Cultura

El oficinista y el ‘coach’

Libros | A fuego lento

‘Empleado desconfianza’, de José Casas-Alatriste Parlange, exhibe a un narrador curtido en los manuales de autoayuda.

Todo es posible en la Edad del Filisteísmo. Los analfabetos gobiernan países poderosos, los falsificadores presiden comités artísticos, los advenedizos escriben novelas. Lo verdaderamente lamentable es que no se trata de casos excepcionales sino de una normalidad que incluso se proclama con orgullo. No puedo sino considerar a la novela Empleado desconfianza (Plata Editores), de José Casas-Alatriste Parlange, bajo esta óptica. Representa, con ruidosa transparencia, el triunfo de la chabacanería que no tarda en volverse comicidad de palenque.

Empiezo por la voz narrativa: un empleado bancario que solo responde a su complejo de inferioridad y emplea sus horas de trabajo en escribir una novela (protagonizada por un grupo de holgazanes que planea sembrar una bomba en un banco), cuyas páginas llegan hasta nosotros, mientras va anunciando la puerilidad de su vida conyugal, su pasado familiar, su precariedad laboral. Se trata de un narrador curtido en los manuales de autoayuda, sin asomo de ironía: “Quiero ser el personaje principal con esteroides. Un pinche superhéroe que pude haber sido sin mis circunstancias. Un yo mejoradísimo”.

Casas-Alatriste Parlange ha intentado la radiografía del asalariado hecho para la medianía, que paga cada vez más intereses de su tarjeta de crédito y, encima de todo, carga con una amante embarazada que responde a su misma condición. ¿Un melodrama? Sin duda, en su versión más aleccionadora: un muestrario de temores, inseguridades, fracasos, vejaciones, dispuestas como un escarmiento ejemplar, la clase de situaciones que los llamados coaches personales y empresariales hacen para iniciar el camino hacia la autosuperación. Esto es, sin rodeos, Empleado desconfianza: el folleto publicitario de un coach.

Cualquiera puede escribir una novela. De hecho, como muestran las mesas de novedades editoriales, cualquiera puede publicar una novela, siempre y cuando actúe bajo el único deseo de complacer a una camarilla de familiares y amigos, y acierte a llenarle el ojo a algún director comercial. Así el estado de cosas en la Edad del Filisteísmo, en la que prevalecen mensajes de esta hondura: “Cuando los oficinistas nos acercamos a la adrenalina de a devis nos ponemos más pendejos que con el Bacardí”.

Empleado desconfianza

José Casas-Alatriste Parlange | Plata Editores | México, 2025

AQ / MCB

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Roberto Pliego
  • Roberto Pliego
  • (1961) Cursó Letras Hispánicas en la UNAM. Fue subdirector de la revista Nexos. Autor de La estrella de Jorge Campos y 101 preguntas para ser culto, es editor de Laberinto.
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Laberinto es una marca de Milenio. Todos los derechos reservados.  Más notas en: https://www.milenio.com/cultura/laberinto
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