Las inundaciones en el norte de Veracruz pegaron al corazón de los cítricos como la naranja, el limón y la mandarina, dejando bajo el agua y lodo al menos 100 mil hectáreas de las más de 180 mil sembradas, de acuerdo con estimaciones de los productores.
Datos del Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera (SIAP) indican que el municipio de Álamo Temapache, uno de los más afectados por el desbordamiento del río Pantepec, es la principal zona citrícola del país.
Considerada la "capital mundial de la naranja", quedó anegada la mayor parte de sus 80 mil hectáreas sembradas con cítricos.
Gran parte de las huertas eran nuevas, pues la enfermedad Huanglongbing (HLB), había afectado a gran parte de los huertos. Los productores sembraron nuevas plantas resistentes al HBL, pero no a las inundaciones, expresó el líder productor Juan Antonio Delon.
Explicó que, si bien en San Rafael y en Martínez de la Torre las pérdidas de cítricos no son tan graves, en Tecolutla, en la sierra del Totonacapan y el la Huasteca Baja sí, siendo Álamo Temapache el más afectado.
El ciclo de cultivo otoño-invierno en la zona norte de Veracruz, rico en la producción naranja en sus variedades, como la Valencia y la Zarzuma, aporta cerca del 32 por ciento de la producción nacional.
EL DATODaños en Álamo y otros municipios
Solo Álamo tiene 8 mil 733 productores y más de 80 mil hectáreas, pero a esos daños se suman los que sufrieron en Tihuatlán, Castillo de Teayo, Espinal, Papantla, Tecolutla y otros municipios del norte de Veracruz.
En los campos, la fuerza del río desbordado arrasó con los árboles, que literalmente se ahogaron, y los que quedaron en pie perdieron la floración o la fruta que iba a ser cosechada en diciembre y enero.
En consideración de pequeños productores, la fuerza de las lluvias ocasionó la caída prematura de la fruta, así como daños en raíces y follaje.
También se perdió la materia ya cosechada, pues los camiones cargados de naranja, toronja, limones y mandarina, que estaban en tránsito o esperando en los patios de las jugueras, quedaron bajo el agua y los productores tuvieron que tirarla.
La caña es otro de los productos afectados y, aunque se estima que no hay pérdida total, se espera una reducción en su rendimiento. También se perdieron cosechas de plátano, maíz y papaya.
Desde el 13 de octubre, la secretaria de Bienestar, Ariadna Montiel Reyes, informó sobre los censos que ya comenzaron a levantar los servidores de la nación.
Primeramente, se realizan casa por casa, con 600 brigadas y 3 mil servidores en los cinco estados afectados por las lluvias, para conocer sobre daños a viviendas y sus habitantes.
Montiel Reyes expuso además que están por iniciar los censos para conocer las afectaciones a la agricultura y la ganadería y, con ello, tener un conteo preciso a fin de poder actuar en la recuperación de suelos de cultivo y animales de ganado.
Este año, los productores locales acudieron al Congreso del estado para demandar apoyo al sector citrícola.
Los directivos de la Junta Local de Sanidad Vegetal de Álamo, Herminio Francisco Ramos y Guillermo Bustillo Vidal, presidente de la Organización de citricultores, campesinos de igualdad de género de la Huasteca veracruzana, reclamaron que llevan 20 años sin poder exportar directamente la fruta debido a la mosca de la fruta.
Por ello, explicaron, están obligados necesariamente a entregarla a las empresas jugueras para exportar el líquido o trasladarla a las centrales de abasto de la Ciudad de México.
Veracruz, entre mayores afectados por inundaciones
Con base en el Atlas de Riesgos de Veracruz 2023, a nivel nacional éste se ubica en los primeros lugares de incidencia de inundaciones junto con otros estados del sureste como Tabasco y Chiapas.
Entre las causas destaca que por esta entidad escurre casi el 33 por ciento del agua que se precipita en todo el país a través de sus 13 cuencas más importantes siendo éstas los ríos Pánuco, Tuxpan, Cazones, Tecolutla, Nautla, Misantla, Actopan, La Antigua, Jamapa Cotaxtla, Papaloapan, Coatzacoalcos y Tonalá.
Señala además que, ante desastres naturales, la población que vive en las localidades asentadas en las inmediaciones de los cauces de ríos y arroyos de respuesta rápida corre un alto riesgo.
“Cuando se presentan lluvias muy fuertes, la población dispone de muy poco tiempo para evacuar sus viviendas y poner sus bienes materiales a salvo”, indica.
Con una superficie de entre los 27 y 40 mil hectáreas dedicadas al cultivo de cítricos, principalmente naranja, alrededor del 40 por ciento de los huertos se localizan en las zonas cercanas a ríos y arroyos, en algunas de las localidades más golpeadas de Álamo, como Chapopote, La Camelia, La Palma, Monte Chiquito, Ojital Viejo y Pueblo Nuevo.
EHR