Cultura

Fellinianas, por José de la Colina

José de la Colina (1934-2019)

Este texto forma parte de Álbum de Lilith, publicado por Daga Editores en el 2000.

Federico Fellini filmaba con su cámara golosa a través de bosques de mujeres rollizas, anhelando pantallas cada vez mayores y más anchas que altas, pero siempre insuficientes, para instalar las redondeces femeninas, un pecho aquí, un vientre allá, un culo acullá, toneladas de pelotas y pelotones carnales, carne proteica y tumultuosa, una feria de labios gordezuelos, de papadas afrodisiacas, de nalgas marmóreas o algodonosas, de bocas como ventosas, de piernas y muslos como tentáculos, y buscaba las actrices más grandotas y rotundas, las Sandras Milo y Magalíes Noëlles y Anitas Ekbergs y Sarrasinas que con sus pechos y traseros totalitarios llenaran el horizonte visual, desbordaran la pantalla, obsesionaran al mundo entero, poblaran para siempre el harem de tus sueños, oh hipócrita espectador, mi semejante, mi hermano.

ÁSS

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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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Laberinto es una marca de Milenio. Todos los derechos reservados.  Más notas en: https://www.milenio.com/cultura/laberinto
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