Me enteré por la maravillosa cuenta de teatro llamada El Aquelarre que hay una tendencia en TikTok de personas saliéndose de la puesta en escena de Wicked, en Nueva York, para no spoilerear la segunda película. Y por fin sentí que no estoy sola en esta travesía.
Vaya, no soy —ni de lejos— la única fan de Wicked desde hace más de 20 años en México. Somos miles, quizás cientos de miles. Pero quienes escribimos y nos gusta hablar de musicales todo el tiempo, nos hemos tenido que enfrentar a un extraño silencio para no hacer que la experiencia peligre para los nuevos fans, pues muchos de ellos eran bebés cuando se estrenó el montaje de Stephen Schwatrz en Broadway, o incluso cuando lo vimos en México, en 2013, con las espectaculares voces (que felizmente repiten en las películas) de Ceci de la Cueva y Danna (Paola).
Así somos la gente de teatro, no queremos arruinarle la experiencia a nadie. Bastante diferentes a como somos los fans de las series y las películas.
Ahí estamos con reloj en mano preguntando, “¿Ya?, ¿ya?”, aguantando las ganas de revelar nuestras opiniones sobre un giro en la historia o una revelación que queremos que el mundo entero sepa que entendimos. El asunto de la reverencia por el segundo acto de Wicked me parece encantador.
Una vez dicho esto, se vale decir que hay dos canciones nuevas que Stephen Scwhartz compuso para la película, y eso es suficiente misterio para muchos de nosotros. Y sí, habrá quien diga que eso solo es para competir por mejor canción original en el Oscar. Esperamos escucharlas con emoción, pero esta vez las brujas de Oz se tendrán que enfrentar a las cazadoras coreanas de demonios en esa muy particular categoría. Y hay quien asegura que eso ya está más que cantado.