Estamos en octubre y esta época del año es perfecta para las películas de terror. Todos conocemos los clásicos que nos encantan y nos ponen los nervios al máximo, o las nuevas cintas que siguen innovando con historias y personajes nuevos.
Ahora es Good Boy la cinta que llega a intentar dar un giro al género y mostrarnos todo el terror a través de los ojos de un lomito llamado Indy, quien nos robará el corazón y nos hará estar preocupados junto con él por más de 100 minutos.
¿De qué trata Good Boy?
La película tiene una trama sencilla, pues gracias a los sentidos más desarrollados de Indy, este puede percibir más cosas que un humano; esto puede incluir fantasmas o entes desconocidos. Justo así es como empieza, pues vemos que el lomito mira inquietante hacia la esquina de la habitación, mientras su dueño comienza a escupir sangre y no puede respirar.
Tras este suceso nos enteramos de que Todd, dueño de Indy, decide mudarse a una casa en el bosque que le fue heredada por su abuelo, quien murió en esa misma casa junto a su perro. Poco a poco, las cosas comienzan a ponerse turbias ante los ojos del canino.
Asimismo, la enfermedad del hombre empeora e Indy no sabe cómo puede salvarlo de este ente que parece perseguirlo.
Un terror diferente: la mirada de un perro
Lo que la película logra a la perfección es hacernos acompañar a Indy; sentimos que corremos junto a él y que percibimos lo mismo que él. Aunque hay que recalcar que, para nuestro protagonista, esta historia más que de terror es de amor: el cariño hacia su compañero de vida, que lo lleva a luchar por intentar salvarlo.
Ansiedad en pantalla
Más que el terror o la sorpresa que nos pueden provocar las escenas de la cinta, sobre todo los famosos screamers, es la preocupación genuina de Indy: su deseo de salvar a Todd, pero su impotencia de no poder hacer mucho para lograrlo.
Más que una lucha contra un ente o una posesión, podemos decir que es la pelea del canino consigo mismo, un duelo que vive mientras Todd comienza a morir.
El sonido y la fotografía
Definir como espectador y no expertos en cinematografía si técnicamente la cinta cumple con los estándares, es complicado, pero lo que sí podemos dejar en claro que es una película que nos hace sentir el frío del bosque con las tomas, que nos hace percibir la suciedad del lodo a través del pelaje de Indy y, lo más importante, nos hace ver como él.
Un detalle destacable es que la cara de Todd casi no se muestra durante la película, pues Indy, a pesar de que en el cine se ve grande, es un pequeño perrito cuyo tamaño no le permite mirarlo por completo. Un gran detalle que también ayudó al director en su grabación.
Por su parte, la música te hace sentir la tensión del momento, pero hay una en específico, durante la batalla final, en la que sentimos que la canción es nuestro propio corazón acelerado por el miedo.
¿Vale la pena ver Good Boy?
Particularmente opinamos que sí vale la pena. Aunque algunos recursos podrían parecer repetitivos, la verdad es que es una buena idea que ofrece otra perspectiva al género. Asimismo, Indy te hará amarlo desde el primer segundo.