Thomas Pikkety en su reciente ladrillo titulado Capital e ideología –que en épocas de pandemias hay tiempo para leer- señala algunas causas y medidas que propone para disminuir las desigualdades económicas que asolan al mundo, en particular desde 1980 hasta nuestros días. Algunas de ellas podrían servir de modelo para Guanajuato.
Piketty comienza por “deshacer” algunos mitos que los países han adoptado en virtud de sus circunstancias históricas –la supuesta igualdad de Francia tras la Revolución Francesa que desmiente con los hechos o el “mito del sueño americano” en Estados Unidos que Joseph Stiglitz se ha encargado de desmentir.
¿Qué mitos nos hemos creído en Guanajuato y que la crisis no hará más que hacer caer? Parte del mito es que Guanajuato posee una industria competitiva a nivel internacional y que poseemos una población relativamente igualitaria. Sin embargo, los hechos hablan por sí mismos: 44% de la población vive en condiciones de pobreza; nuestro sistema educativo y de ciencia y tecnología guardan un modesto nivel a mitad de la tabla a nivel nacional; y 99% de las empresas del Estado son Mipymes, muchas de ellas operando en condiciones de economía de subsistencia. A ello hay que sumar una mediocre policía medioambiental y la poca imaginación para enfrentar la explosión de la inseguridad, que se ve compensada con un mejor nivel sanitario que otros Estados.
Por otro lado, los efectos de las crisis económicas del coronavirus parece que serán apocalípticos: el sector automotriz amenaza con perder cerca de 200 mil empleos y otro tanto se puede decir de la industria del calzado. El programa de apoyo a las empresas no pasará de tener efectos modestos (suponen 4 pesos para cada Mipyme del Estado y apenas un 1% del Presupuesto del Estado), aunque no hay que dejar de mencionar la rapidez de creación del programa y la rápida reacción del municipio de León.
¿Qué propuestas hace Pikkety para lograr sociedades más igualitarias? Sus propuestas son fundamentalmente en el orden fiscal: un régimen progresivo del ISR (Guanajuato podría adoptar uno adicional al federal) que castigue más a las clases más ricas; un impuesto al patrimonio dirigido a las grandes fortunas; la adopción de medidas por las empresas para mitigar el cambio climático –en lo que Guanajuato goza de grandes oportunidades en la transición a un “modelo de economía verde y circular”, que podría compensar la inversión y los empleos perdidos tras la Depresión que nos acecha- y un aumento sustancial de inversiones en salud y educación de calidad.
Con el incremento de impuestos que propone Pikkety se podrían aumentar sustancialmente los gastos en infraestructura; incrementar el gasto en política social y educación; establecer un programa ambicioso de apoyo a las Mipymes del Estado y voltear a un sector menos glamoroso que el automotriz, pero que en tiempos de recesión se ve menos perjudicado y conviene promover: el agrícola y la agroindustria. En 2008 las exportaciones agroalimentarias procedentes de Guanajuato dirigidas a Estados Unidos casi no disminuyeron; se trata de un sector que genera proporcionalmente mayores fuentes de trabajo que otros sectores intensivos en tecnología pero que generan pocos empleos, como el automotriz. Además, en un sector esencial para la transición hacia un modelo de una “economía verde y circular”. Volteemos al sector agroindustrial.
* Profesor Investigador de la Facultad de Negocios de la Universidad DeLaSalle Bajío
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