En Hidalgo, donde esta semana se hizo viral un video en el que se observa a un joven golpear a un profesor dentro de un aula de la Universidad Politécnica de Tulancingo (UPT), los jóvenes reconocen tener complicaciones para enfrentar momentos adversos.
De acuerdo con avances de la Encuesta de Habilidades Socioemocionales en la Educación Superior, elaborada por la Secretaría de Educación del estado y a los cuales MILENIO tuvo acceso, menos de la mitad de los estudiantes de educación superior en la entidad (42.83 por ciento) reporta saber lidiar eficazmente con situaciones estresantes; en tanto, 37.96 por ciento admite que necesita fortalecer estas habilidades, y un 20 por ciento no las identifica en absoluto.
Es decir, dos de cada 10 no sabe qué hacer ante condiciones que les generen angustia, presión o exacerbación de las emociones e incluso no saben cómo generar y mantener relaciones sociales con otras personas.
La evaluación se aplicó a una muestra de siete mil 582 alumnos de diversas instituciones de educación superior en Hidalgo. La participación fue de 100 por ciento, lo que corrobora los hallazgos estadísticos.
El estudio destaca oportunidades de mejora, particularmente en la toma de decisiones informadas, que es la habilidad con mayores deficiencias entre los estudiantes universitarios y de escuelas normales.
La toma de decisiones es fundamental para evaluar información, considerar riesgos y beneficios, y resolver problemas; competencias vitales para el éxito académico y profesional.
De acuerdo con el documento en poder de MILENIO, 34.61 por ciento de los alumnos reconoce poseer habilidades sólidas en esta área; sin embargo, un preocupante 40.56 por ciento refiere tener pocas habilidades para tomar decisiones informadas, y un 25 por ciento directamente no identifica estas capacidades.

En cuanto a la persistencia —que es la capacidad de mantener esfuerzos e intereses a largo plazo a pesar de las dificultades u oposición— 55.96 por ciento de los alumnos manifiesta ser consistente en el cumplimiento de metas.
Sin embargo, 35.62 por ciento reconoce la necesidad de mejorar en esta área, y 8.41 por ciento no refiere contar con estas herramientas, las cuales son clave para la culminación de estudios.
En contraste con las áreas de oportunidad, la encuesta revela que la empatía es una habilidad socioemocional predominante entre los estudiantes de educación superior de Hidalgo.
Y es que ocho de cada diez alumnos, 80.23 por ciento, reconoce tener habilidades empáticas hacia los demás. Solo 19.86 por ciento no las identifica. Este alto porcentaje es un reflejo de la capacidad de los estudiantes para comprender y compartir los sentimientos de otros, una cualidad esencial para la construcción de relaciones interpersonales sanas y para el desarrollo de un entorno educativo y social armónico.
El cuestionario utilizado para esta evaluación constó de 36 reactivos de autorreporte con opciones de respuesta tipo Likert que iban desde "Nunca o casi nunca”, hasta "Siempre o casi siempre”. El estudio exploró las dimensiones de persistencia, empatía, manejo de estrés y toma de decisiones.
Actualmente, autoridades estatales procesan los resultados para generar carpetas generales, por universidad y por escuela normal, lo que permitirá a cada institución realizar un diagnóstico más detallado y diseñar intervenciones personalizadas.
Detectan casos de violencia
Para evitar casos de violencia al interior de los 238 bachilleratos y 33 universidades públicas de la entidad, al inicio de la actual administración autoridades estatales llevaron a cabo un diagnóstico que permitió identificar y prevenir cualquier incidencia en dichas instituciones, donde conviven 141 mil alumnos en educación media superior, así como 117 mil estudiantes del nivel superior.
“Trabajamos en una serie de acciones orientadas al diagnóstico y la detección oportuna de los casos de violencia”, destacó el subsecretario de Educación Media Superior y Superior, Daniel Fragoso Torres, en entrevista con MILENIO.
