Tecnología

Empresa y empresario innovador en Hidalgo

Cuando J. Schumpeter (economista de la escuela austriaca) introdujo los términos de Desarrollo y Crecimiento Económico, exponía de forma contundente que los factores de producción tradicionales (tierra, trabajo y capital) por si mismos, no alcanzarían el potencial de desarrollo en una nación.

Por lo que de forma adicional, Schumpeter argumentaba que los factores tecnología e innovación jugaban un papel fundamental en el volumen de la producción de un país (PIB), y de esta forma ingresaban dos conceptos fundamentales al argot económico: La empresa y el empresario innovador.

Considerando al empresario innovador, como esa persona que con negocio o sin negocio, tiene la capacidad e iniciativa de combinar los factores de producción mencionados, generando como resultado innovaciones radicales tanto en las organizaciones como fuera de ellas, del mismo modo definía a la empresa, como aquella que fuera capaz de sostener esas combinaciones de forma constante y permamente.

De aquí el análisis de que no se le puede dar el calificativo de “innovador” o “empresa innovadora”, a cualquiera, y entonces las personas y empresas innovadoras serián aquellas que asumirían el riesgo de ser pioneros, introducir nuevos productos y servicios, de desarrollar nuevos procesos e introducirse en nuevos mercados, y que son mujeres y hombres con facultades excepcionales para percibir oportunidades a partir de su arrojo y visión.

Quizá seguir esta visión de Schumpeter, tampoco nos sacará de apuro de la crisis en la era del COVID-19, sin embargo argumento la necesidad dar continuidad a las acciones de política pública que fomenten no solo la innovación de forma aislada, sino la introducción de políticas públicas coherentes con enfoque industrial, que permita integrar a nuevos sectores estratégicos en la dinámica económica del estado de Hidalgo, y con ello ofrecer mayor capacidad de absorción de talento humano en la diferentes regiones de la entidad.

Por lo que tomar la senda de una política pública exclusiva en la atracción de inversión, tampoco ha dado cuenta en la historia de los efectos y mejoras en la calidad de vida, ni mucho menos en ser una política que ayude a sostener el crecimiento en el largo plazo.

De aquí la necesidad de desarrollar sectores estratégicos que impulsen a los jóvenes y la creación de empresas innovadoras, capaces de arriegar en mercados poco conocidos, y enfocados en brindar alternativas de soluciones basadas en las nuevas tecnologías.

Hay ejemplos claros entidades que han apuntalado su desarrollo en una economía basada en el conocimiento, como Yucatán, Guanajuato, Nuevo León y Jalisco, implementando acciones en sectores como Tecnologías de Información y Comunicaciones (TIC), y en sus diferentes verticales como inteligencia artificial, big data, internet de las cosas, impresión 3D, robótica, entre otras.

Existen retos que ponen de manifiesto las brechas regionales, y la escasez de infraestructura en telecomunicaciones, como los recientemente vividos en la pandemia covid-19, sin embargo, como decía J. Schumpeter, necesitamos más innovadores (personas), que fomenten la creación de empresas de base tecnológica (EBT) en Hidalgo, para dar continuidad al camino que la entidad ha tomado hacia la senda del desarrollo y crecimiento económico. 


Alejandro Franco Segura

Director de Desarrollo Científico, Tecnológico e Innovación del Citnova

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