Rubén Luengas y Patricia García, fundadores de Orquesta Pasatono hace 27 años junto con Édgar Serralde, están convencidos de que la música también migra, que los migrantes se la llevan con ellos.
“La música también es migrante”, ha dicho Patricia García. “Orquesta Pasatono se formó del impulso de dos migrantes, pero el fenómeno migratorio nos ocupa hoy a todo el mundo y hay que reflexionar sobre él”, dice Rubén Luengas a MILENIO en vísperas del debut de la agrupación en la sala Nezahualcóyotl de la UNAM, con el concierto Migrante 27, el sábado 6 de septiembre, a las 20:00 horas.

“La música de Pasatono Orquesta es algo nuevo con algo muy viejo. Es la música actual de los pueblos de Oaxaca, que tiene una esencia muy fundamentada en la tradición, pero con un lenguaje actual para poder expresar la música en un momento actual”, expone el músico al destacar también la influencia que ha tenido la agrupación en sus presentaciones fuera de México, como dos veces en el Lincoln Center de Nueva York, en 2005 y 2008, o con afamados músicos nacionales e internacionales.
En 1998, Luengas, de Tezoatlán de Segura y Luna, y García, de Valles Centrales, migraron a Ciudad de México a estudiar etnomusicología en la entonces Escuela Nacional de Música de la UNAM y ahí conocieron a Édgar Serralde. Se reunían los tres con la idea de tocar la música tradicional de Oaxaca, pero no la popular de bandas de viento, sino la gran tradición de cuerdas que hay en el estado.
“Éramos tres jóvenes que queríamos trabajar la música de cuerdas y tocarla”, cuenta Rubén Luengas.
Y agrega que todo empezó en la carrera de etnomusicología cuando, durante una investigación musical, él grabó hace 27 años un casete en el que se mostraba la música tradicional de la mixteca, que presentó en la actual Facultad de Música de la UNAM, empezaron a tocar la recopilación que quedó registrada con el nombre Ñuu Savi, Música tradicional de la Mixteca. Volumen 1, que aún puede hallarse en fonotecas.

La escoleta
Luengas y García recuerdan que el repertorio les permitió conocer y grabar a músicos maestros tradicionales de arriba de 80-90 años y sus instrumentos, que en ambos casos son parte de la historia.
“Son grabaciones de campo, históricas. Tuvimos la fortuna de poder grabar a esos grandes músicos tradicionales: don Rogelio Calvo Roque, de Pinotepa Nacional, excelente violinista; don Pedro Espinoza, un trovador de Tezoatlán; don Pedro Pacheco, que para ese entonces ya tenía 87 años, de Huajapan de León, un trovador que había nacido a finales del siglo XIX, había atravesado todo el XX y alcanzó los primeros años del XXI. Personajes de ese tipo con instrumentos que hoy son históricos, como el bajo quinto, violines mixtecos, que ya poco se pueden escuchar en a región”, refiere Luengas.
Durante una década se presentaron como trío pero en 2008 decidieron conformar una orquesta con el fin de rehacer las orquestas que hubo en las regiones oaxaqueñas, sobre las cuales les platicaban los maestros que conocieron a finales del siglo pasado en su tránsito hacia los siguientes siglo y milenio.
“La inspiración de los testimonios y las fotografías antiguas nos llevaron a crear la orquesta, ya invitamos a otros músicos. Hoy estamos muy gustosos porque tenemos músicos muy jóvenes, algunos que han salido de nuestros proyectos de educación musical, como el contrabajista, que es egresado de nuestra escuela de música comunitaria que tenemos en Tezoatlán”, comparte el bajoquintista.
Su escoleta de música, como se conoce a las escuelas comunitarias en Oaxaca, ha funcionado durante 13 años y formado a más de 120 estudiantes, 30 de ellos en la actualidad, con apoyo incluso de artistas de renombre, como el gran pintor mixteco Sergio Hernández, que les donó los instrumentos y que colaboró con escenografía para la pieza Maroma, que están haciendo en Oaxaca con Idiotas Teatro.
“Y la escoleta sigue con los apoyos de artistas, músicos, padres. Ha sido una gran experiencia porque de esos esfuerzos tenemos un egresado que hoy está haciendo música en el ámbito profesional, Israel Mendoza, originario de Tezoatlán, que entró de 13 años a tocar a la orquesta y hoy es un joven de 27 años y anda tocando y viajando por el mundo con Pasatono”, comparte emocionado Rubén Luengas.