Como parte de esta labor, la dependencia estatal junto con investigadores de la Universidad Tecnológica de Tula-Tepeji crearon una plataforma que permitió un análisis del estado que guardan cada una de las instituciones respecto a la salud socioemocional.
Derivado de ello, las autoridades estatales han llevado a cabo intervenciones con grupos de psicólogos de las instituciones educativas, así como con especialistas de la Dirección General de Salud Socioemocional.
“Tenemos trabajo a través de un semáforo que actualizamos constantemente para determinar si existe acoso u hostigamiento”.
Aunado a ello, han dado prioridad al diálogo permanente con las organizaciones sindicales y con los titulares de las instituciones de educación media superior y superior, expuso Fragoso Torres.
Protocolos cero
A esto se suma la unidad de equidad entre mujeres y hombres de la SEPH en bachillerato y universidades, así como comités de protocolos cero, para que, en caso de que surja violencia, acoso u hostigamiento —ya sea de alumnos, profesores o administrativos— las autoridades estatales puedan aplicar las medidas necesarias y actuar de inmediato.
Fragoso Torres atribuyó las conductas violentas en los centros educativos al periodo de confinamiento por la pandemia de coronavirus, basado en el estudio que han actualizado cada ciclo escolar luego de varios años consecutivos.
Agregó que ciertas situaciones pueden ser provocadas por depresión, intolerancia y exacerbación de las emociones.
El subsecretario expuso que el contexto no es el mismo de una institución a otra, lo que da paso a intervenciones con charlas y conferencias directas a alumnos, según los resultados de los análisis en cada institución.
Cuestionado sobre cuál es la violencia más común al interior de las escuelas de media superior, el funcionario estatal expuso que no puede ser definida en una sola conducta, ya que las situaciones son diversas.
“Lo que encontramos en el estudio es que cada vez son más frecuentes las denuncias públicas, lo cual da paso para que las autoridades puedan atenderlas inmediatamente”, explicó.
El subsecretario destacó que los protocolos funcionan conforme a lo esperado dentro de las instalaciones y se atiende de inmediato en cuanto se detectan los focos rojos.
“Hay un diálogo permanente que permite que los alumnos, maestros y administrativos en cuanto pasen por alguna situación puedan iniciar acciones, se hagan las investigaciones y aplicar sanciones”, dijo.
Ante ello, la dependencia estatal es cuidadosa de no violentar los derechos de las personas involucradas.
Sustancias prohibidas
Al ser cuestionado sobre si la dependencia a su cargo ha detectado aumento en el consumo de sustancias prohibidas en las instituciones de educación superior, Fragoso Torres señaló que en algunas regiones sí han ocurrido casos; sin embargo, no detalló cuáles.
“No es un tema que en estos momentos provoque alguna preocupación, afortunadamente”.
Puso de ejemplo la pasada proliferación de bares clandestinos en las inmediaciones de las escuelas de educación superior en Francisco I. Madero, donde ocurrieron riñas entre los alumnos, lo cual fue atendido por las autoridades.
“Tuvimos algunas denuncias sobre un chico que lo imputaban de narcomenudeo, lo cual fue atendido oportunamente por las autoridades”, expuso.
Consideró que existen diferentes factores sociales que inciden en que los alumnos de educación media superior y superior consuman sustancias prohibidas.
“No se puede hablar de una generalidad, de un problema de salud pública, ya que no tiene altos índices en Hidalgo”.

Denuncias en la universidad estatal
La Defensoría Universitaria de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH) recibió entre enero y marzo de este año 13 quejas por violencia escolar y siete por violencia docente.
En el primer trimestre de 2025, funcionarios, personal académico y administrativo han iniciado 57 quejas ante la Defensoría Universitaria, de las cuales el mayor porcentaje corresponde a violencia escolar, con 22.81 por ciento, mientras que la violencia docente alcanza 12.28 por ciento.
