El río Guadalupe, en Texas, un sitio que solía ser sinónimo de diversión y descanso, se convirtió en escenario de devastación.
Debido al desbordamiento causado por fuertes lluvias, el nivel del agua aumentó drásticamente, afectando gravemente un campamento cristiano de verano para niñas y provocando la caída de cientos de árboles, además del arrastre de casas y vehículos.

Campistas sorprendidos por la furia del agua
El lugar, ubicado en el condado de Kerr, era frecuentado por personas que realizaban actividades de campismo y deportes acuáticos. Otros más residían en las inmediaciones. Ahora, el panorama es catastrófico. Habitantes de la zona relatan que no saben cuánto tiempo tomará recuperarse, no solo por las pérdidas materiales, sino por las humanas.
Balance preliminar: más de un centenar de víctimas
A un día del desastre, las autoridades locales han confirmado 120 personas fallecidas y 173 desaparecidas. La cifra podría aumentar conforme avanzan las labores de búsqueda.
Rescate entre escombros y lodo
MILENIO fue testigo de la tragedia en el lugar. Todo está en ruinas. Cientos de rescatistas, muchos de ellos voluntarios, trabajan sin descanso. La maquinaria pesada resulta insuficiente para remover los escombros y localizar a las víctimas.
El poderoso río Guadalupe
El río Guadalupe recorre aproximadamente 370 kilómetros. Nace en el condado de Kerr, atraviesa bosques frondosos y acantilados de piedra caliza, hasta desembocar en la bahía de San Antonio, junto al Golfo de México. Hoy, ese río que serpentea por paisajes naturales ha dejado una profunda herida en Texas.
120 muertos y 173 desaparecidos en el condado de Kerr, Texas
La fuerza, la entrega y, sobre todo, el corazón de los mexicanos se ha hecho presente en el condado de Kerr, Texas, luego de que el pasado 4 de julio una fuerte tormenta provocara la repentina crecida del río Guadalupe. Hasta ahora, se reportan al menos 120 personas fallecidas y cerca de 173 desaparecidas.
Elementos de Protección Civil y Bomberos de Ciudad Acuña, Coahuila, se han unido a las labores de rescate y recuperación de cuerpos en la zona más afectada.
Escenario devastador
Carlos Flores, director de Protección Civil y Bomberos de la ciudad fronteriza, describió el panorama como “devastador y profundamente triste”, ante la gran cantidad de víctimas cuyos cuerpos permanecen atrapados bajo toneladas de lodo, escombros y vehículos arrastrados por la corriente.
“La zona afectada abarca unos 90 kilómetros a lo largo del río. Estamos haciendo todo lo posible para ayudar a las autoridades locales en la recuperación de cuerpos. La lista de desaparecidos es larga y las condiciones son muy complicadas”, comentó.
Apoyo con binomios caninos
Flores explicó que su equipo se sumó a las labores hace cinco días con personal especializado en rescate acuático. También fueron enviados cuatro binomios caninos por parte del Gobierno de Coahuila, los cuales forman parte de los once equipos que colaboran junto con rescatistas de Nuevo León.
Estos perros entrenados han sido fundamentales para detectar cuerpos no visibles a simple vista, al encontrarse sepultados o atrapados entre los restos.
Esperanza mínima, pero vigente
A seis días de la tragedia, las probabilidades de hallar sobrevivientes son reducidas, aunque la esperanza se mantiene viva.
“Ojalá ocurran milagros. La zona es extensa, con muchos sedimentos, árboles y ramas. Es un entorno muy complejo”, dijo el funcionario.
Reconocimiento a la comunidad
A pesar del dolor, Flores destacó el apoyo solidario de la comunidad local, que ha brindado alimento, agua, ropa y palabras de aliento a los rescatistas.
“No hay lugar donde estemos que no se acerque una persona con una palabra amable o una muestra de generosidad. Nos sentimos profundamente agradecidos”, expresó.
Entrega sin fronteras
Finalmente, el director reconoció el esfuerzo de sus compañeros, muchos de ellos padres de familia que dejaron a sus seres queridos en México para ofrecer ayuda en esta emergencia. Aunque el regreso a casa aún no tiene fecha, aseguró que no se han descuidado las tareas en Ciudad Acuña.
“Estamos cansados, pero con la mejor actitud para seguir ayudando. Lo hacemos con el corazón”.
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