Política

Otro frente: los ventiladores

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Para hacer frente a la pandemia en el IMSS teníamos una misión: que nadie que lo necesitara se quedara sin una adecuada atención médica, una cama hospitalaria y los equipos asociados como ventiladores mecánicos o puntas nasales. Para lograrlo solo había una ruta: crecer. Crecimos en número de camas, crecimos en número de personal médico, pero también había que crecer en ese tipo de equipos. ¿Por qué? Porque una cama hospitalaria por sí sola no es suficiente, el soporte respiratorio es fundamental, de vida o muerte, en el tratamiento de pacientes graves.

Al iniciar la contingencia, el IMSS contaba con mil 886 ventiladores y las proyecciones indicaban que en los momentos de mayor transmisión necesitaríamos muchos más. Se debe saber que, en condiciones regulares, un esfuerzo de adquisición de esta naturaleza es largo y complejo, pero en tiempos de pandemia tardarnos podía ser catastrófico. A los tiempos de adquisición se sumaba la sobredemanda global: para finales de abril del año pasado más de 80 países habían puesto restricciones a los fabricantes de equipo médico para la exportación. Ejemplos fueron Argentina o Brasil, que exigían permisos especiales para comercializar ventiladores con otros países.

Al igual que sucedió con la adquisición de equipo de protección personal, en el caso de los ventiladores se enfrentó escasez y la perversión de algunos proveedores: hubo un momento donde todos querían venderlos pero nadie los tenía, todos los ofertaban a precios cada vez mayores, los intermediarios se multiplicaron y no era raro recibir falsas ofertas que nos hicieron perder tiempo. Algunos oferentes presentaron inconsistencias y tuvimos que rescindir contratos, multar y denunciar. Nunca se erogó un solo peso por un ventilador no entregado o que no cumpliera con las especificaciones técnicas.

Sin saber lo que venía, en 2019 el IMSS adquirió 474 ventiladores que fueron de mucha ayuda, pero necesitábamos más. Y en este caso no podía haber soluciones únicas y abrimos varios frentes.

Hicimos el inventario más rápido que se ha hecho en el Seguro Social de todos los ventiladores, de todas las marcas, en todos los hospitales. Se identificó que algunos estaban fuera de servicio, otros requerían accesorios y consumibles. Cuando fue factible logramos repararlos.

Tomamos la decisión de que las Oficinas de Representación del IMSS en los estados pudieran adquirir equipo y agilizamos los tiempos. Rentamos ventiladores y también promovimos la donación de equipo a través de la Fundación IMSS. Nos sumamos con personal técnico a la compra que llevó a cabo la Secretaría de Relaciones Exteriores. La urgencia nos llevó a innovar: la Unidad Médica de Alta Especialidad en Torreón y el Conacyt trabajaron en el diseño de un ventilador propio.

Buscamos por todo el mundo y realizamos procesos de adquisición en tiempo récord. Gracias a las muchas estrategias logramos pasar de mil 886 ventiladores que teníamos en marzo de 2020, a 5 mil 41 para el mes de diciembre de ese año. No son solo números, sino vidas salvadas en uno de los momentos más complejos que hemos enfrentado.

Mientras escribo: El Plan de Refuerzo de la Vacunación Contra Covid-19 en Chiapas avanza. La suma de esfuerzos ha permitido la aplicación de casi un millón de vacunas en 37 días. Hoy la cobertura estatal es de 42.41 por ciento. Las y los chiapanecos sí se quieren vacunar.


Zoé Robledo

@zoerobledo


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  • Director general del IMSS, escribe todos los martes su columna "¿Qué hicimos?" en Milenio diario
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