Ayer, hoy y mañana, como la comedia en la que Vittorio de Sica la dirigió en 1963, premiada en el 64 con el Oscar a la mejor película de habla no inglesa, así tituló Sophia Loren su libro de memorias (Lumen, 2025), un documento extraordinario no solo por la vida, muchas veces difícil, de la diva italiana, sino por el mundo que rememora, en el que brillan las grandes estrellas de una época de la que, luego de la muerte de Claudia Cardinale el pasado 23 de septiembre, ella permanece, quizá como la última protagonista y testigo.
“Desde su casa —escriben los editores—, la actriz abre la caja de los recuerdos, y de ahí salen palabras, fotos y documentos inéditos. Los perfiles de los grandes protagonistas del siglo XX desfilan por estas páginas: de Vittorio De Sica a Giorgio Armani, pasando por Cary Grant, Marcello Mastroianni, Audrey Hepburn y Alberto Moravia. Es así como el pasado vuelve a nosotros gracias a una voz que fue musa de la gran pantalla, pero que nunca olvidó sus orígenes, y ahora puede permitirse el lujo de recordar todos los años de su vida”.
A los noventa y un años, Sophia Loren se mantiene activa y su presencia continúa siendo imponente. Nació el 20 de septiembre de 1934 en Roma, pero su infancia y adolescencia transcurrieron en Pozzuoli, un puerto de la provincia de Nápoles. Su madre era maestra de piano y fue abandonada por su marido con dos hijas, Sofía y Anna María, por lo que creció en un ambiente lleno de carencias.
En la adolescencia, en una Italia avasallada por la Segunda Guerra Mundial, Sophia comenzó a destacar por su físico impresionante. Impulsada por su madre, participó en concursos de belleza y se inició en las fotonovelas, sumamente populares en la época, para después dar sus primeros pasos en el cine con los nombres de Sofía Villani y Sofía Lazzaro.
En 1951 conoció al productor Carlo Ponti. Ella tenía 17 años y él 39. Ponti, con quien se casaría tiempo después, contribuyó a catapultar su carrera. También resultó fundamental su encuentro con Vittorio de Sica, con quien comenzó su relación profesional en 1954 con un capítulo de la divertida película El oro de Nápoles, que retrata a la sociedad italiana de la posguerra.
A finales de los cincuenta, Sophia ya era una actriz internacional que alternaba con los más famosos personajes de Hollywood. En 1957 filmó Orgullo y pasión, compartiendo créditos con Frank Sinatra y Cary Grant, quien intentó seducirla. Rodada en España, en esa película realiza un baile flamenco impregnado de sensualidad.
De Sica dirigió en 1962 Dos mujeres, que significaría la consagración de la Loren como actriz y la llevaría a ganar su primer Oscar —el segundo lo obtendría en 1991 como un reconocimiento a su trayectoria. Basada en la novela La campesina, de Alberto Moravia, cuenta las vicisitudes una madre y su hija durante el avance de las tropas aliadas por Italia durante la Segunda Guerra Mundial. Es una película intensa, conmovedora, por momento divertida; es, sobre todo, una lección de amor maternal en tiempos violentos.
Sophia Loren fue dirigida por cineastas como Sidney Lumet, Charlie Chaplin, Martin Ritt y Ettore Scola, pero fue con De Sica con quien lograría sus mayores éxitos. Él la dirigió en uno de los cuatro episodios de Bocaccio 70, una reflexión sobre la moralidad y el amor, donde ella es el anhelado premio de los jugadores de un stand de tiro.
Entre las asociaciones más afortunadas del cine de cualquier época y lugar, está la de Vittorio de Sica, Marcello Mastroianni y Sophia Loren. Juntos hicieron películas memorables como Matrimonio a la italiana y la ya citada Ayer, hoy y mañana, en la que tiene lugar la escena del striptease que mucho tiempo después Marcello y Sophia repetirían en Prét-á-Porter, de Robert Altman.
El éxito de Sophia Loren no radica solo en su incuestionable y eterna belleza, sino también en su gran y reconocida calidad como actriz. Hace cinco años filmó la que hasta ahora es su última película: La vita davanti a sé (La vida ante sí) dirigida por su hijo Edoardo Ponti, en la que interpreta a una vieja prostituta que se gana la vida cuidando hijos de sus jóvenes compañeras, hasta que llega a su casa un refugiado resentido y rebelde con el que llegará a establecer una difícil pero sólida amistad. Esta película no está incluida en su libro, pero es un buen ejemplo de su capacidad para asumir cualquier rol con absoluto profesionalismo.
Ayer, hoy y mañana. Memorias es un viaje por un mundo de estrellas en el Sophia ha sido de las más grandes y rutilantes.
AQ / MCB