Un sicario de corte terrorista pretende detonar un arma de destrucción masiva en una ciudad donde la ONU realiza una de sus sesiones más importantes.
La historia podría sonar al guión perfecto para una película de acción norteamericana, pero no, su raíz nace en Monterrey, específicamente durante la reunión de la Conferencia sobre Financiación para el Desarrollo realizada en 2002 con apoyo de la ONU.
Diversos elementos hacen que Luciano Campos Garza, guionista y periodista, desarrolle El Cóncord negro, un guión cinematográfico donde la guía central es la organización de un ataque terrorista en la ciudad al realizarse la cumbre.
Editado por la UANL, el guión será presentado en junio, y a decir del propio autor, está a la espera de un productor que quiera llevar la historia a la pantalla grande.
¿Cómo nace la idea para el guión El Cóncord negro?
La Cumbre de la ONU del 2002 me tocó cubrirla, fue un evento internacional que durante su desarrollo ocurrieron muchas situaciones de las que después me enteré y que no trascendieron.
En la superficie todo estuvo más o menos tranquilo, pero algunos incidentes, que fueron públicos, tuvieron mayor significado que lo que se proyectó en los medios de comunicación.
Al preguntar a gente que estuvo cerca del aparato de seguridad de la ONU me doy cuenta que sí, que había una historia que podía ser contada, y la mejor forma que encontré para hacerlo fue con un guión cinematográfico.
¿Qué elementos encuentras en el guión para contar esta historia?
Toda esta historia la vi muy cinematográfica. Cuando concibes un texto, te lo imaginas de alguna forma en que pueda resultar atractivo, hay historias que pueden funcionar como cuentos o novelas; por intuición y por gusto decidí que tenía elementos visuales que podrían ser contados de mejor manera en una pantalla.
Además del "Comes y te vas" entre Fidel Castro y Vicente Fox, ¿cuáles datos son los que encuentras en la reunión de la ONU que te llevan a escribir la historia?
Por ejemplo, hubo un acontecimiento en Monterrey y que fue muy conocido, y que de hecho fue nota internacional debido a lo singular. Esto es sobre un tipo que se trepó a un espectacular en la avenida Gonzalitos unas dos semanas antes del evento, lo cual fue muy pintoresco, pero que tuvo que ver en el desarrollo de la logística de la ONU. ¿Realmente ese señor era una persona común y corriente, que sólo deseaba llamar la atención o tenía otra intención? Eso se ve en el libro.
En los últimos años diversos proyectos audiovisuales o cinematográficos están tomando historias producidas desde el periodismo ¿cómo ves esta corriente?
Los periodistas, históricamente, desaprovechamos la veta de nuestro trabajo para elementos de la ficción. La mayoría de textos publicados por periodistas son periodísticos y, más específicamente de libros sobre seguridad, un tema que ocupa la agenda nacional.
A mí me interesa más la ficción, el hecho de recibir muchas historias a través de la profesión me hace estar fraguando constantemente narraciones; el escritor es un cazador, en el sentido de estar cazando diálogos o historias para sus textos.
Qué bueno que se estén haciendo historias que vengan de la realidad.
Te aventuras en un género que difícilmente se publica, aunado a que ocupa de muchas vueltas para que finalmente se vea producido en una pantalla.
El guión cinematográfico es un género medio despreciado, por lo general se imprimen los guiones de las películas ya hechas, como una manera de consultar el resultado de la pantalla con lo que se plasmó en papel. Es de agradecer a la UANL de tomarse el atrevimiento de hacerlo al revés.
Sí se escribe mucho guión, pero pocas veces se imprimen.
¿Hace falta proponer un lenguaje propio de Nuevo León para el cine?
Según una teoría mía, que puede ser rebatible, falta la gran película regiomontana. Ha habido intentos, muy buenos y muy dignos, pero falta la gran película regiomontana. No digo que yo la haré o que mi guión lo sea, pero está ese faltante.
La mayoría de las historias que se filman se basa en comedias románticas, porque son las que se venden. Lo que propongo en el libro es que la acción, como género, no está sólo en Estados Unidos, la acción puede estar en cualquier lugar, incluso en Monterrey.