Durante los últimos días de octubre, miles de hogares mexicanos se llenan de colores vivos, velas, aroma a incienso y flores debido a que se coloca la ofrenda de Día de Muertos, un altar que se encarga de guiar a las almas de aquellos que ya no están en el plano terrenal. ¿Hay elementos que no debamos poner? La respuesta es sí y en MILENIO te damos los detalles.
Cabe destacar que, el motivo por el que colocamos este importante altar, se debe a que existe la creencia que, durante la noche del 1 y 2 de noviembre, las almas de los seres queridos fallecidos regresan y, el altar funciona como una puerta, guía y banquete para el espíritu.
 
	¿Qué elementos no debemos poner en la ofrenda?
Sin importar el tamaño que tenga, la ofrenda de Día de Muertos incluye elementos que creemos son importantes para guiar a estas almas; no obstante, también hay algunos otros que se dice, debemos evitar a toda costa pues van en contra de lo que el altar representa.
En caso de que todavía te encuentres montando tu ofrenda y quieras respetar lo que debe llevar, estos son los elementos que hay que evitar poner, de acuerdo con la fe católica:
- Bebidas alcohólicas
- Pan de muerto
- Calaveritas de azúcar o chocolate
- Platillos típicos
- Agua
¿Por qué no se deben poner esos elementos?
A pesar de qué en las ofrendas de Día de Muertos incluyen todos los elementos que para la Iglesia Católica no deben ser contemplados, se ha dado la explicación referente a que se cree que las almas no necesitan ni bebidas o alimentos ya que se encuentran en un plano totalmente diferente y, la creencia de qué vuelven a los altares para recoger los aromas, proviene de la creencia popular que dista de lo religioso.
 
	En ese sentido, hay quienes consideran que tampoco se deben poner fotos de personas vivas que se encuentren con aquellos a los que la ofrenda se dedica, ya que esto sería un mal augurio respecto a cómo se vería el altar incluyendo a esas personas.
Al respecto, se cree que incluir fotos de personas vivas en el altar puede provocar que los espíritus regresen a llevarse a esa persona o que el alma del vivo quede ligada o "jalada" por el mundo de los muertos.
Asimismo, también se deben evitar fotos de quienes daban de fallecer y es necesario esperar a que el alma cumpla al menos un año de fallecida para permitirle completar su viaje al descanso eterno (Mictlán) y no interrumpir su transición.
¿Qué otros elementos debemos evitar?
Aunque hay quienes colocan objetos personales en la ofrenda y que le pertenecían a quienes ya fallecieron, se aconseja evitar aquellos de gran valor sentimental o económico, o que sean muy frágiles pues el objetivo de la ofrenda es que sea un sitio de respeto y no de preocupación material.
Pese a que la iglesia no lo recomienda y hay quienes sí colocan platillos en la ofrenda, hay que resaltar que, colocar comida descompuesta, con moho o en mal estado es una falta de respeto hacia el difunto y, espiritualmente, se cree que podría atraer malas energías.
 
	En el caso de los niños, existe también una creencia extendida, aunque no universal, sobre evitar la sal en las ofrendas dedicadas a los niños difuntos, debido a que este alimento es un elemento de purificación para el cuerpo adulto y se utiliza para que no se corrompa en su viaje. Como las almas de los niños son consideradas puras e inocentes, se cree que no necesitan este tipo de "protección" o "purificación".
Finalmente, también se recomienda evitar sustancias ilícitas, o cualquier elemento que pueda causar un accidente, como cables sueltos o veladoras cerca de papel picado sin vigilancia, ya que esto puede dar pie a un incendio que afecte nuestro patrimonio.
¿Qué sí debe llevar una ofrenda?
Hay elementos de temporada que sí se deben incluir en la ofrenda y por los que no ha habido alguna restricción, ni de parte de la Iglesia Católica o de las creencias populares.
Estos son:
- Flor de Cempasúchil: su vibrante color amarillo o naranja (que simula el sol) y su penetrante aroma sirven de guía. Sus pétalos se usan para trazar un camino desde la entrada de la casa hasta el altar para dirigir al difunto.
- Velas y veladoras: representan el fuego, uno de los cuatro elementos. Son la luz que guía a las almas en su largo recorrido y las ayuda a encontrar su morada. Se suele poner una vela por cada difunto.
- Copal e incienso: el copal (resina prehispánica) y el incienso (aporte europeo) se utilizan para limpiar el ambiente de malos espíritus y energías negativas, creando un espacio sagrado y seguro para la llegada del alma.
- Papel picado: su fragilidad y movimiento representan el aire, otro de los cuatro elementos esenciales. También añade color y un carácter festivo a la ofrenda.
 
	MBL 
 
	 
	 
	