Tenía sólo 12 años cuando ya era un reconocido líder obrero, pero el 16 de abril de 1995 la mafia tapicera de Pakistán asesinó a Iqbal Masih, niño de 12 años, esclavo del trabajo tapicero, quien pese a su corta edad, llevaba varios años luchando contra la existencia de 400 millones de niñas y niños esclavos en el mundo. En memoria de su ejemplo y su lucha se estableció la fecha de su asesinato como Día Internacional contra la Esclavitud Infantil. Durante su breve vida, como militante del Frente de Liberación del Trabajo Forzado, Iqbal llegó a cerrar varias empresas en las que todos los trabajadores eran niñas y niños esclavizados con jornadas de más de 12 horas diarias. En sus discursos, Iqbal Masih recordaba su propia experiencia como niño esclavo:
“Tengo que sentarme en la misma posición durante muchas horas. No me permiten moverme durante mis doce horas de trabajo diario. No nos conceden días libres. Incluso los niños enfermos no pueden descansar, cuelgan a algunos de mis pequeños compañeros cabeza abajo hasta que enferman mucho más. Nos pegan latigazos en la espalda o en la cabeza cuando dormimos o trabajamos más lentos o nos dejan sin comer. Si intentamos escapar nos amenazan con echarnos en aceite hirviendo. Tenemos tanto miedo que no nos atrevemos a ayudarnos los unos a los otros". En 1993, Iqbal conoció a Ehsan Khan, un luchador contra el trabajo esclavo. Gracias a su influencia, el niño se convirtió en un líder infantil que visibilizaba la explotación laboral y el régimen de esclavitud en el que vive aún la infancia trabajadora. Iqbal se hizo mundialmente popular y numerosas asociaciones humanitarias prestaron oídos a su causa. Un año antes de ser asesinado, Iqbal ganó el "Premio Reebok a la juventud en acción", reconocimiento otorgado por Reebok, una multinacional que paradójicamente empleaba mano de obra infantil en sus fábricas de Pakistán.
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