“¿Cómo va a ser posible que estemos recibiendo más apoyo de un delincuente que de una persona de nuestra propia familia?”, reclama Rolando, un joven que desde su infancia formó parte del crimen organizado.
En su experiencia, más que un entrenamiento físico, los grupos criminales hacen un trabajo mental con los jóvenes para eliminar cualquier remordimiento por cometer delitos.
Gracias a los trabajos de reinserción social, él ha logrado tener una vida fuera de la violencia, pero advierte que muchos jóvenes son cooptados porque los delincuentes representan el único apoyo en su entorno para mejorar su calidad de vida.
Claves para no caer en el crimen organizado
“Lo primero es la atención, yo le decía a mi papá: ‘no quiero que me des lujos (…) solamente quiero que salgas conmigo, aunque sea un ratito que miren que tengo papá. De perdido sácame aquí a la tienda. Sácame aquí a la esquina, que miren que sí tengo papá, que miren que no estoy solo, que miren que no nada más mi mamá está conmigo´. Esa es la principal causa que yo sinceramente se lo grité mucho a mi papá”, cuenta el joven.
En la presentación del libro Cómo no ser un niño sicario, Rolando comparte lo que vivió e insiste en que el principal factor para alejar a los niños y adolescentes de la violencia es la atención familiar.
“Ellos (los criminales) dicen: 'vamos a agarrar a los niños, al cabo que los podamos entrenar, los podemos capacitar, los podemos adiestrar’. Luego te dicen: ‘Tú vas a ser mejor que yo, tú tienes que hacerlo así y tú tienes que salir adelante y a ti nadie te va a decir que no y tú puedes’”.
Como Rolando, en México viven 250 mil niñas, niños y adolescentes en riesgo de ser reclutados por el crimen organizado, al presentar diversos factores de riesgo como pobreza, abandono familiar y habitar en zonas controladas por grupos delictivos, coincidieron por separado la Red por los Derechos de la Infancia en México (Redim) y la organización Reinserta.
“Michoacán es uno de los estados con mayor riesgo y vulnerabilidad”, planteó la Redim. Mientras que Reinserta pidió a las autoridades tipificar el delito de reclutamiento infantil.
Niños sicarios en México
El fenómeno cobró notoriedad tras los asesinatos del abogado David Cohen, cometido en septiembre en la Ciudad de México, y, recientemente, el del alcalde de Uruapan, Carlos Manzo, ya que en ambos casos los atacantes fueron jóvenes menores de 18 años.
A ellos se suma el arresto en octubre pasado de Derek Jair ‘N’ de 14 años, quien portaba una subametralladora Uzi.
Según autoridades de Tabasco, el El Niño Sicario fue detenido en un operativo de la Fuerza Interinstitucional de Reacción Táctica (FIRT) Olmeca junto con un presunto operador de una célula criminal local.
Esos hechos remontan al ocurrido en julio de 2024 en Morelos, donde un adolescente de 16 años fue detenido por su participación en dos homicidios cometidos durante violentos asaltos contra un policía y un taquero, en Cuernavaca y Temixco, respectivamente. Un mes antes, Maximiliano ‘N’ fue reportado como desaparecido por su madre.
O el caso pionero, el de Edgar ‘N’, El Ponchis, quien inició su vida criminal a los 11 años tras ser levantado” y reclutado como sicario del Cártel del Pacífico Sur, y a quien se le atribuye la decapitación de cuatro sujetos rivales que, en 2011 cuando fue detenido, reveló haber cometido bajo efectos de las drogas.
La agravante de los casos recientes —el de Víctor Manuel ‘N’, menor de 17 años que asesinó a Manzo y Héctor ‘N’, homicida de Cohen—, es que son expuestos en la línea de fuego bajo el pleno conocimiento de que el crimen para el que son reclutados los llevará a la muerte.
Cómo no ser un niño sicario, el libro
El lunes 10 de noviembre, durante la presentación del libro Cómo no ser un niño sicario, la co-fundadora de Reinserta, Saskia Niño de Rivera, detalló que las niñas, niños y adolescentes de estados como Chihuahua, Colima, Baja California, Estado de México y Ciudad de México son los que corren mayor riesgo de pertenecer a una asociación criminal.
“En México la delincuencia organizada está reclutando a nuestros niños, a nuestras niñas y nuestros adolescentes. Los está usando cómo mensajeros, halcones, vigilantes, transportistas, extorsionadores y también como sicarios. Los está entrenando para desmembrar y desaparecer cuerpos”, dijo.
