Si las emisiones de gas de efecto invernadero generadas por el desperdicio de productos perecederos fueran un país, serían el tercero más grande del mundo, solo detrás de Rusia y Canadá, superando incluso a China.
La tercera parte de los alimentos que se producen en México no se venden a tiempo y se convierten en pérdidas para quienes se encargan de llevarlos a los centros de consumo y venta de las ciudades. Para evitar que esa comida se pierda, existe una estrategia, de la que MILENIO fue testigo, para llevarla a comunidades que no tienen suficiente abasto y así puedan darle utilidad y ayuda a quienes más lo necesitan.
La comida que no se vende en mercados, centrales de abasto y autoservicios se convierte en recursos desperdiciados.
Y no solo eso, desechar los alimentos que aún se encuentran en buen estado también contribuye al calentamiento global.
En México existe un esfuerzo para darle utilidad a esos recursos y contribuye a alimentar a 200 mil personas solamente en el oriente de la Ciudad de México y su zona conurbada. Pero para que esto suceda, se requiere de una amplia red que sea capaz de recibir las donaciones de comida por parte de la central de abastos e incluso los supermercados, para posteriormente distribuirla, pero no entre cualquier persona, sino en aquellos que más lo requieren.
A principios de año, después de las fiestas de diciembre, el trabajo es más intenso, pues los almacenes deben dejar sus inventarios limpios.
La Directora de Desarrollo Institucional del Banco “Alimento para Todos” Anabel Díaz Cantón, explicó que cerca de un tercio de la producción de los alimentos se desperdician, por este motivo son donados a los 60 bancos de alimentos repartidos por los 30 estados de la república mexicana.
“Los grupos beneficiados se llevan los alimentos a sus comunidades para poder repartirlos de manera organizada y equitativa”, comentó.
Para que esto suceda, primero se debe hacer una vinculación con las compañías para recibir los excedentes que ya no serán utilizados, después envían a uno de los 37 transportes de carga para llevarlos al almacén y hacer la mezcla de productos.
En el Banco de Alimento para Todos, cuentan con un sistema de gestión que les ayuda a determinar entre los suministros y el padrón de beneficiarios, la cantidad que será destinada a cada familia.
“Atendemos a 200 mil personas cada mes, estas personas se encuentran en la zona oriente de la Ciudad de México y área metropolitana. Estas personas tienen algún tipo de vulnerabilidad, por ejemplo, en su familia sólo hay un ingreso o hay algún miembro que no puede trabajar, como personas de la tercera edad o personas con discapacidad”, agregó.
Para determinar estos datos, BAMX debe realizar un censo socio alimentario. La Directora Nacional de Alianzas Estratégicas e Inversión Social BAMX, Claudia García Zambrano, detalló que estos cuestionarios se aplican a través de los bancos de alimentos: “ellos internamente realizan este censo socio alimentario, para que un trabajador social detecte en qué condiciones se encuentran de pobreza o inseguridad alimentaria”.
Si las familias pertenecen a comunidades lejanas, las entregas son programadas cada 15 días y son llevadas directamente a las comunidades.
el dato¿Cómo está conformada la Red BAMX?
La Red BAMX está conformada por 60 Bancos de Alimentos en toda la República Mexicana, entre ellos “Alimento para Todos” y en conjunto benefician anualmente a 2.5 millones de personas.
Si eres alguien que pueda donar y buscas algún Banco de Alimentos puedes acceder al sitio web https://bamx.org.mx para encontrar el más cercano y ahí también pueden hacerse donaciones monetarias.
Mientras que en el programa regular, los beneficiarios llegan a los bancos y “los voluntarios de los bancos ya tienen listas las dotaciones de alimentos”.
Los productos pasan por un control para dictaminar cuáles sí son aptos para consumir, ya sea que se trate de alimentos o insumos. El parámetro es que pueden repartirse para utilizarse o consumirse máximo 15 días antes de que los productos caduquen, para que sean trasladados lo más pronto posible y no pongan en riesgo a la población.
Y es que en muchas ocasiones, dentro de los concentrados de productos que se envían a las comunidades en casi todos los estados del país se incluyen productos que no son alimentos, pero son útiles.
Por ejemplo, van rollos de papel higiénico entre otras cosas que si bien, no son alimentos son de primera necesidad, son enviados por las empresas porque se trata de paquetes a los cuales les faltan piezas: “six packs que no tienen una pieza, cajas que estéticamente no son atractivas o que las personas abrieron, pero no compraron”, por lo que no necesariamente son cosas próximas a caducar.
La Red BAMX tiene programas de voluntariado, donde estudiantes y personas pertenecientes a las comunidades apoyadas pueden brindar sus servicios en el almacén: fabricando quesos, yogures, totopos, tortillas, mermeladas y pan molido; ser del equipo de carga o transportistas.
“Hay dos tipos de voluntariados: corporativo, que son compañías que se suman a clasificar y armar los paquetes de alimentos, y el voluntariado por corresponsabilidad, que son personas de las comunidades que atendemos, ellos otorgan su tiempo de manera desinteresada, aunque en el banco se les da una gratificación en especie, es decir, un paquete adicional.
"Estas horas se les llama así porque ellos ya están siendo parte del programa de la Red”, dijo Anabel Díaz Cantón, Directora de Desarrollo Institucional del Banco “Alimento para Todos”.
En cuanto a las donaciones que reciben, tan solo el año pasado rescataron 182 mil toneladas de alimentos. Claudia Zambrano aseguró que a pesar de que las donaciones son durante todo el año, pasadas las fiestas de fin de año, aumenta la recolección debido a que las compañías deben dejar los almacenes en cero, por lo que hizo un llamado a los empresarios a confiar en Red BAMX para donar los excedentes y a las familias a no desperdiciar los alimentos “si hay un sobrante, compártanlo”.
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