Sobre Terrestre (Random House), su nuevo libro, Cristina Rivera Garza (Tamaulipas, 1964) dice que es el lado B de El invencible verano de Liliana , obra que le dio el Premio Pulitzer en 2024 .
En entrevista con MILENIO , la escritora cuenta que son diferentes historias que suceden en la superficie de la Tierra, principalmente con chicas que no fueron blancas de feminicidio , como lo fue su hermana.
— ¿Qué es Terrestre ?
Es como el lado B de El invencible verano de Liliana, donde tuve que ser extremadamente cuidadosa con el lenguaje porque estaba tratando temas de violencia de una manera muy cercana, especialmente el feminicidio. Y aquí hay una serie de personajes, más o menos de esa misma edad y de las mismas geografías. Estas son las chicas que no fueron blancas de feminicidio, que abrieron camino y lucharon para reivindicar el derecho a estar en esos espacios públicos. Chicas con arrojo y valentía, a veces con despreocupación o irresponsabilidad.
Pienso que sería difícil entender cómo ha crecido en México especialmente, pero en América Latina, un movimiento feminista tan fuerte, si nada más le ponemos atención a la fuerza violenta del feminicida. Creo que también es importante no dejar de lado y hablar siempre de esta otra energía rebelde, con rabia, con fuerza, que es donde también se generan estos movimientos.
—¿El libro fue encontrando su propia forma?
Son cuentos, relatos con una forma muy única, relajada, es un libro que he escrito con mucho gozo. Yo estaba en otro proyecto más grande que me ha dado mucha lata, pero este apareció y los asuntos más lindos son cuando estás con los libros o con las personas que quieren estar contigo.
—¿Es un libro inclasificable?
Yo lo llamo de no ficción especulativa, porque justo como en mis últimos tres libros está muy relacionado a documentos, diarios, entrevistas, etcétera, pero aquí se nota un poquito menos porque la parte de “qué pasaría si o qué hubiera pasado sí” está muy señalada. Es mostrar otra cara de la violencia y hacerlo en un contexto en el que, además de utilizar elementos de la no ficción, estoy muy gozosamente de lleno en la especulación completa.
—Realizaste investigaciones para Terrestre ?
Sí, necesitaba contrastar relaciones y estar seguro, incluso en mapas, pues muchos de los lugares de los que hablo en México ya no existen, carreteras que han sido devoradas por distintos tipos de desastres naturales, lugares a los que ya no puedes llegar. Espacios que nos ha quitado la violencia a hombres ya mujeres, y la intención aquí es recordarnos a todos que esa posibilidad está ahí. A lo mejor eso es lo que hace la escritura: reactivar esas posibilidades que creemos perdidas pero que siguen siendo parte de nuestro mundo.
— ¿Cómo mezclaste los temas?
Hay tres cosas aquí: es el cuerpo adolescente, de la mujer joven, también un territorio de posibilidad; la amistad, que sinceramente en un mundo como el que vivimos ahora, donde el capitalismo del odio parece dominarlo todo, me parece que la amistad es fundamental como acto de resistencia y la cercanía entre el cuerpo y el territorio.
Terrestre se compone de relatos como: “El significado de la lluvia”, “Sol , de otro planeta”, “Los leones no están acá” , “Pajarracas” y “Los que me ayudan a mudarme también están en movimiento” , entre otros.
—En el relato “Práctica de campo” se encuentra una Rivera Garza combativa, punk. ¿Lo ves así?
Es una experiencia que me marcó mucho. Está ahí en mi tesis de sociología de 1987. Yo estuve en un asentamiento en la colonia Belvedere de Ciudad de México que después fue atacado y arrasado de la manera en que lo describo ahí. Es un texto que está muy atento a la violencia urbana, pero más atento a lo que podemos hacer juntos. Y creo que hay una marca generacional, eso que me pasó a mí, le pasó a mucha gente, en muchos distintos movimientos que forman parte de esta energía utópica que me parecía importante también revisitar, que viene de finales del siglo XX y que por desgracia la violencia nos ha obligado a olvidar.
—En el primer relato aparece el nombre de Julia O' Bradeigh, conocida por tus lectores.
Sí, pero si no lo sabes, no hay problema, si lo sabes, tiene un encanto. Hay una complicidad y lo que genera es decir: “tú y yo sabemos algo, a lo mejor alguien más lo sabe, no importa, pero tú y yo que estamos atentos a este mundo lo sabemos”.
Para mí la lectura es eso, sobre tener tus cómplices en el mundo y de saber que, independientemente si avanzas con uno, con varios, en compañía o no, realmente siempre estás con esta posibilidad de conexión que viene de la escritura y de la lectura sobre todo.
—¿Qué es para ti la adolescencia?
Tengo la impresión, no soy la única evidentemente, de que cuando verdaderamente somos inmortales es durante la adolescencia, cuando tenemos tiempo para hacernos preguntas básicas e imposibles al mismo tiempo, y cuando dejamos entrar al mundo a nuestra existencia sin mayores sospechas o recovecos. Yo creo que esas experiencias tan intensas dejan una marca fundamental que después la edad adulta, la falta de tiempo, las responsabilidades, nos hacen olvidar pero en momentos tan graves como los que vivimos no estaría tan mal recordarlos.
Recordar esas utopías, esos sueños y esas posibilidades que tal vez han sido derrotadas, pero tal vez solo momentáneamente, no eternamente.
Reconocimiento tardío
Cristina Rivera Garza publicó en 2007 la novela La muerte me da, que acaba de ser traducida al inglés como Death Takes Me, que The New York Times colocó como uno de los libros del año.
—¿Qué está pasando con Cristina Rivera Garza?
Que finalmente me están traduciendo, y al libro le ha ido muy bien y me llena de gusto. Lo interesante, ¿sabes?, con todos estos libros y traducciones retrasadas, como es el caso de La muerte me da , por desgracia, es que los temas que está tocando son muy del mundo de h oy, siento que se comunica muy bien con nuestro entorno.
—¿De qué trata?
Hay un detective que investiga el caso de un asesino o asesino en serie que tiene que ver con castraciones de hombres. Era esa época en que e scuchábamos noticias sobre feminicidios en Ciudad Juárez. La novela propone qué pasaría si este mismo ejercicio de la violencia sexual, de la violencia de género a través del sexo, ocurriera en el cuerpo masculino.
Está hecha de una manera muy desparpajada, con un sentido del humor retorcido y medio oscuro; valdría la pena reeditarla.
Cristina Rivera Garza ha viajado en estos días a España, Londres y Houston y, por ahora pasará tiempo en Ciudad de México. La autora y traductora cruza por la cera como un Beatle para las fotos mientras muestra preocupación por lo que pueda pasar con el Programa de Doctorado en Escritura Creativa en Español de la Universidad de Houston, tras la noticia de que Donald Trump ordenó suspender la visa para estudiantes.
“No sé, estamos preocupados todos, tal vez regrese pronto a México”, finaliza la escritora con su inseparable sonrisa en medio de las calles de la colonia Roma.
La presentación de Terrestre de Cristina Rivera Garza será el sábado 31 de mayo en el Péndulo Roma.
PCL