A finales del 2013, una empresa hizo un estudio nacional, y con base en él, concluyó que el mexicano es gandalla por naturaleza; aunque no es una palabra oficialmente reconocida, todos los mexicanos entendemos su significado y por supuesto que no estamos de acuerdo; obviamente quien se ha comportado gandalla, quizás sí esté de acuerdo y más si se ahorró tiempo o algún trámite.
Quise dar este antecedente, porque yo estoy seguro que los mexicanos no somos así; por el contrario, somos atentos y respetuosos, y tratamos de salir adelante con esfuerzo y colaboración, y ejemplos hay muchos; sin embargo, desde el pasado fin de semana, fuimos testigos de un espectáculo político, en donde los diputados de Morena, han venido dando una gran lección de agandalle.
El 1 de septiembre inició el segundo año de la Cámara de Diputados, y de acuerdo a la ley, la presidencia de la mesa directiva le correspondía al PAN, y así había sido además acordado el año pasado, al inicio de la legislatura; pero la mayoría de Morena, decidió violar la ley y los acuerdos.
La norma legal exige que la elección se haga con el voto de 2/3 partes, de los diputados presentes en la sesión preparatoria, y Morena al no respaldar la propuesta pactada, hizo que el actual Presidente, perteneciente su partido, continúe en el cargo hasta el 5 de septiembre.
Lo anterior es grave, pero mucho más grave es, que el coordinador de los diputados de Morena anunció que modificarían antes del 5 de septiembre, la ley orgánica del congreso, con el objeto de cambiar las reglas con las cuales se elige a la mesa directiva; no obstante que ya inició y está en funciones esta legislatura.
Morena, claramente, buscaba repetir la situación de la mal llamada “ley Bonilla” en donde se votó al gobernador de Baja California para un período de 2 años, y después, violando la Constitución y la confianza ciudadana, se cambió la duración del cargo, ampliándolo a 5 años.
Querer quedarse con la presidencia de la mesa directiva de la Cámara de Diputados por los 3 años, cuando sólo le correspondía uno por ley, sólo puede interpretarse como agandalle; pero querer, además, modificar una ley para justificarse, ya es un autoritarismo.
Se dice que el miércoles, hubo llamadas de Secretaría de Gobernación a diputados de Morena para hacerlos desistir y no hicieron caso, y no fue sino hasta que el diputado, Porfirio Muñoz Ledo, quien aparentemente, había acudido a una reunión a Palacio Nacional; quien en la noche del miércoles, anunció su retiro de la Presidencia de la mesa directiva, lo que logró destrabar, lo que ya era considerado, incluso por legisladores del propio Morena, como una situación de crisis, que pondría en riesgo por la falta de acuerdos, reformas constitucionales.
Aunque el 12 de mayo de este año, en un evento en Nayarit, el Presidente López Obrador dijo literalmente, que había que actuar de manera responsable, y mandar por un tubo a la subcultura del agandalle; y el día de ayer, en rueda de prensa, comentó que era una vergüenza, querer modificar la ley en función de intereses personales o de grupos; es criticable, que sus comentarios de reproche, los haga, sólo hasta que el tema está aparentemente resuelto, y no fue ni por sus diputados, ni por sus palabras; sino la evidenciada de la naturaleza gandalla de sus diputados
*Abogado y Maestro en Derecho Constitucional y Amparo. Magistrado del Tribunal de Justicia Administrativa 2010-2017