“Aunque pase un millón de años, nunca se verá nada igual a Maradona. El es el mejor de todos los tiempos”
Lionel Messi
Hablar de Maradona es hablar de futbol. Es deleitarse de una poesía hecha realidad dentro del campo de juego. En esta ocasión no hablaré de la rupestre idea de si es o no el mejor futbolista de la historia, o el más tramposo; simplemente me remitiré a hablar de uno de los ídolos que partido a partido deleitó a más de uno con su forma de expresar y sentir el futbol.
Hemos sido testigos de su más humilde inicio y de su amor por las camisetas a las que representó con pasión. Maradona llevó a todo un pueblo a vivir la máxima gloria de este deporte y se cansó de eludir a sus rivales para deleitar a sus fieles seguidores y acérrimos detractores, con jugadas que pasaron a la historia y que se han vuelto irrepetibles, aún para las máximas figuras de nuestro futbol contemporáneo.
Tampoco quiero hacer alarde para fomentar y juzgarle por una jugada, que más de uno se atreve a desacreditar todo lo que hizo por esa acción. No puedo olvidar y dejar a un lado su exquisito trato al balón y su picardía para llevar a lo más alto a su equipo, aún cuando las condiciones fueran totalmente adversas.
Hablar de ese “Diez” que revolucionó la forma de ver el futbol, también es hacerlo del sentido social que le dio no solo a una ciudad –como lo fue Nápoles– para otorgarle el cetro de haber sido su máximo referente, también es hablar de aquel que se echó al hombro a todo un país para llevarlo a lo más alto de un Mundial.
A Maradona no le bastó con forjar una ideología con su buen trato al balón y liderazgo, también conquistó con su carisma y su habilidad aun cuando no fueran simpatizantes de este deporte.
México fue testigo de su plenitud, de la luz y sombra que forjaría a la leyenda en la que se convirtió. Hoy, el futbol debe reconocer a un hombre que a sus 60 años, se convirtió en un referente mundial y eso ni tus más grandes detractores lo podrán negar.
Maradona convirtió al futbol en un referente social, en una forma de vida y en un ejemplo de que el más humilde podía trascender aun a costa de cualquier adversidad. Fue para muchos uno de los primeros deportistas que derrumbó fronteras, ideales y hasta preferencias políticas.
Lo que trascendió después, solo le importará a los carroñeros y detractores que buscaban un pretexto para verle caer. Y, en cambio, prefiero reconocerle lo que hizo dentro de la cancha y, sobre todo, su legado como futbolista, por ello: Felicidades Diego, felicidades al 10.
Hasta la próxima…
Twitter: AlbertoRomeroMP