En las últimas semanas y días más recientes, todos hemos tenido un encuentro con ella y para la mayoría, el resultado final no es nada agradable.
Llegó de manera silenciosa y cuando menos lo esperábamos, ya la teníamos muy cerca, a un lado y de pronto ya se había apoderado de nuestro cuerpo.
Silenciosamente nos fue invadiendo como una epidemia inesperada, un fenómeno que nos ha dejado rascándonos la cabeza y a muchos pacientes usando frenéticamente pañuelos.
Con ustedes: la tos.
Desde los rincones más remotos hasta las bulliciosas calles de las grandes ciudades, el sonido de la tos se ha convertido en la banda sonora de nuestra existencia, de nuestro día a día.
En medio de esta crisis, uno no puede evitar preguntarse: ¿sí hay algo en el aire que desencadena este alboroto? ¿Es un virus nuevo y misterioso que ha decidido hacer su debut mundial? ¿O quizás la tos ha decidido reclamar su lugar en el centro del escenario de la salud pública?
¿Acaso es una especie de cobro de piso por la protección de los ovnis a nuestras costas?
Lo que sí es seguro es que la tos nos ha unido de una manera que pocos podrían haber anticipado. Ni Claudia ni Xóchitl tienen esa fortaleza.
Se han generado interminables debates sobre la efectividad de los remedios caseros hasta las conspiraciones sobre el origen de este padecimiento.
La tos ha inspirado una ola de creatividad y reflexión, como si estuviera de regreso la Edad Media.
En las calles de la zona sur, la tos ha asumido un papel protagonista, con sus ciudadanos intercambiando historias sobre quién ha desarrollado la tos más espectacular.
Desde toses cortas y agudas hasta toses largas y retumbantes, cada persona tiene su propio estilo único, convirtiendo las aceras en un desfile de sonidos sin fin.
Lo mismo ocurre en las oficinas, centros recreativos y plazas comerciales, en todas partes. A pesar de la incertidumbre que la rodea, hay una cosa de la que podemos estar seguros: la tos seguirá siendo una parte intrínseca de nuestra experiencia humana.
No queda más que tomar el jarabe que mejor nos acomode, el remedio de las abuelas o tratar de llevar una sana convivencia, lo que eso signifique para cada quién.
Aférrate a tu pañuelo y prepárate para disfrutar en primera fila del concierto de la tos, porque esta melodía parece estar aquí para quedarse.