La defensora universitaria de la UAEH, Elsa Leonor Ángeles Vera, señaló que las quejas de violencia docente obedecen a que el maestro, desde su posición de poder frente a los estudiantes, ejerce violencia verbal, modifica criterios de calificación, ridiculiza a los alumnos frente al grupo o impone reglas dentro del aula que implican un riesgo, como no permitir que salgan al baño, así como el nivel de exigencia.
“Tenemos mucho problema (de violencia docente) en Medicina y en la licenciatura en Derecho. En Derecho, una violencia docente fue no permitir que un alumno hiciera el examen por no ir con saco y corbata. Es una violencia docente porque no está en el reglamento un uniforme para Derecho”, sostuvo.

Respecto a la problemática en el área de Medicina, indicó que hay un exceso de autoritarismo por parte de casi todo el personal docente.
“Desde el terror de advertirles en el primer semestre que pocos van a llegar al final de la carrera, que las mujeres no tienen capacidad para aguantar las jornadas de trabajo, hasta el hecho de que algunos maestros dan clases en los hospitales sin ninguna justificación”, reconoció Ángeles Vera.
Sobre las quejas por violencia escolar explicó que “es lo que conocemos como bullying, es la violencia entre pares, entre estudiantes y que es sistemática, repetitiva”.
Tras las quejas por violencia docente enfatizó que “afortunadamente” a los alumnos se les está quitando el miedo de denunciar, al tiempo de considerar que hay más denuncias a nivel licenciatura. “Pero tal vez haya más violencia a nivel bachillerato: aguantan más, toleran más, son menores de edad y es muchísimo más grave el tema”.
Entre enero y marzo de este año se han presentado en la Defensoría Universitaria de la UAEH cuatro quejas por violencia digital, siete por violencia docente, una por violencia en el noviazgo, 13 por violencia escolar, cinco por violencia institucional y ocho por violencia laboral.
Además, dos quejas por abuso sexual, cinco por acoso laboral, dos por acoso sexual, tres por discriminación, cinco por hostigamiento laboral, una por hostigamiento sexual y una por violación.
Las quejas han sido presentadas por alumnos (33), funcionarios de la universidad (cinco), personal académico (16) y personal administrativo (tres). De las 57 quejas, 37 están cerradas y 20 siguen en proceso.

En cuanto a lo sucedido en la Universidad Politécnica de Tulancingo, donde un alumno agredió físicamente a un profesor y el hecho quedó grabado en video, Elsa Ángeles puntualizó que en la UAEH no se ha presentado una situación de este tipo, aunque la máxima casa de estudios de la entidad no está exenta.
“El hecho de que suceda en otra institución nos dice con toda claridad que no estamos exentos de (ello). Estoy preocupada, se me encendió una alerta. Lo tenemos que tomar en cuenta porque ninguna institución educativa en este momento, en todo el país, pública o privada, está exenta de un caso de violencia tan extremo como el que vimos en el video (del alumno de la UPT), que me pareció gravísimo”, aseveró.
Enfatizó que la UAEH debe ver qué es lo que hace falta para prever una situación como ésta y apuntó que la Defensoría Universitaria trabaja en sensibilizar a las autoridades de cada unidad académica, escuela e instituto de la universidad para que atiendan la más mínima denuncia de violencia de cualquier tipo.
Caso UPT
El 25 de julio pasado, un alumno de la UPT golpeó a un profesor dentro del salón de clases, cuyo video fue ampliamente difundido en redes sociales.
La Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJEH) informó que se iniciaron dos carpetas de investigación por este caso..
El docente, de nombre Ángel, inició una de las carpetas de investigación por el delito de lesiones en contra del estudiante, mientras que Manuel, el alumno, inició una carpeta por el delito de amenazas en contra del catedrático. Fue el estudiante quien primero presentó la denuncia ante el Ministerio Público.

