Un hecho clave para en la eliminación del comercio transatlántico de personas para esclavitud (una de las violaciones más atroces de los derechos humanos) ocurrió entre la noche y madrugada del 22 y 23 de agosto de 1791, en lo que hoy es Haití y Dominicana, en donde una sublevación de mujeres y hombres esclavizados se convirtió en el hecho histórico cuya conmemoración llevó a la ONU, a través de la UNESCO, a establece el 23 de agosto como el Día Internacional del Recuerdo de la Trata de Personas Esclavizadas y su Abolición.
Las primeras conmemoraciones de este Día Internacional, tuvieron lugar en varios países, en particular el 23 de agosto de 1998 en Haití y el 23 de agosto de 1999 en Senegal, con la finalidad de recordarles a todos los pueblos la tragedia del comercio de humanos con fines de esclavitud.
Pese a que esta conmemoración nos habla de la esclavitud como “recuerdo”, es imposible ignorar que la trata de personas para esclavizarlas sigue existiendo, y sigue moviendo cantidades multimillonarias de dinero en todo el mundo.
La Organización Internacional “Anti Slavery”, señala que a millones de mujeres, niños, niñas y hombres de todo el mundo se les obliga a vivir como esclavos. Si bien a esta explotación no se le llama esclavitud, las condiciones son las mismas. A las personas se les vende como a objetos, se les obliga a trabajar por salarios irrisorios o sin salario, y viven a merced de sus “empleadores”.
“Anti Slavery International” señala que la esclavitud existe hoy día pese a que está prohibida en la mayoría de los países donde se practica. También la prohíben la Declaración de los Derechos Humanos de 1948 y la Convención Suplementaria sobre la Abolición de la Esclavitud, la Trata de Esclavos y las Instituciones y Prácticas Análogas a la Esclavitud, de 1956. Hoy día, hay mujeres de Europa oriental que trabajan en la prostitución en condiciones de servidumbre por deudas, se trafica a niños y a niñas entre estados de África Occidental y en América Latina se obliga a hombres a trabajar como esclavos en haciendas agrícolas. La esclavitud contemporánea adopta diversas formas y afecta a personas de todas las edades, géneros y razas.
Las características centrales de la esclavitud moderna son que las esclavas y a los esclavos de hoy se les obliga a trabajar mediante amenazas psicológicas o físicas, se les convierte en propiedad de un empleador, generalmente mediante maltrato físico o mental, se le deshumaniza y se le trata como a una mercancía, o se le compra y vende como a una pertenencia, se le limita físicamente o se le impone restricciones a su libertad de movimiento.
En todo el planeta, los siete tipos de esclavitud moderna son los siguientes:
1. El trabajo en condiciones de servidumbre, el cual afecta a por lo menos 20 millones de personas en todo el mundo. Las personas se convierten en trabajadores en condiciones de servidumbre cuando aceptan, o se les engaña para que acepten un préstamo que apenas alcanza para cubrir el costo de los medicamentos para un niño enfermo. Para poder pagar la deuda, se ven obligadas a trabajar durante largas jornadas, siete días por semana, 365 días al año. Como “pago” por su trabajo, reciben alimentación y resguardo básicos, pero probablemente nunca consigan saldar la deuda, que puede traspasarse a sus familiares a lo largo de muchas generaciones.
2. El trabajo forzoso se refiere a niños y a niñas que son captados ilegalmente por gobiernos o individuos particulares y que son obligados a trabajar, generalmente mediante amenazas de violencia u otros castigos. Las peores formas de trabajo infantil se refieren a niños y niñas que trabajan en condiciones de explotación o de riesgo.
3. La explotación sexual de niños y de niñas. Se explota a niños y a niñas por su valor comercial mediante la prostitución, la trata y la pornografía. A menudo se les secuestra, compra o vende, o se les obliga a ingresar al mercado del sexo.
4. La trata implica el transporte y/o el comercio de seres humanos, usualmente mujeres o niños y niñas, con fines de lucro, mediante la fuerza o el engaño. A menudo se engaña o se obliga a mujeres migrantes para que ingresen al trabajo doméstico o a la prostitución.
5. El matrimonio precoz y el matrimonio forzado afectan a mujeres a quienes se casa sin permitirles elegir y a quienes se obliga a llevar vidas de servidumbre que frecuentemente van acompañadas de violencia física.
6. La esclavitud tradicional o “propiedad personal” implica la compra y venta de personas. A menudo a estas personas se les secuestra en su hogar, o bien se heredan o se ofrecen como obsequios.
De acuerdo con el doctor Patrick Gun Cuninghame, investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana, estos tipos de esclavitud moderna aterrizan en México en las siguientes actividades: Los niños y niñas que trabajan para el narco, las y los jornaleros agrícolas, las y los mineros en las minas de carbón, las y los guardias de seguridad privada, las mujeres (y en menor medida hombres) forzados a la prostitución, las empleadas domésticas y el matrimonio forzado.
Así pues, este 23 de agosto, junto con el dolor del recuerdo de la esclavitud legal de siglos anteriores, debe visibilizarse también la inmisericorde esclavitud (ilegal, en teoría) a la que en todo el mundo se somete cada día a mujeres, hombres, niñas y niños.
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