La noche del 15 de septiembre de 2008 comenzó como tantas otras en el corazón de México: con música, luces, banderas ondeando al ritmo del orgullo patrio y miles de voces listas para entonar el tradicional Grito de Independencia. Morelia, la capital de Michoacán, se vestía de fiesta.
Pero en cuestión de segundos, la celebración se tornó en confusión, miedo y caos. Lo que debía ser una noche de unidad y júbilo terminó marcada por un hecho que dejaría una herida profunda en la memoria colectiva del país.
A 17 años del atentadode las fiestas patrias de Morelia en 2008, las y los mexicanos siguen sin saber con claridad qué ocurrió aquella noche, ninguno de los responsables ha sido detenido y los familiares de las víctimas continúan sin justicia.

Las dos granadas que acabaron con la fiesta en Morelia
Los hechos ocurrieron durante la celebración del 198 aniversario del Grito de Independencia. Como es costumbre, decenas de familias se prepararon y salieron de sus hogares para celebrar a lo grande en la Plaza Melchor Ocampo, en el centro histórico de Morelia.
Aquel 15 de septiembre de 2008, las calles de la capital de Michoacán estaban llenas de personas vestidas con los colores patrios, vendedores ambulantes y miles de mexicanos que esperaban con entusiasmo el momento en el que el gobernador saliera del balcón.
Minutos después de las 23:00 horas, mientras las y los morelianos entonaban el último grito y se preparaban para disfrutar de los fuegos artificiales, dos granadas de fragmentación detonaron en los dos puntos de la ciudad más concurridos.

El primero ocurrió en la plaza, a un costado de la catedral de Morelia. El segundo tomó lugar en la Avenida Francisco I. Madero Poniente, la principal vialidad de la ciudad.
Aunque en un principio se creyó que se trató de una falla en la pirotecnia, el pánico no tardó en hacerse presente entre la multitud. El desconcierto fue inmediato: gritos, carreras, empujones, personas buscando a sus familiares entre la multitud. En segundos, la fiesta se convirtió en tragedia.
El poder de las granadas de fragmentación: el saldo del atentado en Morelia
A diferencia de otro tipo de explosivos, la letalidad de las granadas de fragmentación no depende únicamente del estallido, sino del alcance y la fuerza con que los fragmentos (o metralla) se esparcen en todas direcciones tras la detonación.
Es decir, son armas diseñadas no solo para explotar, sino para matar o herir mediante la dispersión de fragmentos metálicos a alta velocidad.
Una granada de fragmentación típica puede tener un radio letal de entre 5 y 15 metros, aunque los fragmentos pueden viajar aún más lejos, dependiendo del tipo de explosivo, su diseño y el entorno en el que se detone.

En lo que respecta al atentado registrado aquel 15 de septiembre de 2008, concluidas las primeras 24 horas posteriores se confirmó un saldo de siete muertos —cinco mujeres y dos hombres— y 132 heridos, muchos de los cuales perdieron extremidades.
Acorde con datos de la entonces Procuraduría General de la República (PGR), entre los heridos por las esquirlas se encontraban varios menores de edad, incluido un bebé de cuatro meses.
Derivado del atentado, el gobernador de Michoacán canceló el tradicional desfile militar del 16 de septiembre y declaró día de luto en la entidad.

¿Quién gobernaba Michoacán durante el atentado en Morelia?
En 2008, el mandatario estatal de Michoacán era Leonel Godoy Rangel, quien en aquel entonces llegó al poder bajo las siglas del Partido de la Revolución Democrática (PRD).
Godoy Rangel, quien apenas llevaba siete meses en el cargo cuando ocurrió el atentado, no tardó en responsabilizar al crimen organizado, aunque la PGR decidió no iniciar la investigación correspondiente por esa línea.

¿Quién estuvo detrás del atentado del 2008?
A 17 años de los hechos, las autoridades de México desconocen o no han revelado qué grupo criminal estuvo detrás del atentado ocurrido en Morelia.
En los días siguientes, autoridades federales señalaron como responsables a presuntos integrantes del cártel de La Familia Michoacana, uno de los grupos criminales más activos en el estado en ese momento.
No obstante, diversas voces, tanto políticas como ciudadanas, cuestionaron el relato oficial. Incluso el ex gobernador declaró públicamente que el gobierno federal no permitió que las autoridades estatales investigaran el caso, lo que incrementó la percepción de opacidad.
Otro grupo criminal que fue señalado como sospechoso fue el Cártel del Golfo (CDG), específicamente a través de Los Zetas. Ningún grupo criminal se adjudicó la autoría del crimen.
RMV.