Pacheco Pulido como gobernador interino, seguido de Miguel Barbosa, quien ganó la elección extraordinaria de 2019. Aun así, la relación fue positiva pero no excelente, hasta la llegada de Sergio Salomón Céspedes en diciembre de 2022. Entonces, la relación entre el presidente de México y la entidad poblana vivió sus mejores momentos.
No obstante, AMLO sigue teniendo pendientes con Puebla: la reconstrucción de un hospital destruido en 2017 por un sismo, una SEP federal funcional para cumplir con los objetivos de descentralización, y el reforzamiento de la seguridad pública, solo por mencionar algunos ejemplos.