A partir de la revolución industrial, el termómetro fue incrementando la temperatura en el mundo, lo que de manera natural y en contraparte, más allá del deshielo de los polos, ha generado que algunas regiones desérticas hoy padezcan crudos inviernos. Ese fue el punto de partida para que científicos y ambientalistas poco a poco advirtieran a la población sobre los efectos del cambio climático y el calentamiento global, del cual la bióloga Ana Lorena Gudiño Valdez, habló con los alumnos de diversas ingenierías que estudian en la Universidad Autónoma Agraria Antonio Narro.
Fue justo en el campus Torreón, donde la coordinadora de Acción Climática del Organismo de Cooperación Alemán, el GIZ, destacó ante los jóvenes que se deberán buscar estrategias para adaptarse ante los cambios que se están viviendo porque los efectos se recrudecen y el vivir en una región como La Laguna será peligroso.

“El planeta no tiene la capacidad de depurar tan rápido la cantidad de emisiones que tenemos y entonces se hace una nata en la zona de la atmósfera, y eso lo que provoca es el efecto invernadero. Los efectos del cambio climático son desertificación, sequía, temperaturas crecientes, calor extremo, inundaciones, el retiro de glaciares. No sé si vieron las noticias hace una semana y media, se desplomó el glaciar eterno de parte de los Alpes suizos, dejando completamente enterrada a una población. La ventaja es que ellos tienen sistemas de alerta temprana y no murió nadie, lo que no ocurre en países de América Latina”.
El ejemplo de contraste para la bióloga fue lo que ocurrió tras el paso del huracán Otis por Acapulco. Estas son las formas en que se expresa la naturaleza, que como ente vivo emprende una defensa ante el saqueo sistemático que realiza las industrias en el mundo y que, en la Comarca Lagunera, mantiene agónico el acuífero principal en el que cada vez se performa a más de mil metros para extraer agua con altas cargas de arsénico.
“Todos son efectos del cambio climático y lo peor de todo es que sigue aumentando la temperatura. Si subimos más de 1.5 grados de lo que estamos ahorita, quiere decir que la situación va a ser peor. Estamos en una emergencia climática porque implica a todas las catástrofes que estamos viviendo.
Escenario climáticos
Con toda la información de la que se dispone, la experta dijo que se pueden hacer proyecciones. Y si el panorama fuera favorable, es decir, si se toman decisiones extraordinarias y la población logra conectarse con la madre tierra; si se toman buenas decisiones y las empresas y gobiernos frenan sus políticas extractivistas, y bajan las emisiones de carbono, en el escenario global el termómetro solo incrementaría un grado la temperatura promedio global. Pero eso no está ocurriendo.
"La realidad es que llevamos desde la década de los setenta hablando de la necesidad de un desarrollo sostenible. Hay una gráfica, no la encontré, pero hay una gráfica donde se ve la cantidad de convenciones marco de Naciones Unidas, acuerdos internacionales y cada vez tenemos más y más y más graficaciones, para hablar del cuidado del medio ambiente, del cambio climático, el cuidado del agua, la desertificación. Y dices: Guau, qué preocupados estamos".
“Compararon esa gráfica con el incremento de la temperatura y de las emisiones de gases de efecto invernadero y está igualita. Tenemos muchas convenciones, muchos acuerdos pero cada vez se calienta más. Cómo es posible que a estas alturas del siglo XXI, donde todos somos conscientes y todos hablamos del cambio climático, sigue incrementándose la temperatura. La convención marco de Naciones Unidas está muy alerta porque estamos rebasando el 1.5 grados y ahí hay un segundo escenario y es el que lleguemos a 2 grados”.
El peor de los escenarios, refirió Ana Lorena Gudiño, es producto de las decisiones que se asumen hoy a escala global. Por ello, recordó a Mario Molina, premio Nobel mexicano experto en el tema, quien advirtió, ni aunque se pararan todas las emisiones en el mundo, como más o menos ocurrió en la pandemia, se podrían recuperar las temperaturas perdidas en las regiones durante siglos.
En La Laguna, zona que conforman municipios de Coahuila y Durango, cuestionó, ¿qué tanto acceso se tiene al agua para consumo humano? A lo que se les respondió que poco o nulo. Ese simple hecho vuelve vulnerable a la región, pues la población está expuesta a los rayos solares al cambiar el uso de suelo.
“La Comarca Lagunera es muy vulnerable a los efectos del cambio climático, igual que este país y muchos países de América Latina, porque para poder decir lo vulnerables que somos, además de estar expuestos y ser sensibles, medimos qué capacidad tenemos para adaptarnos. Eso quiere decir que si yo sé que soy sensible al sol y me expongo, mal, pero si yo uso bloqueador, uso manga larga y un sombrero y no me expongo tanto, entonces tengo capacidad para adaptarme”.
La experta refirió que la población en zonas de riesgo deberá mostrar su capacidad de adaptación al cuidarse a sí mismos y a los demás. Pero además, el campesino, por ejemplo, debe estudiar para entender cómo deberá cuidar a sus cultivos, y los estados asumir que no toda la infraestructura que desarrollan es saludable. Porque cambiar el césped natural por uno sintético, o peor aún, como ha ocurrido en Torreón, quitar áreas verdes para darle paso al concreto estampado, podría poner en riesgo no solo a la ciudadanía sino a la propia ciudad.
DAED