Con el desarrollo y la ratificación del Convenio Marco para el Control del Tabaco, el alcohol sigue siendo la única sustancia psicoactiva y productora de dependencia con un impacto global significativo en la salud de la población que no está controlada a nivel internacional por marcos regulatorios legalmente vinculantes. El desarrollo económico de una sociedad más pobre a una más rica puede tener potencial a largo plazo para mitigar los daños relacionados con el alcohol, pero a corto plazo puede generar un aumento en el consumo de alcohol y los daños relacionados a medida que aumenta la disponibilidad de bebidas alcohólicas.
El uso nocivo del alcohol se menciona en numerosas estrategias y planes de acción mundiales, pero la estrategia mundial para reducir el uso nocivo del alcohol de la OMS sigue siendo el documento de política internacional más completo que brinda orientación sobre la reducción del uso nocivo del alcohol en todos los niveles. Las acciones más rentables incluyen aumentar los impuestos sobre las bebidas alcohólicas, promulgar y hacer cumplir prohibiciones o restricciones integrales sobre la exposición a la publicidad de alcohol en múltiples tipos de medios y hacer cumplir restricciones sobre la disponibilidad física de alcohol vendido al por menor.
Los sistemas de seguimiento y vigilancia sobre el alcohol y la salud pública deben cubrir tres dominios generales de indicadores clave, los relacionados con el consumo de alcohol; consecuencias sanitarias y sociales; respuestas de políticas y programas. La comparabilidad internacional de los datos generados por los países es esencial para el monitoreo global. La evaluación y el seguimiento del consumo de alcohol no registrado sigue siendo un desafío para los sistemas nacionales de seguimiento.
En 2016 a nivel mundial, aproximadamente 2 mil 300 millones de personas se registraron como bebedores actuales. En el mismo reporte, se observó que más de la mitad de la población consume alcohol en solo tres regiones de la OMS: las Américas, Europa y el Pacífico Occidental; se observaron los niveles más altos de consumo de alcohol per cápita en países de la Región Europea de la OMS. El consumo total de alcohol per cápita en la población mundial mayor de 15 años pasó de 5.5 litros de alcohol puro en 2005 a 6.4 litros en 2010 y se mantuvo en el nivel de 6.4 litros en 2016.
Una cuarta parte de todo el alcohol consumido en el mundo se presenta en forma de alcohol no registrado, es decir, alcohol que no se contabiliza en las estadísticas oficiales sobre impuestos o ventas de alcohol, ya que normalmente se produce, distribuye y vende fuera de los canales formales bajo control gubernamental.
A nivel mundial, casi la mitad del total de alcohol registrado se consume en forma de licores diversos. El segundo tipo de bebida más consumida es la cerveza, seguida del vino. A nivel mundial, se han registrado cambios menores en las preferencias de bebidas desde 2010. Los mayores cambios se produjeron en Europa, donde la proporción del consumo total registrado de bebidas espirituosas disminuyó 3%, mientras que la de vino y cerveza aumentó.
La Fundación de Investigaciones Sociales, A.C. (FISAC) es una asociación civil, creada en 1981 con el objetivo de contribuir a la prevención del uso nocivo del alcohol en México.
www.alcoholinformate.org.mx es el sitio de la fundación donde podrá encontrar información relacionada con la institución y su labor social; siempre complemente sus fuentes de información con recursos oficiales de la Secretaría de Salud u otras dependencias gubernamentales para conocer más sobre el trabajo a nivel federal, estatal y/o local alrededor del consumo responsable de bebidas alcohólicas.
Víctor Andrade Carmona*victor.andradeca@anahuac.mx
* El autor es médico investigador del movimiento Ciencia Previene Violencia, una iniciativa del Instituto de Salud Pública Anáhuac, Universidad Anáhuac México.