Cultura

"Empecé a hacer fotografía sin saber que tenía autismo", dice Iván Macías, quien inaugura exposición el 26 de noviembre

El fotógrafo inaugurará en el Museo Archivo de la Fotografía Mirar desde dentro: autismo y fotografía, su exposición más íntima.

“Descubrí que tenía autismo ya muy tarde en mi vida, a mis 34 años prácticamente”, confiesa en entrevista Iván Macías, fotógrafo que se encuentra ultimando los detalles para inaugurar, el próximo miércoles 26 de noviembre a las 18:00 horas, 'Mirar desde dentro: autismo y fotografía', su exposición más íntima y en la que invita a mirar el mundo desde una sensibilidad distinta: la de una mente autista.

Serán alrededor de 50 imágenes las que se exponen, hasta el 15 de febrero de 2026, en el Museo Archivo de la Fotografía, el trabajo de también ganador del World Press Photo en 2021, un proceso que asegura, “la cámara fue una forma de ordenar el caos, habitar la emoción y construir puentes con los demás”.

La muestra está dividida en seis secciones conceptuales, núcleos que permitirán adentrarse desde la mirada de Macías a través de su evolución y autoconocimiento, desde la evasión social a la conexión emocional.

“Refugios en silencio” muestra la evitación del contacto social a través de paisajes urbanos y naturales; “Universos ocultos” explora en el detalle con macrofotografías; “El caos y sus equilibrios” es su búsqueda “obsesiva” entre la simetría y el orden; “El enigma de la mirada” se centra en los retratos y las emociones; “Narrativas visuales compartidas” son las imágenes que buscan resonar con quien las observa y construir un terreno común; y “Sentir intensamente” muestra la teoría del “mundo intenso” hecha fotografía documental.

Fuego y fe en Tultepec | Iván Macías
Fuego y fe en Tultepec | Iván Macías

¿En qué momento te enteraste del diagnóstico?

Es algo que no solía platicar mucho. Descubrí que tenía autismo ya muy tarde en mi vida, a mis 34 años; yo sabía que tenía algo diferente desde joven porque era muy malo en la parte social, además de tener hipersensibilidad en los oídos. En pandemia, resultó que me quitó mucho estrés, el no tener que salir, el no tener que ver a la gente directamente, el no tener que hacer esas convivencias sociales; de repente me sentí muy bien, cuando todo el mundo andaba sufriendo, lo que me hizo pensar que había algo raro en mí. Hablé con una amiga que me mandó a un especialista y resultó que sí tengo un grado de autismo.

¿A qué desafíos te enfrentas en lo artístico?

De eso va la exposición. Para mí la fotografía fue muy terapéutica porque yo no tenía mucha relación con las personas, entonces la forma de desenvolverme fue a través de las fotografías, y lo primero que hice fue mucho paisaje, arquitectura urbana, pero de noche, cuando había menos gente, lo que me tranquilizaba mucho. La cámara se volvió una forma de poder hacer cosas que no podía; por ejemplo, comúnmente no podía ir a un concierto, y con la cámara se me hizo mucho más fácil porque me centraba completamente en hacer fotografía. A través de la cámara pude hacer cosas que no podía hacer normalmente, hasta llegar a lo documental. La fotografía fue un autodescubrimiento y una forma de mostrar lo que estaba sintiendo.

¿Se volvió una extensión?

La cámara es como una extensión de mí, de lo que quiero expresar y sentir.

¿Cómo fue preparar esta muestra?

Fue complicado porque eso lo estuve trabajando con el doctor que me diagnosticó; la idea fue buscar los puntos y cómo el autismo fue moldeando mi perspectiva a través de la fotografía, y cómo fue evolucionando con las condiciones que tengo. Fue muy revelador hablar con el terapeuta, explicarle el tipo de fotografía hacía yo, que me lo pudiera rebotar con teorías de neurodivergencia, ver cómo iba complementando, ver cómo iba evolucionando. Yo empecé a hacer fotografía sin saber que tenía autismo. Es impresionante porque esa condición fue moldeando mi forma de hacer fotografía, lo que fue muy interesante.

¿Es la exposición más íntima?

Definitivamente. Podría considerarme antes un autista de clóset porque es una condición que sabía que tenía, pero algo muy personal. Ahora, con esto, quiero que sea una punta de lanza para enseñar o mostrar, no solo a las personas autistas sino a todas las demás, que se puede vivir con una condición así y que puede tener una vida plena. Es una exposición íntima en la que se puede entender las motivaciones, tanto emocionales como psicológicas, de lo que fui pasando en mi vida.

¿Qué te deja esa exploración?

Mucho aprendizaje porque fue un proceso emocional que me costó mucho, porque siempre había como una coraza que me dejaba hacer fotografía, pero no llegaba hasta el fondo, como a entender mis emocionalidades y entenderme a mí mismo, y aunque todavía me cuesta trabajo hablar, pues ahí voy. Todo sigue siendo aprendizaje.

jk

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Viridiana Contreras
  • Viridiana Contreras
  • viridiana.contreras@milenio.com
  • Reportera y coeditora. Licencia en Comunicación y Periodismo en la Facultad de Estudios Superiores Aragón (UNAM). Doce años en el periodismo cultural.
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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