Política
  • Zavelia narra cómo luchó contra el abuso de su “mejor amigo” tras sufrir un derrame cerebral: “tenemos que detectar e irnos corriendo a pesar del amor”

  • La joven comparte su testimonio para mostrar a otras víctimas cómo en ocasiones la violencia se disfraza de amor y nubla el juicio de quienes la padecen.
Zanelia sufrió distintos tipos violencia por parte de un hombre que, por décadas, consideró su mejor amigo. | Especial

Zavelia ha solicitado no cubrir su rostro para grabar la entrevista. Ella sufrió distintos tipos violencia por parte de un hombre que, por décadas, consideró su mejor amigo, quien hoy vive en la impunidad.

Esta historia corresponde a esa mujer valiente que comparte su testimonio para mostrar a otras víctimas cómo en ocasiones la violencia se disfraza de amor y nubla el juicio de quienes la padecen.

“Es un proceso que todavía no he acabado de hacer y tengo sentimientos encontrados acerca de toda la situación y de la persona porque fuimos amigos muchos años y yo lo quería mucho. No estoy lista para decir ‘fue esa persona’, pero le podemos llamar Salvador”, dice.

Una amistad que nació en la adolescencia 

"Estudié con Salvador en la preparatoria", comenta en entrevista. 

"Tantos años de amistad me hicieron creer que lo conocía perfectamente, hasta que me dio el derrame cerebral en marzo de 2021 estando con él. Todavía recuerdo el sonido que hizo la vena en mi cabeza cuando se rompió e inmediatamente perdí la movilidad en la mitad del cuerpo.
"Salvador lo tomó a la ligera y sugirió que me recostara un rato, pero me negué porque hasta en las películas te dicen ‘no te duermas’ y casi 24 horas después lo convencí de llevarme al hospital.
"Salí con un diagnóstico poco favorable (hemorragia intraparenquimatosa) y sin la esperanza de volver a caminar. La neta, dice, fui yo quien le pidió que me diera chance de quedarme en su departamento porque el mío era muy pequeño".

Zavelia reveló: "él me confesó que me había amado por los últimos años y me implantó la idea de que yo también lo amaba, yo decía ‘bueno, sí, es una persona que quiero mucho, hemos llevado mucho tiempo nuestra amistad, siempre que estoy con él me la paso super bien, me conoce muy bien’. Pensé, incluso, que tuvo que pasarme esto para que yo me diera cuenta de que lo quería como algo más".

"Era pandemia", recuerda. "Fue un momento difícil para todos, yo me había quedado sin trabajo y mis papás estaban en una situación complicada también, él se ofreció a hacerse cargo de todo, ya que es una persona que tiene recursos económicos, me puso enfermeras y me daba de comer".

"En una de esas le digo: 'oye, ¿por qué eres tan bueno?', y me dice: 'no, yo no soy bueno, tú sabes lo que quiero'. Un día el güey agarró, me bajó los calzones y ya… y yo no dije nada. Esto pasó más de una vez, a pesar del riesgo que implicaba para mi recuperación, pero no le importaba.
"Era un diálogo interno que tenía en donde yo decía 'no quiero, por favor no' y al mismo tiempo me respondía: '¿cómo le vas a hacer? él sí te quiere' y me auto juzgaba como si la egoísta y vanidosa fuera yo".

La joven explicó que, a los 13 días del derrame, falleció su papá por covid-19: "y a la semana murió mi mamá por la misma causa, tenía una perrita con cáncer que tampoco aguantó y murió. Yo estaba como un papel a la deriva, sentía que se me iba la cordura y en mi momento más vulnerable, Salvador se convirtió en una persona que yo no conocía".

El abuso no fue solo sexual, sino emocional

"Me dejaba la comida donde no pudiera alcanzarla, dejaba las luces prendidas durante la noche para que no pudiera dormir, me palmeaba tan fuerte que me dejaba marcada su mano, y yo sin poder hacer nada, más que recibir el golpe".
"'Me voy a ir porque no me vas a tratar así', le dije un día que peleamos y él me respondió: 'pues, cómo te vas a ir  si tus papás ya se murieron, con tu hermana no te llevas y no tienes dinero, ¿cómo le vas a hacer?', ese día me calló". 
"A la semana, tuve un momento de lucidez mientras él me gritaba y me di cuenta que mi historia no podía acabar así, entonces me fui. Regresé a mi departamento y las enfermeras siguieron conmigo cinco meses más".

Zavelia intentó redirigir su vida 

En entrevista para MILENIO, Zavelia comentó: "hice todo lo que pude para salir adelante, renté uno de los cuartos de mi departamento como Airbnb y uno de los inquilinos que vio mi situación me ofreció trabajo respondiendo correos, algo que sí podía hacer con una sola mano".

"Más o menos un año después descubrí que él (Salvador) se hizo pasar por mi esposo en el hospital cuando fue el derrame, le dijo a los doctores que yo consumía drogas cada tres meses, lo cual quedó asentado en mi historial clínico y fue determinante para el tratamiento que recibí".
"Ahí comencé a atar cabos, y no tengo pruebas porque nadie ordenó exámenes toxicológicos en el hospital, pero algunos detalles me han hecho intuir que él (Salvador) fue responsable del derrame porque antes de perder la movilidad comencé a sentirme rara, con ansiedad, como si estuviera drogada, me acuerdo que cuando eso pasó, él buscaba acercarse a mí diciéndome lo enamorado que estaba de desde hace años. 
"Pienso que este güey (Salvador) puso algo en mi bebida y por eso me pedía que me durmiera en vez de llevarme al doctor. ¡Por eso pagó a las enfermeras!"

Relató que intentó interponer una denuncia ante el Ministerio Público, pero "me atendió un hombre superdéspota que desacreditó la violencia solo porque él (Salvador) había corrido con los gastos médicos, me hizo sentir que yo tenía la culpa y me llamó convenenciera".

"Así supe que no quería gastar mis energías luchando contra el sistema judicial, preferí invertir en recuperarme del derrame y sanar psicológicamente. Sé que los agresores como él (Salvador) merecen un castigo, pero también merecemos sanar nosotras. 
"A mis 40 años volví a caminar, aunque los doctores pensaban que no podría y a través de mi Instagram ayudo a otras personas que sufrieron derrames cerebrales a no darse por vencidos pese al pronóstico".

"Hay mujeres que han pasado por alto focos rojos"

Zavelia comentó que accedió a esta entrevista para ayudar con su testimonio a otras mujeres. 

"Sé que hay muchas mujeres que han pasado por alto los focos rojos debido al cariño que le tienen a los agresores, ahora caigo en cuenta que siempre vi los focos rojos en Salvador, pero los ignoré. 
"Hubo conductas que en otra persona me hubieran hecho alejarme de inmediato, como su forma de tratar a sus novias y los corajes que hacía cuando cometía un error, pero como él era mi mejor amigo, me quedé".

Finalmente, compartió: "hoy quiero decirle a las mujeres que me leen que ese tipo de cosas son las que tenemos que detectar e irnos corriendo, a pesar de lo que sea, a pesar del amor que le tengamos a la gente".




IOGE 

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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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