Comunidad

Fugas de hidrocarburo, explosiones de ductos y una inundación: así la 'semana oscura' en La Ceiba

Familias como los López, los Rosales, los Ortega, los Sandoval y varias decenas más, huyeron en más de una ocasión del peligro y tempestad.

Enmarcada entre dos fugas de hidrocarburo, dos explosiones de ductos de Petróleos Mexicanos (PEMEX) y tres días continuos de intensas lluvias, es como quedó escrita en la historia, la “Semana Oscura en La Ceiba”, donde la resilencia y solidaridad entre vecinos, son armas para combatir la desolación.

Durante el fin de semana, las lluvias disminuyeron su intensidad en la Sierra Norte de Puebla, de a poco, las carreteras y autopistas comenzaron a ser reabiertas o simplemente cambiadas por rutas más seguras, la maquinaria pesada y mano de obra de decenas de trabajadores, devolvieron la conexión entre la mayoría de comunidades. 

Sin embargo, esto apenas significaba el comienzo de la ayuda importante y aunque, sin menos fuerza, el agua seguía llevándose partes de los caminos y complicando los trabajos de rescate. Inmersos en La Ceiba, encontramos decenas de familias damnificadas, casas destrozadas por el desbordamiento del Río San Marcos y el Rio Silima. 

En la junta auxiliar de Villa Ávila Camacho, de Xicotepec, las calles lucían a abarrotadas de colchones, ropa, muebles y electrodomésticos descompuestos; no obstante, algunos fueron regresados adentro de las casas ante la promesa de que, a través de un censo de daños les será repuesto todo. 

Familias como los López, Rosales Márquez, Ortega Rodríguez, Sandoval Martínez y decenas mas, huyeron en más de una ocasión del peligro y tempestad. Lamentablemente para estas personas, no existe otra realidad que, barrer sus casas, buscar rescatar lo más posible de sus pertenencias y cuidar que “los buitres” (vecinos que comenzaron a robar en casas evacuadas) arrasarán con lo que el agua dejó.

Ancianos y personas minusválidas con lesiones provocadas durante la evacuación, niños separados de sus padres por su propia seguridad, desconsuelo al ver los años de su esfuerzo perdidos y el temor de que la lluvia vuelva a provocar estragos en la zona; es parte de lo que ahora nubla el ánimo de los ciudadanos de La Ceiba. 

Pero, en contraparte, el ánimo no se perdió, saben que su fuerza los sacará adelante y que siempre habrá alguien dispuesto a extender una mano para ayudar; desde historias sobre rescates milagrosos, hasta un gesto de empatía al competir agua, ropa o comida, también son ecos que la comunidad difícilmente callara.

Pues, si bien la promesa de reposición de hogares y electrodomésticos de los gobiernos locales y federales, son alentadores, lo que en realidad le anda día con día a esta zona, es la hermandad entre aquellos que por generaciones han vivido en Villa Ávila Camacho y sus alrededores. 

Con algunos de los caminos principales recolectados, con dos refugios temporales, víveres, medicina, luz y apoyo constante, los habitantes de la comunidad se saben acompañados en un camino a la reconstrucción, que podrá no ser fácil, pero tampoco imposible de lograr.


CHM

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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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