Mientras seguimos inmersos en la postelección del 2 de junio, se hace notar una evidente despreocupación que además es peligrosa.
Entre autoridades que se van en los municipios, otras que ganaron la reelección y hasta quienes heredaron sus cargos, lo cierto es que se abandonaron acciones que son responsabilidad directa como la salud pública.
En este entorno nos acecha un enemigo al que no se le ha puesto la suficiente atención, incluso por el Estado: el dengue.
El reciente brote que ya cobró vidas ha puesto en evidencia la lenta respuesta, mientras los casos confirmados continúan aumentando.
La ciudadanía tiene derecho a conocer con precisión la magnitud del problema para tomar las medidas preventivas necesarias, pero no a cuentagotas, sino al día.
Más allá de las cifras es evidente que se necesitan campañas de concientización masivas y efectivas para educar a la población sobre la importancia de eliminar los criaderos de mosquitos en hogares y comunidades.
Las recomendaciones individuales de algunos ciudadanos son valiosas, pero insuficientes ante un problema de este tamaño.
El Gobierno estatal y sobre todo los municipios deben asumir un rol más activo realizando operativos de fumigación y limpieza en las zonas más vulnerables, en lugares como Juárez, Santa Catarina, García o Guadalupe, donde abundan los desechos que pueden convertirse en focos de reproducción del mosquito transmisor.
Lamentablemente, hasta el momento no se han anunciado medidas contundentes en este sentido, solo las ya rutinarias.
Además, es preocupante que las autoridades adviertan sobre un vector del dengue más peligroso y una mayor incidencia en menores, sin brindar más detalles al respecto.
Tal vez estemos ante una cepa más agresiva del virus, pero ante la falta de un trabajo de fondo podrían abundar la especulaciones.
Si bien algunas iniciativas como la venta de chatarra acumulada para eliminar criaderos son de ayuda, no sustituyen la responsabilidad del Estado de garantizar una respuesta integral y oportuna.
El dengue no es un problema menor y cada caso, cada vida, debería ser prioritaria.
Después de las lluvias que caerán esta semana, el problema podría crecer con la acumulación de agua, por eso es urgente que cada quien asuma su rol con seriedad y transparencia.
No es tan difícil organizar campañas masivas de concientización. Cuestión de atender lo básico, antes de buscar remediar una crisis de salud.