El Palacio de San Lázaro no ha sido la única sede donde los presidentes de México han rendido protesta, ya que, el lugar donde se realiza la ceremonia ha cambiado con el paso del tiempo debido a cuestiones políticas, sociales y logísticos para el protocolo.
Desde el primer presidente de México, Guadalupe Victoria, hasta la llegada de la mandataria Claudia Sheinbaum, los gobernantes han tenido como escenario diferentes recintos a lo largo de la historia; aquí te contamos cuáles han sido.
¿Qué dice la Constitución sobre la ceremonia?
De acuerdo al sistema de Información legislativa, por mandato constitucional por el que todo servidor público se compromete a guardar la Carta Magna antes de dar inicio al ejercicio de las responsabilidades inherentes en su cargo, deberá tomar protesta en el Congreso de la Unión.
"La Constitución señala en el artículo 128 que todo funcionario público sin excepción alguna, antes de tomar posesión de su encargo, prestará la protesta de guardar y hacer guardar la Constitución y las leyes que de ella emanen".
Dicho acto tiene como objeto comprometerse individualmente a preservar la ley y el Estado de Derecho.
"En los estados democráticos liberales la protesta de los gobernantes sustituyó a los juramentos religiosos de los estados teológicos absolutos y tiene como objeto comprometerse individualmente para fundar y razonar todos sus actos en la ley, preservando con ello la legalidad y el Estado de Derecho".
"En la práctica parlamentaria los servidores públicos que toman protesta ante el Congreso de la Unión y sus cámaras se acompañan de una comisión de cortesía integrada por legisladores de los diversos grupos parlamentarios y que son designados por el presidente de la Mesa Directiva a fin de que éste les tome protesta de ley".

Congreso como epicentro del poder
Guadalupe Victoria, el primer presidente constitucional de México, asumió el cargo en 1824, rindió protesta ante el Congreso Constituyente en el Antiguo Colegio de San Ildefonso, que en ese momento albergaba al Poder Legislativo. Este espacio fue la sede inicial porque aún no existía un recinto parlamentario definitivo.
Durante gran parte del siglo XIX, este recinto fue el lugar habitual para la toma de protesta, dada su simbolismo como sede del Ejecutivo y su cercanía con el Congreso. La ceremonia se realizaba ante el Congreso General, que sesionaba en el mismo edificio o en recintos cercanos.

Palacio Nacional a sesiones itinerantes
Durante buena parte del siglo XIX, los presidentes electos —como Vicente Guerrero, Anastasio Bustamante o Benito Juárez— protestaron en el Salón de Sesiones del Palacio Nacional, donde se encontraba instalado el Congreso. El Palacio Nacional era, de hecho, el centro neurálgico del poder político, lo que hacía natural que ahí se realizaran las ceremonias.
Sin embargo, en épocas de inestabilidad, como las sucesivas guerras y golpes de Estado, hubo sesiones itinerantes del Congreso que obligaron a que algunos presidentes rindieran protesta en espacios distintos, aunque siempre bajo el resguardo de los legisladores.
Con el largo periodo porfirista (1876–1911), la toma de protesta presidencial se consolidó en Palacio Nacional, en un acto que reflejaba la centralización del poder. Díaz rindió protesta en varias ocasiones en este recinto, que simbolizaba la continuidad institucional del régimen.
Tras la Revolución, y con la llegada de Venustiano Carranza y después de Álvaro Obregón, el Congreso siguió sesionando en Palacio Nacional. Sin embargo, la Constitución de 1917 planteó la necesidad de un recinto legislativo propio y diferenciado de la sede del Poder Ejecutivo.

El Palacio de Donceles: primeras mudanzas del Congreso
En 1829 ya se había destinado el Antiguo Teatro de la República en Querétaro para sesiones extraordinarias, pero en la Ciudad de México fue el Palacio de Donceles (actual sede del Congreso de la Ciudad de México) el que durante un tiempo sirvió como espacio legislativo federal. Ahí algunos presidentes rindieron protesta en lo que se definía un recinto permanente.
De Juárez a Cárdenas: Palacio Nacional sigue como protagonista
Durante la primera mitad del siglo XX, presidentes como Plutarco Elías Calles, Lázaro Cárdenas y Manuel Ávila Camacho mantuvieron la tradición de rendir protesta en Palacio Nacional, que contaba con el Salón de Sesiones del Congreso.

Siglo XX: Bellas Artes y el Auditorio Nacional como escenarios alternativos
Durante el periodo de Miguel Alemán (1946–1952), la sede cambió al Palacio de Bellas Artes. Esta decisión respondió a la intención de proyectar una imagen moderna y cultural del país, aprovechando el esplendor arquitectónico del recinto. Adolfo Ruiz Cortínez, Adolfo López Mateos y Gustavo Díaz Ordaz también tomaron protesta en Bellas Artes, consolidando esta sede como símbolo de institucionalidad y elegancia.
En 1970, Luis Echeverría rompió con la tradición y eligió el Auditorio Nacional como sede. Este cambio se interpretó como un gesto de apertura hacia el pueblo, al tratarse de un espacio más amplio y accesible. Sin embargo, la decisión también fue vista como una estrategia política para evitar protestas en el Congreso, en un contexto de creciente tensión social.

El gran cambio: la llegada de San Lázaro en 1981
Fue hasta el gobierno de José López Portillo que se inauguró el Palacio Legislativo de San Lázaro en 1981, diseñado específicamente como sede del Poder Legislativo Federal. La necesidad de un recinto propio, amplio y moderno llevó a esta mudanza definitiva.
Por ello, Miguel de la Madrid se convirtió en 1982 en el primer presidente de México en rendir protesta en San Lázaro. Desde entonces, todos los mandatarios han mantenido la tradición en este recinto.
A partir de Carlos Salinas de Gortari en 1988, la toma de protesta se institucionalizó en el Palacio Legislativo de San Lázaro. Este recinto, sede de la Cámara de Diputados, ofrecía condiciones óptimas de seguridad, capacidad y formalidad. Desde entonces, todos los presidentes —incluyendo Ernesto Zedillo, Vicente Fox, Felipe Calderón, Enrique Peña Nieto y Andrés Manuel López Obrador— han asumido el cargo en este lugar.

El 2024: Claudia Sheinbaum, continuidad en San Lázaro
La presidenta Claudia Sheinbaum, primera mujer en ocupar el cargo, también realizó su toma de protesta en el Palacio Legislativo de San Lázaro. La ceremonia fue presidida por Ifigenia Martínez, presidenta de la Mesa Directiva, quien le tomó la protesta conforme a la tradición republicana.

EL DATO...¿Por qué cambian las sedes?
Los cambios de sede han respondido a distintos factores:Simbolismo político: Bellas Artes proyectaba modernidad; el Auditorio Nacional, cercanía con el pueblo.
Seguridad y logística: San Lázaro ofrece mayor control ante posibles protestas o disturbios.
Capacidad y protocolo: Espacios más amplios permiten mayor asistencia de invitados nacionales e internacionales.
La evolución de las sedes refleja cómo el acto de toma de protesta no solo es un trámite constitucional, sino también una puesta en escena del poder, la legitimidad y la narrativa política de cada sexenio.
Con información de la Mediateca del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH)
LG