Después de una reñida Serie Mundial en contra de los Azulejos de Toronto que se definió en extra-innings en el séptimo juego, los Dodgers de Los Ángeles lograron su noveno título de las Grandes Ligas de la mano de Shohei Ohtani y Yoshinobu Yamamoto, dando pie al establecimiento de una dinastía, porque también fueron campeones en 2024 y el equipo se ve fuerte para las siguientes temporadas.
Sin embargo, como mexicanos no podemos dejar de notar la ausencia del pitcher Julio Urías, el cual fue fundamental en el triunfo de los Dodgers en la Serie Mundial de 2020, el cual por la edad bien podría haber participado en el bicampeonato de los Dodgers, sino hubiera cometido violencia de género en contra de su pareja, razón por la cual fue suspendido por la Major League Baseball.
La suspensión de Urías era merecida, una liga profesional no debe permitir la violencia de género de ninguno de sus deportistas y eso habla bien de la MLB, pero también resalta la importancia que tiene en el deporte la estabilidad emocional y los valores, es decir, no se niega que Julio Urías sea un gran deportista, pero la falta de inteligencia emocional acabó con una carrera prometedora y el no saber autolimitarse evitó que pasara a la historia como uno de los mexicanos con más triunfos en Serie Mundial.
Si Julio Urías hubiera actuado diferente muy probablemente estaría hoy festejando su tercer título en Grandes Ligas, pero, por el contrario, se encuentra marginado de los Dodgers y la Selección Mexicana.
Por ello, resulta importante el trabajo que se hace con los deportistas en el plano personal, ya que no solo basta entrenar para desarrollar mejores capacidades físicas, sino que la mente también es fundamental, al tiempo de que se vuelve necesario crear entornos sanos de desarrollo, que los alejen de los excesos, las adicciones y la violencia, para que puedan lograr todo su potencial y no se vea truncada su carrera por cometer errores que pudieron evitarse con educación y orientación.
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