Sí pegamos, pero ellos pegan más. Mientras siete millones de ciudadanos protestaban en las calles de varias ciudades del mundo por las políticas migratorias de Donald Trump, la migra justificaba el uso excesivo de la fuerza durante las redadas emprendidas desde la declaratoria de “emergencia nacional”, al afirmar que “la soberanía de Estados Unidos está bajo ataque”.
El Servicio de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés) reconoce haber violentado a 351 migrantes entre febrero y agosto de 2025, pero asegura que los ciudadanos sin papeles –principalmente hispanos– agredieron a 474 agentes de seguridad en el mismo periodo.
Las fuerzas del orden de Estados Unidos parecen justificarse con el viejo adagio de “una de cal por las que van de arena”.


La base de datos de la migra, a la cual tuvo acceso MILENIO, admite que 531 agentes fronterizos emplearon uso excesivo de la fuerza contra 351 personas durante operativos y revisiones migratorias desde el inicio del gobierno de Donald Trump.
La cifra abarca actuaciones en campo, revisiones de ruta y acciones de control en distintas jurisdicciones.
Las estadísticas permiten observar un patrón mensual sostenido. Mes tras mes, los agentes mantienen niveles constantes de intervenciones que, según ellos, requieren el uso de la fuerza. Ese comportamiento sugiere una política operativa que normaliza estas prácticas en los distintos frentes de control migratorio.

La tendencia, siempre según la estadística oficial, confirma cierto patrón: en febrero registró 45 casos con uso de la fuerza, en marzo 44, abril 40, mayo 45, en junio aumentó a 63,en julio fueron 47 y en agosto trepó hasta 67. Los registros de septiembre y octubre aún no han sido publicados por las autoridades.
Por razones obvias, la frontera sur concentra la mayor presión. En el límite con México se contabilizan 278 casos, lo que confirma que el grueso de las intervenciones más agresivas ocurre en los corredores de cruce y contención, donde confluyen detenciones, persecuciones breves y controles en zonas de alta afluencia migratoria.
El resto del mapa se reparte entre la frontera con Canadá, con 32 y 47 incidentes adicionales en puertos marítimos o interior del país. Hay que hacer notar que en la era de Trump, el Servicio de Aduanas y Protección Fronteriza o CBP ha participado en operativos conjuntos con otras instancias migratorias como el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas –el polémico ICE–, muy lejos de las vallas fronterizas. Sin embargo, esta dependencia no publica sus estadísticas de uso de la fuerza desde el año 2023.

Se vale matar si lo juzgan necesario
Otro dato clave es el número de quienes intervienen por evento. Aunque se reportan 351 incidentes, aparecen 531 agentes involucrados, lo que indica que hay casos que requirieron de equipos o respuestas escalonadas. Fue en junio cuando más agentes participaron, sumaron 123, y en julio fueron 101.
Por corporación, el mayor peso recae en la Patrulla Fronteriza, con al menos 390 agentes que utilizaron la fuerza en el periodo referido. Le siguen la Oficina de Operaciones de Campo, con 119, y después el área de Operaciones Aéreas y Marítimas, con 22.
Según el manual de uso del CBP, pueden usar la fuerza, incluyendo la que causa la muerte. También especifican que el uso de fuerza letal es “necesaria” cuando el oficial o agente tiene una creencia razonable de que la persona a la que se aplica dicha fuerza representa un peligro inminente de muerte o lesiones corporales graves para él mismo.

Está justificado, según ellos
Aunque las estadísticas muestran el uso de la fuerza en contra de las personas detenidas, la agencia alega que estos datos reflejan también las agresiones contra el personal del CBP, dado que sus agentes migratorios también fueron atacados en al menos 237 ocasiones.

En estos casos, entre febrero y agosto fueron “agredidos”, como lo describen ellos, 474 agentes de distintas corporaciones que componen el CBP. De estos fue la Patrulla Fronteriza la que registró más supuestas agresiones: 326 oficiales y agentes en servicio.
La región donde se suscitaron más agresiones fue, como ya se dijo, la frontera con México: 277 agentes atacados. En la frontera con Canadá se dieron 34 episodios, y los demás sucedieron en operaciones costeras o al interior de Estados Unidos, donde habrían sido atacados otros 15 agentes.

