En la esquina de Vicente Guerrero y Avenida Coronado, en Ciudad Lerdo, se yergue un edificio que ha sobrevivido al paso del tiempo: el Chalet Tarín. Construido en 1900 por Don Refugio Tarín, su marcada arquitectura europea aún despierta admiración en toda la Comarca Lagunera.
Gracias a una fotografía antigua resguardada por el Archivo Municipal, hoy se puede apreciar el contraste entre la majestuosidad de antaño y su estado actual, el cual, pese a los años, conserva gran parte de su esencia original.

Una joya del estilo europeo
Con su distintiva torre cónica, ventanales alargados y barandales decorativos, el Chalet Tarín se construyó siguiendo los cánones arquitectónicos traídos por inmigrantes europeos, particularmente franceses y españoles, que llegaron a la región a principios del Siglo XX. La fotografía en blanco y negro permite observar el detalle ornamental del porche, hoy remplazado (tanto frontal como trasero), así como la limpia geometría de sus muros y ventanas, fiel reflejo del romanticismo europeo que influyó en la zona.

Entre el ayer y el hoy: una comparación reveladora
Al contrastar la imagen histórica con la fotografía actual, salta a la vista la resistencia estructural del inmueble. Aunque algunos elementos como el porche original ha sido remplazado, la torre principal, los ventanales y la estructura general siguen en pie. Las modificaciones han sido mínimas y discretas, permitiendo que el edificio mantenga su identidad sin renunciar a ciertas adaptaciones urbanas, como la instalación de cableado moderno y reforestación en banquetas.
Ecos de una ciudad con pasado europeo
Los chalets de Lerdo no son un caso aislado. Edificaciones como el Chalet Gorosave o los chalets construidos por Jesús Ríos sobre la avenida Matamoros también reflejan la influencia de los europeos que llegaron a la región impulsando el comercio, la agricultura, especialmente la del algodón, y la minería. Estas familias extranjeras no solo trajeron desarrollo económico, sino también una fuerte huella estética que hoy forma parte de la identidad lagunera.

Construcciones con alma
Según testimonios como el del cronista José Jesús Vargas Garza, estas viviendas están cargadas de detalles únicos: desde sótanos conectados con escaleras de caracol hasta miradores con vista en los cuatro puntos cardinales. En muchos casos, los pisos de madera machihembrada, muros de adobe y ladrillo, y techos altos aún se conservan, dando fe de una calidad constructiva difícil de igualar en tiempos modernos.
El legado del Chalet Tarín
El Chalet Tarín, en particular, sobresale no sólo por su belleza sino por su simbolismo. Es un recordatorio de la época dorada de Lerdo, cuando las grandes casas hablaban de una ciudad cosmopolita en desarrollo. Aunque ya no conserva su porche original, mantiene dos niveles, su torre, y muchos de los detalles arquitectónicos originales, como las molduras de las ventanas y el diseño simétrico del conjunto.

Patrimonio vivo
Hoy, el Chalet Tarín no es solo un vestigio histórico, sino un punto de referencia que invita a reflexionar sobre el valor del patrimonio arquitectónico. En un mundo que cambia con rapidez, su permanencia demuestra que las raíces también pueden renovarse. Gracias a esfuerzos ciudadanos y al interés por preservar la memoria, esta edificación continúa narrando su historia a quienes pasan frente a ella, uniendo pasado y presente en las calles de Lerdo.
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