Los pulmones son de los primeros órganos que se empiezan a formar y también de los últimos en alcanzar la madurez: de acuerdo con la Asociación Pulmonar Estadounidense, no es hasta los 20 o 25 años de edad que terminan de desarrollarse.
Una vez en este punto, comienza el declive natural ocasionado por el tiempo y el uso, lo que explica porque después de los 35 la función pulmonar de las personas comienza a disminuir gradualmente. Por lo general, este fenómeno está asociado a diferentes factores como la pérdida de fuerza en algunos músculos como el diafragma o la disminución de la elasticidad en el tejido pulmonar.

Sin embargo, los pulmones no solo dependen del desgaste natural, sino también de las condiciones a las que están expuestos. El conocer el nivel de deterioro es un punto de referencia para conocer el estado general de la salud y prevenir complicaciones y enfermedades respiratorias en la vejez.
Cómo se mide la "edad" de los pulmones
Ya desde los 80´s los especialistas comenzaban a analizar cómo medir la “edad pulmonar”. Es por ello que diseñaron diferentes pruebas para conocer si los pulmones de una persona funcionaban acorde a su edad o como los de alguien mayor.
En la mayoría de estas pruebas médicas el paciente tiene que respirar a través de una boquilla conectada a algún dispositivo especializado que mide aspectos como la cantidad de aire que pueden contener los pulmones, o la capacidad que tienen para absorber y transferir el oxígeno.
Una de las más comunes y utilizadas es la espirometría, misma que mide cuánto aire se puede exhalar y con qué rapidez se expulsa. Otra prueba importante es la de volumen pulmonar, también conocida como pletismografía corporal, que calcula con gran precisión la capacidad que tienen estos órganos y cuánto aire queda dentro de ellos después de una exhalación completa.

Hay a quienes se les solicita realizar ejercicio físico —como la caminata de seis minutos o la prueba de ejercicio cardiopulmonar (CPET)— para posteriormente medir sus signos vitales y tomarlos como referencia: las mediciones permiten conocer la respuesta pulmonar al esfuerzo físico.
También existen métodos aún más sofisticados que calculan la eficiencia de la difusión pulmonar, es decir, la velocidad con la que los pulmones transfieren el oxígeno a la sangre.
Estas pruebas ayudan a detectar problemas respiratorios antes de que aparezcan síntomas graves y también son un punto de referencia para conocer si algunas enfermedades (como el asma o la obesidad) han impactado en los pulmones. Algunas investigaciones también la consideran de utilidad para motivar a los fumadores a dejar el cigarro.
¿Se puede conocer la capacidad pulmonar desde casa?
Lejos de los grandes equipos especializados hay un pequeño experimento escolar que podría ser un gran punto de partida para conocer sobre la capacidad pulmonar, según el Centro de Ciencia de Glasgow y el Instituto de Investigación infantil de Australia.

