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Restablece León XIV la tradición del retiro papal en Castel Gandolfo

El papa visitó Castel Gandolfo en julio y volverá el 15 de agosto para celebrar la Asunción, retomando una tradición interrumpida por Francisco, que no solía vacacionar.

Surgida de los restos de la villa del emperador Domiciano, que reinó entre los años 81 y 96 de nuestra era, la residencia pontificia de Castel Gandolfo ha resistido durante su larga historia desde las incursiones de las tropas de Napoleón Bonaparte, hasta los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial y con León XIV ha restablecido su tradición como lugar de descanso papal.

Robert Francis Prevost, elegido el pasado 8 de mayo con el nombre de León XIV ha retomado la tradición papal de residir parte del año en la residencia de Castel Gandolfo, que en realidad es un complejo de varias construcciones y jardines con una vista espectacular al lago de Albano y sede también de la Specola Vaticana, el observatorio astronómico y centro de investigación científica de la Iglesia católica, dependiente de la Gobernación del Estado de la Ciudad del Vaticano.

El papa estuvo varios días de julio ahí y regresará a Castel Gandolfo el 15 de agosto próximo para la celebración de la misa por la Asunción de la Virgen, restableciendo así una tradición que había sido interrumpida por su predecesor Francisco, a quien no le gustaba tomar vacaciones, dijo a MILENIO el historiador Giovanni Maria Vian, ex director del diario del Vaticano, L’Osservatore Romano.

La ausencia de Francisco

“Es una vuelta a la normalidad del siglo pasado, porque la excepción fue del papa Francisco, quien estuvo solamente pocas horas en tres ocasiones. Una vez fue histórica porque se encontró con su antecesor Benedicto XVI que había renunciado y que se había retirado temporalmente a Castel Gandolfo”, recordó Vian.

Señaló que, en cambio, a partir de 1929, cuando con los Pactos Lateranenses se restablecieron plenamente las relaciones entre Italia y el Vaticano (rotas desde 1870), todos los pontífices transcurrían temporadas de descanso en la residencia de Castel Gandolfo, donde en agosto de 1939 el papa Pio XII advirtió: “Nada está perdido con la paz; todo puede ser perdido con la guerra”.

“Pio XII no regresó a Castel Gandolfo durante toda la duración de la Segunda Guerra Mundial porque quería compartir la condición en la que se encontraba la gente común por el conflicto e incluso abrió las villas de descanso para los refugiados y los perseguidos”, dijo el experto.

Vian recordó que incluso el complejo residencial de Castel Gandolfo fue bombardeado el 10 de febrero de 1944, con un saldo, según diversas fuentes, de entre 500 y más de mil muertos pese a que se trataba de un territorio neutral, perteneciente al Estado Vaticano.

Una reciente exhibición fotográfica y documental realizada en el Palacio Apostolico de Castel Gandolfo, que fue convertido en museo por deseo de Francisco, recordó esos acontecimientos y también el hecho de que Pio XII abrió las puertas de su habitación a los refugiados e, incluso, en su propia cama nacieron 36 niños, muchos de los cuales fueron bautizados con su nombre.

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Pio XII abrió las puertas de su habitación a los refugiados

Esa no ha sido la única incursión militar que ha sufrido la residencia vaticana, pues el 27 de febrero de 1798 el palacio pontificio fue bombardeado y saqueado por las tropas de Napoleon Bonaparte, que se enfrentaron a los habitantes de la zona fieles al papa Pío VI.

“Después de la Segunda Guerra Mundial, Pío XII regresó a Castel Gandolfo todos los años. Pasaba meses enteros y ahí murió el 9 de octubre de 1958, con la residencia rodeada de periodistas, quienes se equivocaron e interpretaron mal una señal que supuestamente confirmaba el deceso, por lo que los periódicos publicaron ediciones extraordinarias dando la noticia de que el papa había muerto un día antes de que ocurriera”, dijo Vian.

También Juan XXIII y Paulo VI iban todos los años a Castel Gandolfo e incluso este último falleció en la residencia de descanso el 6 de agosto de 1978. El único papa antes de Francisco que no llegó a ir fue Juan Pablo I, pero porque no tuvo tiempo, murió el 28 de septiembre de 1978, solamente 33 días después de haber sido elegido como sucesor de Paulo VI.

Juan Pablo II, en cambio, estaba muy apegado a Castel Gandolfo e incluso mandó a construir una piscina, porque él era muy deportista y nadaba todos los días, lo que causó críticas dentro y fuera del Vaticano. “Con socarronería respondió que un nuevo cónclave saldría más caro que la piscina”, recordó el historiador.

