En un valle no han germinado hortalizas, sino innovaciones tecnológicas transformadoras de la vida cotidiana de miles de millones de personas; se trata de Silicon Valley, donde resulta complicado cosechar triunfos de emprendimiento si no se llega con las soft skills adecuadas.
Así lo experimentaron emprendedores mexicanos, quienes en entrevista para MILENIO revelaron que el “think fast”, el contraste entre idiosincrasias y las exigencias financieras puede convertirse en “abrojos” en el valle de San José, California, donde una startup que arranca de cero cuenta con más de 90 por ciento de probabilidad de fracaso.
El valle donde sólo florecen los mejores emprendimientos
En Silicon Valley vale más la pena probar suerte que en México, siempre y cuando se cuente con un modelo de negocio innovador, de alcance global y de muy rápido crecimiento, considera José María Ruiz de Velasco, líder de inteligencia artificial en Picaio, empresa desarrolladora de software.
“Ahí el primer reto es adaptarse a la manera de diseñar compañías, pues se hace de una forma mucho más dinámica y abierta que en México, lo cual indudablemente está vinculado al menor tamaño de nuestra economía”, agrega.
La mentalidad en Silicon Valley es la de think fast, esto es, intentar y fallar rápido para después corregir y continuar en el intento. Ahí se entiende que no todas las ideas tienen que ser intachables desde un principio, sino que en el proceso se van perfeccionando hasta obtener el resultado esperado. Así lo ha aprendido José María en carne propia.
“A Silicon Valley llegué con un proyecto de hardware; sin embargo, fue un poco tarde para el mercado, no me fue muy bien, pero me gustó tanto el ecosistema que decidí quedarme y trabajar vía remota desde aquí para mi empresa en México”.
Ahora se encuentra en un proceso de consolidación para lograr la expansión de Picaio a nivel internacional. La firma ya cuenta con oficinas en Ciudad de México, San José, California, y Bogotá, Colombia.
Incomparables ventajas y serias advertencias
Ese valle es tan atractivo porque ha conseguido máximos estándares en cinco aspectos característicos de cualquier polo de desarrollo tecnológico: universidades de alta calidad como Berkeley y Stanford, empresas de nivel global, emprendedores excelentes, autoridades gubernamentales flexibles y capital de riesgo abundante, según lo expone Félix Cárdenas, académico del Centro de Innovación y Emprendimiento de Egade Business School del Tecnológico de Monterrey.
“Sugiero a los emprendedores que no vayan a Silicon Valley con solamente conceptos, sino con prototipos avanzados a un nivel que ya puedan probar sus resultados, y también que sus fuentes de financiamiento les permitan operar al menos durante los primeros 18 meses”, añade.
Y lanza la siguiente advertencia: una startup que arranca de cero tiene más de 90 por ciento de probabilidad de fracaso.
Por razones geopolíticas relacionadas con el papel de China en la economía mundial, el capital ha decidido cambiar de residencia. Texas y Miami son algunos estados de la Unión Americana donde han migrado empresas anteriormente situadas en el valle californiano.
Sin embargo, según Jorge Zavala, autor de Think like Silicon Valley being anywhere, libro con consejos para emprendedores que desean crecer en ese lugar, aún no se observa que otro polo de desarrollo tecnológico lo pueda sustituir.
La razón de lo anterior se debe a un dato: alrededor de 70 por ciento del capital de riesgo de todo Estados Unidos se invierte en Silicon Valley, un lugar con alrededor de 6 millones de habitantes.
Mientras que esta cifra no cambie (y no se ve por qué vaya a cambiar), el valle californiano seguirá siendo el mayor polo de desarrollo tecnológico del mundo, según Zavala, quien precisa lo siguiente:
“Tengo más de 20 años viviendo aquí (Silicon Valley) y he visto que mientras que en términos de emprendimiento en México se avanza 10 metros, por decir una medida de referencia, acá se avanza un kilómetro”, platica Zavala, quien también expone una tabla con las ventajas y desventajas que todo emprendedor suele vivir en Silicon Valley.
Un cambio necesario de mentalidad
Francisco Valencia, fundador y CEO de Prothesia, empresa con sede en Monterrey, especializada en impresión 3D de prótesis, ha probado suerte no solamente en Silicon Valley, sino también en otras zonas de Estados Unidos, por lo cual comparte una visión para encauzar correctamente proyectos empresariales a quienes consideren que Silicon Valley no es la única opción.
“Silicon Valley no deja de ser el ecosistema principal de emprendimiento, donde existe una concentración como en ningún otro lugar de dólares y confianza en el emprendedor, donde se respira el ambiente de que desde ahí se va cambiar el mundo. No es lo mismo que en Los Ángeles, donde se piensa que se va a alcanzar la fama mundial; o en Washington, donde la gente cree que va a gobernar el mundo; y muy diferente a Nueva York, donde más bien la intención es hacerse millonario lo más pronto posible.”
El aprendizaje que Francisco obtuvo en todos esos lugares lo ha aplicado en Prothesia; no obstante, comenta que se trata más bien de una empresa de nicho y no necesariamente se ajusta a los requerimientos del gran motor de crecimiento de Silicon Valley.
“Ahí parece que se regresó al ánimo de principios del siglo XX con la gold rush (fiebre del oro), nada más que ahora estamos en la gold rush pero de la inteligencia artificial.”
En esto coincide Jorge Zavala, quien apunta que biotecnología, salud y educación son otros sectores con gran auge en Silicon Valley, en el sentido no de desarrollar proyectos de bajo costo, sino completamente diferentes.
“Aquí no se trata de competir por precio, sino de traer un concepto sumamente innovador, pero en México la mayoría de los emprendedores piensa solamente en crear proyectos más baratos que otros ya establecidos”, comenta.
Francisco Valencia también relata que, según su experiencia, la idiosincrasia mexicana es notoriamente diferente a la norteamericana; la primera se fundamenta en la escasez, mientras que la segunda en la abundancia.
“En México normalmente se tiene que hacer mucho con poco presupuesto y falta de confianza, mientras que en Estados Unidos el dinero abunda y hay mucha seguridad en el emprendedor”, detalla.
De ahí que, conforme con Valencia, es clave reflejar un cambio en la mentalidad no solamente en abstracto, sino también en concreto, especialmente en la rutina que tendría que comenzar invariablemente al amanecer, para poder aprovechar todas las oportunidades desde temprano en ese valle al norte del Bravo.
“Mis competidores en Silicon Valley se levantan a las 6 o 7 de la mañana, y yo no me puedo quedar atrás. Me considero como un atleta olímpico, pero en lugar de piernas y brazos empleo mente y corazón para triunfar”, concluye.
MRA