De acuerdo con la autoridad ministerial, se ordenó a los peritos el examen y dictamen médico al docente por las lesiones, y el examen y dictamen psicológico al estudiante por las presuntas amenazas.
El Código Penal para el Estado de Hidalgo establece que comete el delito de lesiones quien causa a otro un daño en su salud. Si no ponen en peligro la vida, las sanciones van desde tres meses hasta dos y siete años de prisión, además de multa.
En cuanto al delito de amenazas, el Código Penal señala que al que amenace a otro con causarle daño en alguno de sus bienes jurídicamente tutelados, o en los de un tercero con quien el ofendido tenga vínculos de amor, amistad, parentesco o gratitud, o al que por medio de amenazas trate de impedir que otro haga lo que tiene derecho a hacer, se le impondrá prisión de tres meses a dos años y multa de 10 a 40 días.
La UPT rechazó cualquier tipo de violencia o acto que contravenga la integridad de cualquier integrante de su comunidad educativa, inició una investigación del caso y separó temporalmente al docente.
En tanto, el Sindicato Único de Trabajadores de la UPT acusó agresión contra el profesor sindicalizado, la cual calificó de premeditada, ya que la hermana del agresor —que no es parte de la institución— grababa incluso antes de que comenzara la confrontación.
Este miércoles 30 de julio, en un oficio enviado al gobernador Julio Menchaca Salazar y al secretario de Educación Pública estatal, Natividad Castrejón Valdez, el sindicato señaló que hubo un aparente plan para agredir al profesor, que la hermana del estudiante estuvo en el aula sin ser parte de la institución educativa y que el alumno agresor es practicante de artes marciales mixtas.
Mencionó que el profesor fue suspendido, mientras que no se ha hecho oficial la expulsión del alumno, a pesar de que el reglamento de la universidad así lo establece al haber violencia física de por medio.
El sindicato calificó de grave el precedente que se sienta, y advirtió que este tipo de conductas puede replicarse a lo largo y ancho de los espacios educativos del estado de Hidalgo.
Señalaron que, ante la incapacidad y falta de interés de quien dirige la Universidad Politécnica de Tulancingo, no tienen garantía de que no ocurrirá algo igual o peor, por lo que exigieron un actuar inmediato y que les garanticen una autoridad competente y capaz de dirigir la institución.
Van a paro
En este contexto, la comunidad estudiantil de la UPT convocó a un paro total de actividades a partir del próximo lunes 4 de agosto a las 9:00 horas, ante los presuntos abusos, acoso y hostigamiento por parte de docentes, así como la percibida falta de respuesta de las autoridades académicas.
El detonante de este movimiento fue la viralización del video que mostraba al alumno agrediendo al profesor.
El paro está programado para iniciar en las instalaciones de la UPT, donde los estudiantes planean bloquear los accesos principales como medida de presión. Los organizadores aseguran que se tratará de un movimiento pacífico y sin confrontación, cuyo objetivo primordial es establecer un diálogo con las autoridades universitarias y poner fin a los abusos que, afirman, se han normalizado.
La duración de la suspensión de actividades es indefinida y estará sujeta a que sus demandas sean escuchadas y se tomen medidas concretas. Los estudiantes también enfatizaron que la protesta es un acto de respaldo a su compañero, quien denunció hostigamiento antes de la agresión.

Tras la difusión del video, han surgido más testimonios en redes sociales de alumnos que denuncian haber sido víctimas de acoso y hostigamiento por parte de otros docentes. Estos denunciantes afirman que sus quejas no han sido atendidas adecuadamente, generando un ambiente de inconformidad y desconfianza dentro de la institución.
Los alumnos impulsores del paro reiteran que su objetivo es lograr un cambio real dentro de la institución y romper el silencio ante situaciones que consideran vulneran sus derechos como estudiantes y como personas.
La expulsión definitiva de Manuel, el estudiante agresor grabado en video, aún no se ha hecho oficial.