En los últimos años se ha visto el aumento del uso de cigarrillos electrónicos, principalmente entre adolescentes y adultos jóvenes, una moda que llegó para quedarse.
En diferentes sitios públicos o privados se observa como se llevan a la boca el dispositivo para después exhalar una pequeña cantidad de humo, la mayoría de las veces con un sabor, con la idea que eso lo hace menos incómodo para aquellos que no fuman.
Lejos de afectar la salud de las personas que rodean los vapeadores, la situación es más compleja y delicada para los usuarios, algunos estudios indican severos efectos en las vías respiratorias otros son más benevolos con el uso del cigarro y sus componentes.
Las afectaciones van en proporción de su consumo y de los ingredientes de cada producto, según un estudio de Mayo Clinic.
A lo anterior se debe agregar el riesgo de uso en un contexto como es la Pandemia, lo cual aumenta considerablemente los efectos del virus en los vapeadores.
Si bien la decisión suele ser personal, las personas que usan los cigarrillos electrónicos deberían tomar en cuenta que si normalmente exponen su salud, ahora y ante los riesgos sanitarios están más expuestos.
La decisión y las consecuencias de sus actos es solamente de ellos, aunque ello involucre a otras personas.