Para realizar la prueba casera se necesita una botella vacía con tapa de 2 litros, un tazón grande de agua, marcador permanente, una pajilla flexible y una taza medidora.
- Hay que llenar y tapar la botella. Es importante que no haya aire dentro de ella.
- Llenar el recipiente grande con agua aproximadamente hasta la mitad.
- Girar la botella boca abajo en el recipiente con agua de modo que la tapa quede debajo. 4. Una vez con la boca de la botella bajo el agua, se retira la tapa de la botella.
- Posteriormente se coloca con cuidado un extremo de la pajita dentro de la botella manteniendo la boca de la botella bajo el agua y sujetando el otro extremo.
- Una vez en posición, hay que respirar profunda y lentamente con la pajita en la boca.
- El aliento entrará en la botella y expulsará el agua.
- Una vez que se termina de exhalar, se marca el nivel con el marcador permanente
- Hay que sacar la botella del agua permitiendo que se escurra.
- Finalmente se vuelve a llenar la botella hasta la marca que hizo en la botella, para después verterlo en una taza medidora y así determinar la capacidad pulmonar vital.
¿Qué quieren decir los resultados? Cuando alguien sopla a través de la pajita desplaza el agua con aire, generando un efecto similar al que se presenta cuando una persona entra en una bañera llena y el agua se derrama por el borde. La cantidad de agua expulsada permite conocer de forma parcial, cuál es la capacidad pulmonar.
Por ello, entre más alto sea el resultado, mejor. No obstante, y como advirtió John Dickinson, director de la clínica de ejercicios respiratorios de la Universidad de Kent, para la BBC, para la mayoría resulta difícil vaciar los pulmones, por lo que las lecturas caseras pueden ser engañosas.
¿A qué edad comienza el deterioro pulmonar?
Gracias a las investigaciones hoy se sabe que los pulmones son los únicos órganos capaces de flotar o que si se abrieran completamente, sus dimensiones alcanzarían para cubrir una cancha de tenis.
Sin embargo, una investigación publicada este año refleja que aún hay mucho por descubrir.
De acuerdo con el estudio publicado en The Lancet, estas bolsas de aire crecen rápidamente desde los 4 y hasta los 13-14 años, pero luego, la velocidad con la que lo hacen disminuye. Los autores también notaron que las mujeres alcanzaron el pico de función pulmonar antes que los hombres.
No obstante, el hallazgo que más les impactó fue que la función pulmonar comienza a disminuir mucho antes de lo que se creía: incluso en personas sanas (sin asma ni tabaquismo) el declive inició entre los 22 y 25 años, perdiendo entre 22 y 38 ml por año.
“Esto indica la importancia de usar la espirometría en las primeras etapas de la vida para identificar a las personas en riesgo y refuerza la necesidad de promover la salud respiratoria desde la primera infancia hasta la edad adulta temprana”, se lee en el artículo.
EL DATO¿Cuál es la capacidad pulmonar promedio?
Según la Asociación Pulmonar Estadounidense, la capacidad pulmonar normal en una persona sana se sitúa entre tres y cinco litros.
¿Cómo mejorar la función pulmonar?
Independientemente del proceso natural, hay otros factores que influyen en el desgaste de los pulmones: un estudio publicado en la revista Nature durante abril de este 2015 concluyó que respirar aire contaminado aumenta el riesgo de tener asma además de empeorar la función pulmonar en las personas que ya padecían esta enfermedad.

El consumo de cigarro también tiene graves repercusiones en el sistema respiratorio, de hecho, diversas investigaciones han encontrado que dejar de fumar puede mejorar la función pulmonar en hasta un 30% en sólo tres meses.
Para mantener unos pulmones sanos, la Asociación Pulmonar Estadounidense recomienda mantener una vida activa, tener las vacunas al día, evitar el humo del tabaco así como el uso de vapeadores.
Una medida útil son los ejercicios de respiración, que, así como los aeróbicos, mejoran la función cardíaca y fortalecen los músculos, aumentando así la eficiencia de los pulmones. Al respecto, los expertos recomiendan practicar la respiración abdominal.
Para ello, primero hay que respirar lentamente por la nariz, enfocando la atención en el abdomen: esta es la área que se tiene que expandir, no el pecho. Para lograrlo se puede hacer uso de las manos: se colocan sobre el estómago para notar cómo sube al inhalar y baja al exhalar.
Es importante señalar que el aire se libera por la boca con los labios fruncidos, como si se tratara de apagar una vela. Este paso se realiza lentamente: la exhalación debe ser al menos 2 o 3 veces más lenta que la inhalación. Esto crea una ligera resistencia que ayuda a vaciar mejor los pulmones.
Está comprobado que al practicar este tipo de respiración no solo mejora la eficiencia respiratoria fortaleciendo los pulmones y el intercambio de oxígeno, sino que además, reduce el estrés y la ansiedad.
LHM