Sobre tipificar el delito de reclutamiento infantil, Saskia Niño de Rivera señaló que es importante comenzar a hablar de esto para poder castigar a las personas adultas que están cometiendo esta actividad que elimina el libre desarrollo de los infantes y que causa un problema de seguridad pública y afecta el tejido social.
“En México, la única tipificación que tenemos en materia de reclutamiento está en una agravante de la trata, hay 36 agravantes de la trata, pero en México hoy, sabiendo las historias que sabemos no hay una sola persona adulta que esté procesada por un tema de reclutamiento infantil. Una sola persona no la hay”, sostuvo.
Niño de Rivera mencionó que un libro como este, en el cual se tienen testimonios de niños y adolescentes que pertenecieron a organizaciones criminales, “no debería de existir, pero existe para que el dolor se transforme en conciencia y la conciencia se transforme en acción”.
De acuerdo con Redim, las condiciones de vulnerabilidad ponen en evidencia las fallas en las políticas públicas de prevención y atención dirigidas a esta población, que se convirtió en una de las principales víctimas de los grupos delincuenciales que no han vacilado en utilizarla para cometer sus actividades ilícitas.
“Quien recurre al uso de una persona menor de edad para utilizarla como sicario comete un crimen”, subrayó. “Este trágico evento (homicidio de Carlos Manzo), lejos de ser un hecho aislado, es un reflejo de la crisis de derechos humanos, violencia y abandono que atraviesa nuestro país (...) y sobre el que ya hemos alertado en diversas ocasiones”.
Redim explicó que las condiciones en que viven una parte de las infancias y adolescencias exacerban el riesgo de convertirse en víctimas del crimen, entre las que destacan la desigualdad, la violencia, la discriminación y falta de oportunidades.
CJNG recluta menores de edad
En junio, tras ser detenidos cuatro jóvenes reportados como desaparecidos en un campamento vinculado al Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) en Aguascalientes, la organización civil Reinserta, recordó que esta es una práctica sistemática que arrebata miles de infancias y sus proyectos de vida.
“Ese sector es utilizado por el crimen organizado como una ‘fuerza de trabajo reemplazable’”, lamentó.
“Esta violencia no ocurre en el vacío: se alimenta también de una normalización social que ha vuelto cotidiano lo inaceptable. Hemos llegado al punto en que ver adolescentes armados, desaparecidos o involucrados en delitos ya no genera la indignación que debería”.
Para erradicar este fenómeno, Reinserta ha insistido en la importancia de nombrar el reclutamiento de ese sector como un delito que arrebata la infancia, vulnera derechos y deja profundas secuelas en el tejido social pero, sobre todo, en la vida de sus víctimas.
“Les pedimos a las autoridades avanzar hacia la tipificación del reclutamiento como un delito”, expuso la organización que protege a NNA en contacto con la violencia.
Para el analista y experto en temas de seguridad, Javier Oliva, este fenómeno ocurre a partir de tres influencias.
- Primero: En México los jóvenes en general —de entre los 14 y 18 años— carecen de verdaderas oportunidades, no obstante que el gobierno hace grandes esfuerzos, pero sus efectos son visibles en el largo plazo.
- Segundo: Existen vastas regiones en donde la presencia endémica del crimen organizado se convirtió en un estilo de vida, lo que implica una extrema vulnerabilidad para las infancias que enfrentan carencias desde lo económico hasta lo emocional.
- Tercero: La responsabilidad de ciertos medios de comunicación que, a través de series y programas, se han encargado de difundir los antivalores del narcotráfico; sumado a promotores musicales que llevan a los escenarios a primodelincuentes que hacen apología de la violencia machista, del tráfico de drogas y de burla a la autoridad.
“Son estos tres factores los más destacados respecto de cómo influyen en los estilos de vida de los jóvenes. No estoy diciendo (que) los medios en general, sino de algunos medios de comunicación; no son las únicas causas, pero sí nos permiten explicarnos lo que está pasando”, detalló.
El también profesor e investigador subrayó que desafortunadamente el estilo de vida del crimen organizado puede resultar una seducción, de lo cual deriva que el reclutamiento, si bien no siempre, a veces es voluntario.
“Al asesino de David Cohen (abogado) le iban a dar treinta mil pesos, y él declaró que porque no tenían para comer. Entonces, puede ser que sea reclutamiento forzado, pero también hay participación voluntaria. Claro que seducen a ciertos sectores o familias disfuncionales de estos muchachos que además quieren sentirse identificados con un grupo”.
RM