Con más de 11 mil kilómetros de litorales, México es un país que debe estar siempre alerta ante fenómenos naturales como los tsunamis. Aunque poco frecuentes, su capacidad destructiva obliga a que existan protocolos bien definidos para actuar con rapidez y eficiencia ante cualquier señal de alerta.
Coordinado por la Secretaría de Marina (Semar) a través del Centro de Alerta de Tsunamis, y en conjunto con la Coordinación Nacional de Protección Civil (CNPC), el país mantiene un esquema nacional de prevención y reacción ante estos eventos. El proceso se activa desde la detección de un sismo submarino.
¿Qué pasa cuándo se detecta un tsunami?
Todo comienza cuando el Servicio Sismológico Nacional u organismos internacionales detectan un sismo con epicentro en el océano. Si este presenta una magnitud mayor o igual a 7.5 grados, se considera potencialmente generador de tsunami.
Se analiza de inmediato la profundidad; los más peligrosos son los de tipo superficial, a menos de 70 kilómetros. De confirmarse una amenaza, se emite un boletín preliminar que integra:
- Modelos matemáticos de propagación de olas.
- Monitoreo de boyas y estaciones mareográficas.
- Análisis de variaciones en el nivel del mar
Con esta información, se clasifica la situación en tres niveles de alerta:
- Sin riesgo de tsunami
- Aviso de observación, pueden presentarse variaciones leves del nivel del mar, y finalmente,
- Alerta de tsunami: se prevén olas peligrosas o inundación costera.
Una vez emitida la alerta, el Sistema Nacional de Protección Civil se activa de forma inmediata. Este sistema coordina los esfuerzos federales, estatales y municipales para garantizar una respuesta unificada.

¿Cómo se alerta a la población?
Las primeras medidas incluyen la difusión pública de la alerta a través de medios oficiales: redes sociales, radio, televisión, altavoces y contactos directos con las autoridades locales.
Simultáneamente, las fuerzas armadas, principalmente la Secretaría de Marina y la Secretaría de la Defensa Nacional, se suman a las labores de vigilancia costera, evacuación, rescate y atención médica si fuera necesario.
En las zonas costeras de riesgo especialmente playas, puertos, zonas turísticas, hospitales y escuelas se activan planes de emergencia local, los cuales contemplan rutas de evacuación, zonas seguras y refugios temporales.
El Sistema de Alerta Sísmica Mexicano también puede activarse en regiones con cobertura específica.
A la par, continúa el monitoreo del mar mediante tecnología de última generación. Las estaciones de medición mareográfica y boyas especializadas vigilan en tiempo real cualquier alteración en el nivel del mar. Si se detecta retroceso del agua, oleaje inusual o fluctuaciones bruscas, se refuerzan las acciones de evacuación.
Una vez que la amenaza inmediata ha pasado, el monitoreo del mar continúa por varias horas, e incluso días, debido a que algunas olas secundarias pueden llegar con retraso.
Las acciones postalerta incluyen:
- Evaluación de daños estructurales
- Búsqueda de víctimas o personas desaparecidas
- Atención médica y psicológica,
- Activación de refugios temporales para personas desplazadas.
Cada una de las acciones del gobierno está contemplada en el plan de Protección Civil que contiene distintos escenarios de acuerdo a los indicadores del fenómeno.
LG