Una historia milenaria

Las villas pontificias de Castel Gandolfo fueron edificadas sobre los restos de la Albanum Domitiani, la residencia campestre de Domiciano, el último emperador de la dinastía Flavia que reinó en el primer siglo de nuestra era. La villa imperial ocupaba casi 14 kilómetros cuadrados, desde el lago Albano, hasta el mar Tirreno.

“Es una zona muy ligada a la historia de Roma, pues según la leyenda es a donde llegó Enea, príncipe de Troya y considerado como el fundador”, dijo Vian.

Siglos después de su construcción, la villa de Domiciano fue saqueada y sus mármoles usados para varias construcciones, entre ellas la catedral de Orvieto. Alrededor del año 1200 en la colina fue construido el castillo de la familia noble de los Gandolfi, de donde viene el nombre de Castel Gandolfo, pero fue en 1596, bajo el pontificado de Clemente VIII, que la residencia fue expropiada por deudas a la familia Savelli, declarada patrimonio inalienable de la Santa Sede e incorporada con un decreto de 1604 al dominio temporal de la Iglesia.

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Vista al lago de Albano. | Mario Osorio

Fue, sin embargo, Urbano VIII el primer papa que usó Castel Gandolfo como residencia de descanso en 1626 una vez terminados los trabajos de reestructuración y ampliación del Palacio Apostólico a manos del arquitecto Carlo Maderno, considerado uno de los padres del barroco y autor de la fachada de la basílica de San Pedro.

El complejo residencial de Castel Gandolfo es ahora una propiedad extraterritorial de la Santa Sede y con un tamaño de 55 hectáreas, es incluso más grande que el territorio del Estado Vaticano, de solo 44 hectáreas.

Mexicanos en Castel Gandolfo

En los terrenos del complejo pontificio y por voluntad de Francisco, fue creado el proyecto “burgo Laudato si”, un lugar de formación para la ecología integral, la economía circular y generativa y la sustentabilidad ambiental.

El proyecto lleva el nombre de la encíclica de 2015 con la que el papa argentino condenó el consumismo y llamó a una “conversión ecológica” para salvar el planeta.

En el burgo Laudato realizan labores de voluntariado tres seminaristas mexicanos: Porfirio, Sergio y Jesús Israel, según informó el diario del Vaticano, L’Osservatore Romano.

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Uno de los jardines que pueden ser visitados. | Mario Osorio

Es una experiencia única en mi formación", dijo Porfirio Ramírez Méndez, originario de Huajuapan de León, Oaxaca, mientras Sergio Camarillo Gamez, de 27 años y nacido en Puebla, describió el proyecto como una escuela práctica del Evangelio, que incluye formación ecológica, labores de jardinería y horticultura y recepción de visitantes.

Jesus Israel, también de Huajuapan de León, dijo que trabajar en el proyecto significa cuidar la naturaleza, ayudar en las celebraciones litúrgicas y servir a los peregrinos en términos humanos, ecológicos y comunitarios.

El retorno del papa a Castel Gandolfo

León XIV llegó a Castel Gandolfo el pasado 6 de julio, aclamado por los habitantes del pueblo, ubicado a menos de 30 kilómetros al sur de Roma.

“Finalmente el papa ha regresado, ya era hora. Francamente, el papa anterior no me gustaba, me parecía muy gruñón”, declaró a MILENIO la señora Patrizia, dueña de un bar-heladeria a las orillas del lago de Albano desde donde se alcanza ver la colina sobre la cual se encuentra la residencia pontificia.

Dijo que los habitantes de Castel Gandolfo están muy contentos por “el regreso a la normalidad”, que también significa un mayor número de visitantes y, por lo tanto, un impulso para la economía local.

El papa se ha hospedado en la Villa Barberini del complejo residencial, pues el Palacio Apostólico todavía funciona como museo, aunque “de poca relevancia”, aseguró Vian.

Esa villa fue reestructurada y ampliada en 1631 por Taddeo Barberini, sobrino del papa Urbano VIII, a partir de una residencia propiedad de monseñor Scipioni Visconti. Rodeada de un jardín que ahora puede ser visitado, la residencia cuenta con dos telescopios Zeiss del observatorio vaticano y varios restos de la villa del emperador Domiciano, como un teatro, un hipódromo y un criptopórtico o galería cubierta, parcialmente subterránea, típica de la arquitectura romana.

En Castel Gandolfo Leon XIV recibió al presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, y lanzó un nuevo llamado a favor de la paz y el diálogo. También celebró misa en la iglesia del pueblo, donde denunció que muchos pueblos son “robados, saqueados, víctimas de sistemas políticos opresivos, de una economía que los obliga a la pobreza y de la guerra que mata sus sueños y sus vidas”.


AH

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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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