Esta administración quiere manejar la narrativa de que hay casos de agresiones en contra de agentes que estaban fuera de servicio. Como el de la noche del 19 de julio de 2025, en Fort Washington Park, en Manhattan, cuando un oficial de CBP fue baleado en el rostro y en el brazo durante un asalto.

De acuerdo con los reportes policiales, el agresor huyó en una motoneta junto con un cómplice.
El oficial le disparó con su arma de cargo y, más tarde, el presunto tirador Miguel Francisco Mora Núñez, fue detenido cuando acudió herido a un hospital del Bronx. Por supuesto que la narrativa oficial fue que era un migrante en situación irregular.
¿Recompensas por las cabezas de agentes?
Pero las declaraciones sobre el ataque por parte de indocumentados a agentes migratorios escaló la semana pasada.
El Departamento de Seguridad Nacional estadunidense informó que cuenta con información confiable sobre ofertas de recompensas por parte de cárteles mexicanos dirigidas a agredir, secuestrar o asesinar a personal federal, particularmente agentes de la Patrulla Fronteriza de CBP y del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas.
Según el comunicado oficial, esas redes instruyeron a sus contactos en Estados Unidos para vigilar, intimidar y, en casos extremos, atacar a agentes federales desplegados.
El texto describe un esquema escalonado de pagos para alentar la violencia: 2 mil dólares por recabar y difundir datos personales de agentes, incluidas fotografías y referencias familiares.
Entre 5 mil y 10 mil dólares por secuestros o agresiones no letales contra personal de CBP y hasta 50 mil dólares cuando se trate del asesinato de mandos de alto nivel.

ICE oculta cifras desde 2023
El uso de la fuerza en operativos migratorios en la era de Trump no se limita a la Patrulla Fronteriza. ICE también ha sido señalado por intervenciones violentas y tácticas de control cuestionadas este año, tanto en redadas interiores como durante traslados y deportaciones; aunque esta dependencia no publica sus estadísticas de uso de la fuerza desde el año 2023.
Hay casos como el del pasado 10 de julio de 2025, en Camarillo, California, cuando una redada masiva de los agentes terminó en la muerte de Jaime Alanís García, quien cayó desde unos nueve metros mientras intentaba huir.
La familia presentó una demanda alegando uso excesivo de la fuerza y fallas en el operativo que contribuyeron a la muerte de Alanís..

Por su parte, diversos medios de comunicación han reportado el empleo del ICE de sistemas de inmovilización total (llamados WRAP) en vuelos de deportación, aplicados a personas ya sometidas, lo cual es una clara violacion a sus derechos humanos.
Organizaciones de la sociedad civil han advertido que esta sujeción prolongada puede constituir trato inhumano y han solicitado transparencia sobre protocolos, criterios médicos y supervisión independiente.
Ya van al menos 20 muertes
La Organización Detention Watch Network (DWN) que lleva el registro más consistente de muertes bajo custodia de ICE y alertas sobre abusos, revela que se han registrado al menos 20 muertes bajo custodia de ICE desde la investidura de Trump.
Una cifra récord de decesos en un año calendario desde que DWN comenzó a registrarlas en 2006. En comparación, al menos 26 personas murieron bajo custodia de ICE durante los cuatro años de la administración Biden.

Eso ya se considera alarmante debido a que, en los primeros nueve meses de la administración Trump (hasta el pasado 7 de octubre), se están acercando rápidamente al número total de muertes ocurridas durante todo el gobierno de Biden.
“Cada vez hay más informes que demuestran que la administración Trump está agravando las condiciones abusivas en un sistema de detención que ha demostrado ser inherentemente inhumano”, consideró DWN.

Esta política de seguridad se endurece y expande, lo que no sorprende, ya que el propio Trump ancló ese giro desde el primer día, con su declaratoria de “emergencia nacional” en la frontera, al afirmar que “la soberanía de Estados Unidos está bajo ataque” y que el gobierno debía “proteger al pueblo estadounidense” ejecutando con rigor las leyes migratorias.

HCM