Según LinkedIn en su Talent Report 2024, en México, llenar una vacante laboral puede tomar hasta 45 días, pero con el uso de inteligencia artificial (IA) los tiempos de contratación de las empresas pueden disminuir hasta en 70 por ciento.
De acuerdo con ManpowerGroup, 74 por ciento de las compañías mexicanas reporta dificultades para cubrir posiciones clave, especialmente en áreas administrativas, de ventas y tecnología.
Esto refleja una brecha entre la oferta y la demanda laboral, acentuada por procesos tradicionales que dependen del currículum y de múltiples entrevistas presenciales.
De ahí que la IA se ha convertido en una aliada estratégica para los departamentos de recursos humanos.
Gracias al análisis de lenguaje natural, la automatización de entrevistas y el uso de algoritmos de predicción, las empresas pueden identificar talento con mayor precisión, reduciendo sesgos humanos durante la evaluación.
Uno de los ejemplos es la startup Time to Hire, que mediante una entrevista estructurada asistida por IA, genera perfiles basados en datos de comportamiento y competencias, permitiendo que los reclutadores enfoquen sus esfuerzos en los candidatos más prometedores.
“Cada día que una vacante permanece abierta representa pérdidas para la empresa. Si un vendedor factura 300 mil pesos mensuales, cada jornada sin cubrir equivale a cerca de mil pesos perdidos”, explicó Pablo Estévez, CEO y cofundador de Time to Hire.
La automatización no sólo acelera los procesos, sino que también mejora la calidad de las contrataciones al priorizar habilidades comprobables sobre los antecedentes académicos o la red de contactos.
Nuevo ecosistema laboral impulsado por IA
El mercado laboral mexicano atraviesa una transformación estructural. Las compañías ya no sólo buscan llenar puestos, sino construir equipos sostenibles que generen valor a largo plazo.
En ese sentido, las herramientas basadas en IA ofrecen una doble ventaja: por un lado, optimizan la gestión del talento y, por otro, amplían las oportunidades para los postulantes.
Hoy, los candidatos pueden acceder a procesos más transparentes, donde una sola entrevista o evaluación digital puede abrirles las puertas a varias empresas.
Este enfoque reduce la duplicidad de esfuerzos y mejora la experiencia del usuario, al mismo tiempo que permite a los reclutadores obtener datos objetivos sobre desempeño, afinidad cultural y estilo de trabajo.
La tendencia se consolida en sectores como ventas, marketing, operaciones y atención al cliente, donde los perfiles de alta rotación requieren soluciones de contratación más rápidas y precisas.
La IA como aliada, no como sustituto
Aunque existe preocupación sobre la automatización y su impacto en el empleo, los expertos coinciden en que la IA no reemplaza al factor humano, sino que lo potencia.
“El valor de la IA no es sustituir trabajos humanos, sino crear los que antes no existían”, señaló Estévez.
El uso de estas herramientas también puede contribuir a la formalización del empleo, al permitir que más personas accedan a oportunidades sin depender de intermediarios o procesos informales.
A pesar del avance, las startups que operan en el campo de la tecnología aplicada al reclutamiento, enfrentan desafíos particulares en América Latina.
La falta de inversión local y las diferencias culturales respecto a la adopción digital limitan la velocidad de crecimiento del sector.
Mientras en Estados Unidos el uso de IA en recursos humanos se ha normalizado, en México y la región aún se debate la confianza en los algoritmos, así como en la protección de datos personales.
Sin embargo, la tendencia apunta hacia una integración cada vez mayor, especialmente en empresas que buscan escalar sin aumentar costos de operación.
La evolución del reclutamiento asistido por IA abre paso a un modelo laboral más inclusivo y eficiente.
Las organizaciones comienzan a priorizar la calidad del talento sobre la cantidad de postulantes, mientras los candidatos obtienen información clara sobre su proceso y posibilidades.
El mercado laboral mexicano se encuentra en una etapa de transición donde la tecnología dejará de ser un complemento para convertirse en el núcleo de las estrategias de talento.
En ese escenario, la inteligencia artificial no será un sustituto, sino una herramienta para construir relaciones laborales más justas, transparentes y productivas.
AG