¿Se han fijado que cuando de Luis Miguel se trata todo se acaba saliendo de proporción? Varios medios argentinos, por ejemplo, están reportando que hay fans que quieren demandarlo porque en el exitosísimo arranque de su gira no lo reconocieron. Muchos de ellos, aparentemente, son demasiado jóvenes como para haberlo visto en otras épocas, buenas o malas, así que son fans por la serie de Netflix que rehabilitó de manera exitosa el fenómeno que es El Sol. Así que solo queda adivinar que estos “demandantes” solo lo conocen por la serie y querían ver a quien para ellos es Luis Miguel.
Hay otro grupo de conspiracionistas que dicen que ese no es Luis Miguel, porque está demasiado delgado. ¿Cómo ven? Lo cierto es que si el intérprete no se preparaba con todo lo que tiene en su ser para estar en la mejor condición, física y de voz, posible para esta gira, todo hubiese sido un enorme esfuerzo desperdiciado. Nos hemos quejado de que él parecía estar distraído y desinteresado en tiempos pasados sobre el escenario, pero no de su talento y capacidad de brillar cuando eso es lo que desea y se avoca a ello.
Es divertido hasta cierto punto ver cuánta gente prefiere una teoría enloquecida que la verdad. No es la primera vez que esto pasa en la historia de la música. Piensen en todas las personas que apuntaban a los pies descalzos de Paul McCartney en la portada de Abbey Road como señal de que estaba muerto y éste era un suplente. ¿Avril Lavigne? Hasta la fecha hay fans que aseguran que la actual cantante es una impostora.
¿Por qué? Pues es divertido, supongo. Porque parece que pocos tenemos tolerancia a los cambios. Sean buenos o malos. En este caso, quienes llevamos casi toda nuestra vida viendo a Luis Miguel en acción sabemos de lo que es capaz cuando se lo propone. Me hace preguntarme: ¿siempre preferimos la versión trágica y engañosa hasta de las alegrías? ¡Qué cosa!