Las influencias
En la orquesta las piezas también se interpretan con voz, en las distintas lenguas de Oaxaca, pero el músico y etnomúsico advierte que su música actual tiene influencias de todo el mundo, porque han viajado, y músicos nacionales y extranjeros también han visitado Oaxaca y han colaborado con ellos.
Luengas y García así justifican que su debut en la sala universitaria de este sábado lleve por nombre Migrante 27, porque se trata de 27 años de hacer música tradicional y llevarla a México y otros países.
Migrante 27 forma parte de la programación de la serie Música del Mundo de la Dirección de Música de la UNAM, con conciertos de seis agrupaciones procedentes de México, Argentina y Polonia, que tendrán lugar en diferentes escenarios universitarios del 6 de septiembre al 5 de octubre.
“Migrante 27 será escuchar un recorrido por estos 27 años de música muy tradicional, desde lo que hacíamos al inicio como lo que grabábamos en esos casetes, en esas investigaciones de campo con músicos tradicionales, hasta lo nuevo, composiciones nuestras, que son una nueva propuesta de música de Oaxaca que compartiremos, como la Cumbia Triqui, piezas como Todos los Santos, que alude a una celebración muy importante en Oaxaca, que es el Día de Muertos.
“Pero son canciones que tienen muchas influencias distintas, rasgos del jazz, del rock, de músicas de otros lados del mundo, de África, de Medio Oriente, nos ubicamos como músicos del siglo XXI, que vivimos en un mundo globalizado, que hemos tenido contacto con músicos de otras culturas, que hemos viajado a otros países, que ahí absorbemos y se quedan influencias, sonidos, los cuales expresamos en estas composiciones”, señala Luengas.
Refiere que él trabajó en la logística de un concierto del serbo-bosnio Goran Bregović en Oaxaca y que la Orquesta Pasatono colaboró en un disco del Trío Da Kali, de Mali, integrado por Hawa Kassé Mady Diabaté (voz), Lassana Diabaté (balafón) y Mamadou Kouyaté (ngoni), además de tener participaciones de Eugenia León o de rockeroscomo Saúl Hernández, de la banda mexicana Caifanes.
“Todas estas colaboraciones han formado el rostro de Orquesta Pasatono, que ha tocado en dos ocasiones en el Arthur Rubinstein Atrium del Lincoln Center en Nueva York, en 2005 y 2012”, dice Luengas, que señala que la agrupación ha grabado cinco discos, entre otros La tiricia y Maroma.
Patricia Rojas detalla que tocarán la presentación en la UNAM un repertorio de los géneros tradicionales de Oaxaca, como chilenas, sones, jarabes, pero también danzones, paso dobles, oaxacados (un jarabe de la mixteca cantado con coplas), que el del concierto fue compuesto por Rubén Luengas.

El nuevo disco
Rojas comenta que también estrenarán temas de un disco, Yaasama, la música de la tela, que hicieron para el Museo Textil de Oaxaca, los cuales todos tienen que ver con textiles, como el rebozo. Además, este viernes 5 de septiembre se presentarán en el Centro Cultural Teopanzolco de Cuernavaca y el domingo 7 irán a Dolores Hidalgo, Guanajuato, con programa similar al del sábado en la sala Nezahualcóyotl.
“Vamos a estar 10 músicos, tres violinistas, un percusionista-batería, clarinete y saxofón, barítono y trombón, trompeta, bajo quinto tradicional y representativo de la agrupación, y una jarana de la mixteca. Le llamamos Migrante 27 y a lo largo del concierto se van a ir contando historias de cómo han llegado estas músicas a nuestra región, por qué las estamos tocando de tal manera".
“Finalmente, la música es de todos los lugares, de acá y de allá, y la música de Oaxaca no es la excepción, tenemos influencia europea, africana, árabe, es una mezcla. Y ahora es una mezcla de los géneros actuales. Nosotros hemos sido migrantes porque hemos salido a trabajar o estudiar a otros lugares, pero la música también es migrante”, expuso la investigadora e intérprete oaxaqueña.
Añadió que en la pasada Guelaguetza en Oaxaca llegó una delegación de Los Ángeles con su música.
“Fue muy emotivo saber que los migrantes se van y se llevan su música también. La música es un ente migrante y en este concierto en la UNAM queremos reflejar esos diversos caminos que ha seguido la música para llegar a lo que nosotros somos ahorita”, dijo García y puso de ejemplo una rumba-cumbia escrita por el migrante zapoteco de Los Ángeles y clarinetista, Esteban Zúñiga, que mezcla los sones de la sierra donde nació con el swing y el jazz que fue a conocer a Estados Unidos cuando migró allá.
“Es una pieza maravillosa, síntesis de este músico oaxaqueño, que muestra su mundo musical que tuvo de la migración”, agrega Patricia García, fundadora de Pasatono Orquesta con Luengas y Serralde.