En los últimos días, la inseguridad y la violencia—que en algunos casos llegan a parecer actos de terrorismo, aunque a criterio de las autoridades federales no lo sean—han vuelto a trastocar la geografía tamaulipeca, generando incertidumbre entre la población, principalmente en la zona centro y la franja fronteriza.
Reynosa es una de las ciudades más afectadas por esta situación, al grado de que el presidente del Centro Empresarial, Heberardo González Garza, exigió al alcalde Carlos Peña Ortiz y al gobernador Américo Villarreal Anaya mayor empatía con la ciudadanía, una demanda que bien podría extenderse a otros puntos de la frontera norte, especialmente en estos momentos críticos con el vecino país.
"Exigimos al alcalde de Reynosa y al gobernador de Tamaulipas empatía con el pueblo reynosense, así como una efectiva comunicación con la sociedad sobre los acontecimientos", declaró el dirigente patronal.
González Garza sentenció además: "El país se incendia, nuestra frontera también. Pasamos de la angustia a la impotencia, del coraje a la humillación. La sociedad demanda paz, tranquilidad, justicia".
Por su parte, el fiscal Irving Barrios señaló que, en los últimos años, Reynosa, Matamoros y la zona conurbada han concentrado el mayor número de feminicidios en el estado. Según datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, en Tamaulipas el número de feminicidios aumentó un 17% durante 2024 en comparación con el mismo periodo de 2023.
A pesar del deterioro en la seguridad, el General Sergio Chávez, Secretario de Seguridad, aseguró que en lo que va del sexenio del gobernador morenista Américo Villarreal Anaya no ha habido abrazos a la delincuencia en Tamaulipas. Destacó el trabajo de la Guardia Estatal y que en algunos casos han perdido la vida al enfrentar a grupos armados. Sin embargo, la violencia en el estado sigue en escalada.
A esto se suman los recientes decomisos de armas, la localización de minas terrestres y los enfrentamientos entre grupos delictivos, lo que evidencia el deterioro de la seguridad en el estado. Mientras tanto, las autoridades parecen minimizar, una vez más, la magnitud de la crisis que enfrenta Tamaulipas.